Un cigarillo pudo causar incendio que cobró vida de anciana
Aunque las autoridades no han dado una razón definitiva, se sabe que un colchón se prendió en llamas.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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“¡Estoy aquí!”.
Ese fue el grito desesperado de Andrea Bou Aldoy, quien falleció en medio de un incendio en su apartamento 212, ocurrido ayer en la tarde en el condominio Emiliano Pou en Hato Rey, por causas que todavía están bajo investigación de las autoridades.
Anoche aún se trataba de establecer qué pudo causar la conflagración a media tarde. Por ahora, la única pista la dan los testimonios de vecinos como José Ortiz, quien le dio un olor a quemado y, arriesgando su vida, entró al apartamento de la anciana de 72 años para tratar de salvarla.
Según el septuagenario, doña Andrea tenía un cigarrillo en sus manos mientras el colchón ardía en llamas.
“Sentí un olor a quemado. Sabía que en mi casa no había fuego, salgo y miro y veo que es la casa de Andrea”, contó exaltado Ortiz, vecino del apartamento 216 del edificio, propiedad de la Administración de Vivienda Pública. Este hombre, menudo de estatura y de 70 años, logró abrir el portón del apartamento de su vecina en un desesperado intento por socorrerla, y oyó sus gritos mientras el apartamento se llenaba de humo.
“Ella estaba en el colchón cogiendo fuego y cuando miro tenía un cigarrillo. Le tumbé el cigarrillo y empecé a halarla y me fui con ella al piso para (tratar de) sacarla. Había un humental negro rodeando toda la casa”, comentó Ortiz.
La mujer se encontraba encamada tras sufrir una serie de caídas en tiempos recientes que, hasta hace poco, limitaban su movimiento a una silla de ruedas eléctrica. Según Ortiz, la última caída ocurrió hace pocos días y, aunque la mujer vivía sola, recibía servicio de ama de llaves hasta las 11:00 a.m.
Tras notar que el humo no le permitía respirar y rescatar a la mujer, Ortiz salió de la residencia y acudió a su propio apartamento, donde se encontraba su esposa.
“Cogí pa’ casa, me encerré y no pude sacarla”, dijo lamentándose.
Según explicó el jefe del Cuerpo de Bomberos, Ángel Crespo, el fuego se reportó a las 2:46 p.m. “Hay quien alega que (Bou Aldoy) fumaba en la cama y es un ángulo. Como todo, lo que conlleva la investigación ya lo veremos en detalles”, explicó el funcionario al indicar que no se reportaron otras personas afectadas en el condominio de 208 unidades, la gran mayoría habitadas.
Bomberos de Río Piedras, San José y Operaciones Especiales trabajaron la emergencia y controlaron el incendio. Al registrarse una muerte en el lugar, la División de Homicidios de San Juan también llevó personal al lugar.
A las 6:00 p.m. de ayer, el Cuerpo de Bomberos no había certificado una causa del incendio y un investigador se encontraba en la escena inspeccionando el apartamento afectado. Allí acudió Rubén Ríos, secretario de la Vivienda, quien indicó que hace pocas semanas la estructura fue evaluada por agencias federales y pasó la inspección.
Entretanto, los vecinos entrevistados por este medio mostraron preocupación por el hábito de fumar de la mujer y que ese hábito haya podido contribuir a su muerte.
“Era una señora tranquila. Buena persona, muy respetuosa y cariñosa. Lo único que fumaba mucho cigarrillo”, apuntó Valentín Aquino Negrón, de 78 años y residente del piso 7.
Incluso Carmen Haydée Santos, residente del piso 14, comentó que ella le dijo varias ocasiones a la mujer que tenía que dejar de fumar. “Fumaba muchísimo. Le dije: ‘Andrea, vas a tener que dejar de fumar en la cama porque te vas a quemar un día de estos’”.
Santos recordó cómo bajó “volando” desde su apartamento tras notar el humo negro. “Estaba lavando. Vi el humo negro por la ventana y le dije a mi vecino: ‘Vámonos’”.
Al lado de Santos se encontraba Carmen Pizarro, quien recordó a Bou Aldoy como la mujer que veía en el área de vestíbulo y con quien hablaba. “Estoy haciendo en estos días pasteles en mi apartamento. Le iba a bajar un pastelito, pero se me fue antes...”, comentó la mujer.
Pero nadie lloraba a Bou Aldoy en el lugar como doña Aida Maldonado, residente del piso 12, y quien la recordó entre sollozos.
“Era una señora muy buena”, contó la mujer. “Últimamente estaba en silla de ruedas porque se caía a cada rato y no podía caminar... pero fumaba mucho... Ella decía que no podía dejarlo”, agregó Maldonado.