Con una expectativa de vida mayor, una dramática baja en los nacimientos y un aumento en la migración, particularmente de jóvenes en edades productivas, la población de Puerto Rico es cada vez más vieja.

Esta transición demográfica de un país joven a uno más longevo plantea unos desafíos en la provisión de servicios que ameritan ser atendidos con prontitud, como son los relativos a la salud, la educación y la economía.

“Es importante conocer los retos que tiene el envejecimiento porque pocas cosas influencian más a una población como su estructura de edad”, comentó ayer Raúl Figueroa, consultor en demografía, durante una charla sobre este tema en la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.

Aunque se trata de un fenómeno global que también enfrentan otros países desarrollados, en el caso de Puerto Rico la mediana de edad para ambos sexos es de 36.9 años. Este factor permea en toda la Isla. De hecho, actualmente no hay ningún pueblo con una media de edad menor de 30 años.

La expectativa de vida es uno de los factores que mejor explica el crecimiento entre la población mayor de 65 años. Mientras en 1910 la esperanza de vida era de 38.17 años, para el 2009 era de 78.73 años.

Las mujeres, además, sobrepasan a los hombres en términos de sobrevida.

Según explicó Idania Rodríguez, del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, quien se unió a su esposo Raúl Figueroa en la charla, hay un riesgo mayor entre los hombres de morir desde temprana edad. Mientras el 52% de la mortalidad infantil es de varones, en la adolescencia muchos jóvenes son víctimas de muertes violentas (accidentes de tránsito y asesinatos) y en la adultez la incidencia de muchas enfermedades crónicas es mayor entre hombres.

Este cuadro, dijo, explica en parte por qué entre la población mayor de 65 años hay 77 hombres por cada cien mujeres. Además, a partir de los 65 la expectativa de vida de las mujeres es de 20 años y la de los hombres de 16. Esto podría explicar por qué el 41% de las mujeres mayores de 65 años son viudas.

Rodríguez recalcó que mientras en 1950 los adultos mayores de 65 años representaban sólo el 3.9% de la población, su crecimiento ha sido constante y para el 2010 constituían el 14.5% de los habitantes de la Isla, según datos del Negociado del Censo federal.

De continuar la tendencia de una baja en los nacimientos, un aumento en este sector poblacional mayor de 65 años y una constante migración al exterior, para el 2050 la población total en Puerto Rico podría reducirse a menos de tres millones de habitantes, puntualizó Rodríguez.

De hecho, la estadística resaltó que las proyecciones son que para ese año (2050), 18 de cada 100 habitantes serían jóvenes menores de 20 años, mientras 30 de cada 100 serían mayores de 65.

A pesar de contar con una mayor longevidad, muchas de las personas mayores de 65 años están enfermas o enfrentan alguna incapacidad. Un estudio del Departamento de Salud reflejó que 90 de cada cien habitantes de estas edades padecía de una condición crónica. Mientras, se estima que un 52% de este sector poblacional tiene alguna incapacidad que les dificulta vivir de forma independiente.

Según explicó Figueroa, un factor importante a considerar es la disminución en la fuerza laboral pues ya se palpa el vacío en ciertas profesiones, como entre los médicos, muchos de los cuales pronto se jubilarán.

Además, enfatizó en la importancia de que se mejoren los servicios de salud para las personas mayor de 65 años, comenzando con la transportación y con una mayor atención a los servicios de salud mental.