El cuco del fentanilo -un opiáceo que en su forma legal se utiliza como analgésico recetado para el dolor severo- llegó a Puerto Rico a finales del año pasado y ya se vinculan, al menos, nueve muertes a su consumo.

¿Lo preocupante? Que la sustancia -que en el 2014 estuvo relacionada a sobre 700 muertes en Estados Unidos, una cifra que ha ido en aumento- se está vendiendo mezclada con otras drogas ilícitas (principalmente heroína) con el desconocimiento total de los drogadictos e, incluso, de los dueños de puntos y organizaciones criminales.

Así lo indicó a Primera Hora el subdirector en el Caribe de la Administración para el Control de Drogas (DEA en inglés), Reynaldo López, al explicar que, aunque no se han confirmado con pruebas toxicológicas, se sospecha que nueve muertes detectadas por sobredosis (ocho en Mayagüez y una en Manatí) se deben al contacto de los usuarios con esta droga ilegal.

Para no perjudicar investigaciones en curso, se reservó las razones que llevan a las autoridades a levantar la alerta de decesos en Puerto Rico.

“Pero sí te puedo decir que muchas de estas muertes se ven en usuarios que no son tan experimentados y no tienen idea todavía de cuánta heroína pueden utilizar... recuerda que ellos compran la droga sin saber que tiene fentanilo”, alertó al aclarar que también la están mezclando con cocaína.

López explicó que la preocupación de la DEA y otras agencias de orden público es que se suscite una situación de emergencia como la que ocurre en Estados Unidos donde en los últimos dos años las muertes relacionadas a sobredosis por opiáceos han aumentado en un 200%.

“Es un escenario bien peligroso. Estamos hablando de que el fentanilo es 50 veces más potente que la heroína. Para que tengas una idea, 2 miligramos de fentanilo- que eso sería el equivalente a 3 a 4 granos de un sobrecito de azúcar- es suficiente para matar a una persona”, expresó López.

Agregó que el peligro para Puerto Rico incrementa luego que se confirmara que la droga se está elaborando en laboratorios clandestinos en República Dominicana.

Recientemente, la DEA desarticuló una banda que tenía la capacidad de realizar diariamente 10 mil pastillas mezcladas con el letal químico sintético. 

Este escenario supone una situación de vigilancia porque las organizaciones criminales en la vecina isla podrían estar utilizando a Puerto Rico como trampolín en el trasiego de fentanilo hacia Estados Unidos.

“Es un negocio bien lucroso para las empresas criminales porque pueden comprar un kilo de fentanilo en $2 mil a $3 mil y vender esa misma cantidad de heroína (mezclada con la sustancia sintética) y obtener $60 mil u $80 mil”, dijo.

En alianza con Assmca

La situación del fentanilo es tan seria que, actualmente, una gran parte de los esfuerzos de prevención de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca) están dirigidos a minimizar el impacto del opiáceo mediante un plan que une a la agencia con la DEA, la Policía de Puerto Rico, el Departamento de Salud, el Departamento de Justicia y organizaciones de base comunitaria.

Así lo explicó la administradora de Assmca, Suzanne Roig, al indicar que la agencia obtuvo $4.8 millones tras la aprobación de una propuesta federal que busca atender la situación en la isla a través de siete estrategias.

Entre ellas la creación de un registro de muertes por sobredosis en la isla, un proyecto que requiere legislación y que obligaría al Instituto de Ciencias Forenses a realizar pruebas toxicológicas (incluyendo un panel de fentanilo) en casos sospechosos.

“Además, el plan contempla lo que se conoce como un Prescription Drug Monitoring Program, el primer registro en la isla que podría monitorear las recetas despachadas en farmacias y hospitales de opiáceos”, dijo Roig.

Este paso es importante considerando que datos de la DEA confirman que el 80% de los usuarios de heroína, inicialmente fueron adictos a medicamentos recetados como percocet y el mismo fentanilo en su modo legal, entre otros analgésicos.

Otro paso de adelanto en el plan es adquirir kits de naloxona, un medicamento o antídoto cuyo propósito es neutralizar los efectos de los opioides, como el letal fentanilo.

“Inicialmente, se estarían repartiendo entre las agencias de rápida respuesta, como la Policía o emergencias médicas. Pero, el interés es ampliar el programa con otras propuestas federales y proveerlo a organizaciones comunitarias de alcance, entre otros sectores que tienen contacto directo con el usuario de droga”, manifestó.

El director interino del Instituto de Ciencias Forenses, Víctor Dekony, indicó que al momento se analiza la viabilidad de realizar pruebas toxicológicas para detectar el fentanilo en ciertos casos, con la posibilidad de entablar un acuerdo con Assmca.