La perrita que fue incendiada el martes por un hombre en Caguas murió ayer a consecuencia de las quemaduras recibidas y de la falta de tratamiento veterinario a tiempo.

Chipuka, como se llamaba la mascota, murió el miércoles a eso de las 3:00 de la tarde, informó la doctora veterinaria Irma Gracia, quien atendió al animal.

“La doctora Gracia logró estabilizarla, pero más o menos a las 3:00 de la tarde fue desmejorando rápidamente sin poder salvarla”, apuntó Víctor Oppenheimer, presidente del Colegio de Médicos Veterinarios.

A pesar de que la mascota presentaba quemaduras en todo su cuerpo, incluyendo la lengua, y aparentaba haber perdido uno de sus ojos, ésta pudo haberse salvado si hubiera recibido atención médica tan pronto tuvo las quemaduras.

Varias horas pasaron entre el incidente y el momento en que finalmente la perra fue llevada a la veterinaria. “Las primeras horas son críticas, porque en caso de emergencias tan severas como las quemaduras de primer grado, las primeras horas son determinantes para estabilizar el animal”, puntó Oppenheimer.

Según la investigación de la Policía, el animal fue llevado por agentes a la Agencia Municipal de Manejo de Emergencias de Caguas, donde obviamente no se le podía dar tratamiento médico.

Carlos Caballero, de 38 años, le roció gasolina y le pegó fuego al animal tras sostener una pelea con su esposa, Maritza Hidalgo, dueña de la mascota.

El residente de Caguas fue ingresado a la cárcel tras no poder pagar una fianza de $25,000, impuesta por el juez José D'Anglada, del Tribunal de San Juan.

urgente un protocolo

La muerte de Chipuka dejó en evidencia la necesidad de establecer un protocolo para atender casos de maltrato contra animales, sostuvo Oppenheimer.

Señaló que a través de la organización han tratado de establecer un plan de manejo, pero hasta ahora todos los esfuerzos han sido infructuosos.

“Igual que hay un protocolo establecido para los casos de maltrato de menores, también debe haber uno para animales maltratados”, comentó.

Oppenheimer dijo estar confiado en que la nueva administración mantenga sus puertas abiertas para recibir propuestas y poder finalizar así un plan de trabajo que asegure un trato sensible hacia los animales.