Con más de 450,000 pacientes diagnosticados, la diabetes no es solo una de las enfermedades más comunes en Puerto Rico, sino que es considerada la tercera causa de muertes en la isla, solo por detrás de tumores malignos y enfermedades cardiovasculares, según las cifras oficiales del Departamento de Salud.

A eso habría que sumarle otro medio millón de personas que, de acuerdo con el presidente de la junta directiva de la Asociación Puertorriqueña de Diabetes (APD), Luis Pérez, padecen la condición, pero no han sido diagnosticadas correctamente.

Las alarmantes cifras ocurren en un contexto donde el acceso a servicios de tratamiento no es el adecuado, y en el que la desinformación evita que la ciudadanía procure correctamente las medidas de prevención y cuidado de la enfermedad.

“Hay un sinnúmero de barreras. Muchas veces pensamos que el copago del medicamento es la barrera más grande (pero) en mi experiencia no lo es. Tenemos una población que está (en el plan de salud gubernamental) Vital o en los planes Platinos, que tienen cero copago y estos pacientes aun así tienen un problema de adherencia a medicamentos. Vemos que los problemas vienen por (falta de) transportación y acceso, o porque el médico está dando las citas cada cuatro o seis meses, y (el paciente) no tiene suficientes repeticiones”, indicó la farmacéutica Nury Toledo durante un conversatorio organizado por la APD y la aseguradora Medicare & Mucho Más (MMM) con motivo de la celebración del Mes de la Diabetes.

Por otra parte, el secretario de Salud, Rafael Rodríguez Mercado, alertó que en años recientes se ha visto un alza en los diagnósticos de diabetes en niños, atribuyéndolo a la obesidad producto de la poca actividad física.

“Es un problema serio. Estamos viendo niños que se supone que fueran diabéticos en la adultez (siendo diagnosticados) jovencitos. Tras que tenemos una sociedad de pacientes diabéticos adultos, ahora también vamos a tener una sociedad con niños diabéticos. Es una cosa bien seria”, recalcó el funcionario.

Rodríguez Mercado apuntó que “por años” el país ha fracasado en fomentar la prevención de diabetes. Esto quedó evidenciado en los números presentados en el conversatorio por el endocrinólogo Luis Hernández, quien resaltó que, entre 2011 y 2016, la tasa de adultos con diabetes aumentó de 13.5% y 15.3%, incluyendo una máxima de 16.5% en el 2015.

Para Brenda Padilla, directora ejecutiva de la APD, el entorno familiar del paciente juega un papel fundamental en el tratamiento de diabetes, particularmente en los casos de personas mayores.