Viuda de guardia asesinado en "fast food" presintió lo peor

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Ayer, Gladymil Fernández López cumplió 23 años. Jamás pensó que un día tan especial estaría lleno de lágrimas, dolor y pena.
La noche del miércoles un asaltante mató a su novio, al padre de su hija de dos meses, a su futuro esposo, el hombre con quien contraería matrimonio y con quien deseaba pasar el resto de la vida.
En la tarde del martes, Rafael Díaz Báez, de 27 años, a quien cariñosamente le decían Rafa, llegó a su casa, en Reparto Flamingo, en Bayamón, y compartió con su pareja de tres años. Ambos coincidieron en el hogar, como de costumbre, luego que ella terminara su jornada como paramédica y él, su turno en una compañía de verificación de contadores. Más tarde en la noche, Rafael llegaría al Taco Maker del sector El Ocho, en Buena Vista, para su segundo trabajo como guardia de seguridad.
“Llegó, le cociné, estábamos contentos. Estaba amoroso como siempre. Pero, cuando se despidió de la nena, lo hizo muchas, muchas veces, con mucha dulzura. Me dijo que lo esperara, que me amaba y que me cuidara”, recordó con la mirada triste Gladymil.
El turno de Rafa en Taco Maker se extendía de 6:00 de la tarde a las 11:30 de la noche.
Cerca de las nueve de la noche, Gladymil se encontraba en su casa, pero una inquietud terrible se apoderó de ella. Se montó en el carro y manejó hasta el Taco Maker, ubicado en la carretera PR-167.
Allí la esperaban las patrullas de la Policía, las ambulancias y la gente. El escenario le confirmaba su presagio: algo le había ocurrido a Rafa.
Según explicó el director de Operaciones de Campo de la Policía en Bayamón, José Morales, eran las 8:30 de la noche cuando había tres empleados en el establecimiento y Rafael desempeñaba su función de guardia de seguridad.
“La cajera y el gerente se encontraban en el área de la caja cuando llega este individuo y le dice a la cajera que se trata de un asalto. Díaz Báez caminó desde el área de la cocina hacia el frente y ahí es que se suscita el intercambio de disparos”, explicó el teniente coronel.
Díaz Báez murió en el acto. Inicialmente las autoridades informaron que tenían bajo su custodia a un individuo que llegó herido de bala al Centro Médico. Presuntamente, las descripciones concordaban con las del asaltante del Taco Maker. Ayer por la tarde el sargento Eddie W. Molina, adscrito al Cuerpo de Investigaciones Criminales de Bayamón, identificó al hombre como vecino del residencial Las Amapolas, pero aún no se le había podido vincular al asesinato.
El hombre, de 21 años, dijo a la Policía que fue herido cerca del Centro Médico.
En la escena criminal, que se trabajó hasta cerca de las 4:00 de la madrugada de ayer, los agentes investigadores ocuparon 12 casquillos de bala calibre .40 y 13 casquillos calibre nueve milímetros. El agente Nicolás Madonado, de la División de Homicidios del CIC, se hizo cargo de la pesquisa.
Gladymil confía en que, se atrape o no al responsable de la muerte de Rafael, habrá justicia divina al final del camino.
“A esta persona, mi mensaje es que tome conciencia, que si necesita ayuda la busque, que se entregue. Que si no lo arrestan o no se entrega, yo confío en que se hará justicia divina. Yo lo perdono, yo lo perdono”, agregó, en medio del llanto.
Destacó que su novio era un hombre que la valoraba como mujer, un padre cooperador, una persona que ejemplificaba los mejores valores. Además de la hija de dos meses que tenían en común, él era padre de otros tres menores de tres, seis y siete años. También ayudaba a criar una nena de tres años de ella.
“Lo que más disfrutábamos era ir al cine, siempre se estaba riendo. Si no íbamos al cine, nos gustaba estar aquí en la casa, era un hombre casero”, agregó la joven.
Con miras a casarse hacía nueve meses se mudaron a la residencia en la que viven en Reparto Flamingo, una comunidad tranquila. En la marquesina permanecía un carrito rosado de una de las hijas del guardia de seguridad. Éste será velado en la Funeraria Asencio, en Bayamón.