Haber encontrado culpable solamente de un delito menos grave al hombre que atropelló a su ex compañera y que, como consecuencia, perdió las piernas, envía un mensaje “de mucha impunidad”.

Según la jueza que vio el caso, en corte no se demostró que Jorge Ramos Rodríguez tuviera la intención criminal de utilizar el carro para hacerle daño a Francheska Duarte. Sin embargo, los comentarios de la gente no parecen coincidir con el dictamen de la jueza Nerisvel Durán, sobre todo cuando vieron al acusado salir con el dedo pulgar en alto, una señal de triunfo.

“Yo creo que ésa es la burla de este agresor. Es como ‘me salí con la mía’”, indicó la presidenta de la Junta de Directores de Casa Protegida Julia de Burgos, Olga López Báez.

A la licenciada le parece entendible que el consenso de la población, que incluye hasta al Gobernador, sea de indignación.

“El mensaje que manda es de mucha impunidad. La persona común y corriente puede entender que, a todas luces, hubo intención. Eso hace más difícil que las personas confíen en el sistema de justicia criminal en Puerto Rico”, analizó la abogada.

Para la psicóloga Mercedes Rodríguez, el dictamen hace que la víctima, en este caso una sobreviviente, se sienta defraudada de la justicia.

“Ha habido una indignación generalizada. De alguna manera, una justicia tan paupérrima, tan inexistente, logra aglutinar una opinión pública que consolida su percepción de que la justicia no trabaja para las víctimas. Ante los ojos del mundo, se ha cometido un crimen salvaje”, expuso.

Para una víctima, ver que su victimario no recibe una condena justa es caer en el desamparo.

“Eso tiene un gran efecto sobre la víctima y es desalentador en las demás víctimas que leen las noticias. Tiene, además, y eso es lo más peligroso, un efecto de empoderamiento para los agresores”, advirtió sobre una apreciación que también se observó en las redes sociales, donde los usuarios comentaron que podían pasarle por encima a alguien “y no pasaba nada”. “Las instituciones están para proteger a la gente”, agregó.

El gesto de satisfacción de Ramos Rodríguez, simultáneo con el llanto de la joven madre, también fue considerado por la psicóloga como una burla.

“Él lo que hace es celebrar la burla que le ha hecho a la víctima y a todas las mujeres. Es un mensaje de que sigan, que aquí no va a pasar nada. Es decepcionante; es un país frágil de valores, frágil de justicia y un país donde las relaciones interpersonales se ven amenazadas por el desamparo de la justicia”, lamentó.

Rodríguez comparó el dictamen con otros donde se viola la ley que protege a los animales. “Hay casos de maltrato de animales donde la justicia ha sido más severa”, afirmó.

Y tiene razón. George López Vigo fue sentenciado a cumplir 12 años de cárcel por haber arrastrado por las calles de Añasco a una yegua que sobrevivió el ataque salvaje y, luego, fue bautizada como Milagritos.

“Se va debilitando la justicia de la gente”, indicó Rodríguez al hacer referencia a un criterio de proporcionalidad.

El hecho de que haya podido favorecer a Ramos Rodríguez haber llevado al hospital a la madre de su hija es algo que, a juicio de la psicóloga, denota desconocimiento en cómo actúan los agresores.

“La mayoría de los agresores en casos de violencia doméstica llevan a sus víctimas a los centros de emergencia y hasta las acompañan. Que la haya llevado lo que confirma es que la conoce y se aproxima a lo que es un agresor, se acerca a ese perfil”, analizó. “Hay mucha ignorancia. Es una pena que los fiscales estén tan mal informados”.

Rodríguez se cuestionó, además, si el resultado hubiera sido distinto si los cargos también hubieran incluidos infracciones a la Ley 54 de Violencia Doméstica.