Aguada.  Es caña que no se usa. No hay un mecanismo actual para procesarla y convertirla en producto. Así es que los ganaderos la quieren para dársela a sus vacas, ahora que la sequía mantiene en crisis su alimentación por la escasez de forraje. 

Basta mirar las fincas del área norte entre Arecibo, Hatillo y Camuy para entender lo crítica que está la situación para la industria del ganado en Puerto Rico. No se quedan atrás los ganaderos del sur, que sufren ver a “las vacas flacas”.

Ante ese escenario, el presidente de la Asociación de Agricultores, Héctor Iván Cordero, ha pedido tanto al Departamento de Agricultura como a la Autoridad de Tierras que les permitan utilizar la caña sembrada en el Valle de Coloso en Aguada para alimentar el ganado en la Isla. 

Pero,  Cordero admitió a Primera Hora que su solicitud aún no ha tenido respuesta y urgió a los respectivos jefes de agencia  a que reconozcan que “esa caña está para perderse”. 

“El Gobierno no tiene la infraestructura para procesar esa caña. Nosotros, partiendo de esa premisa, de que se carece de una central para procesar esa caña para el uso que fue sembrada, le estamos pidiendo utilizarla como fuente de forraje alterno para los agricultores que ahora mismo sufren los embates de la sequía”, insistió Cordero, al tiempo en que ofreció un panorama de lo que viven los ganaderos, especialmente los del área norte, dedicados a la producción de carne, y los del sur, que son de la industria lechera.

En el caso del sector lechero, casi todas las fincas  tienen sistemas de riego que usan las aguas para regar los pastos. “Eso les permitió por los primeros meses sustentarse, pero ya muchos han vaciado las charcas y no tienen agua”, advirtió Cordero, quien también es ganadero de esa industria.

En el caso del ganado de carne, que en Puerto Rico pastorea libre en el campo, los productores ya han comenzado a vender cabezas de ganado para reducir su población en los predios, para que el animal no  pierda peso por hambre. 

Según el agrónomo Rafael Rosado, quien dirige el Fondo de Ganaderos de Carne de Puerto Rico, las pérdidas se traducen en casi un 50% de la producción, porque los animales bajan de peso y su venta es por volumen.

“El precio por libra de ganado en Puerto Rico es entre 70 a 80 centavos. Si calcula la pérdida en peso que tenemos de los animales, por cada libra de peso que pierde un animal, son unos 80 chavos que se pierden”, explicó el ganadero con finca en Coamo.   

El largo periodo sin lluvias tiene un efecto dominó con los ganaderos, que tienen pérdidas cuantiosas por la falta de pasto para alimento.

“Eso afecta a las vacas, que por no tener óptimas condiciones corporales empiezan a mal parir, no tienen suficiente leche para dar a los becerros y todo es un ciclo que nos lleva perdiendo día a día, porque nuestro negocio es por peso”, acotó Rosado. 

Un ganadero tarda aproximadamente un año en poder vender un animal. Un destete se traduce en $400 a $500, que es lo que cuesta mantener una vaca en el hato durante ese año, explicó. Ya los animales adultos se venden desde 1,200 libras, y por la sequía están pesando hasta 700 libras.

Sobre los ganaderos del área este, donde la sequía también azota, el presidente de la Asociación de Agricultores señaló que aunque no son tantos sí tienen los recursos económicos para costear el acarreo de la caña que necesiten.

Cordero informó que presentó el pedido por escrito la semana pasada al director de la Autoridad de Tierras, Salvador Ramírez Cardona, y a la secretaria de Agricultura, Myrna Comas.

Al menos  hasta este viernes  no había recibido respuesta de ninguno de los dos funcionarios. 

“Todavía no han contestado. No nos han llamado indicando si es positiva o negativa la reclamación que estamos haciendo”, señaló Cordero, quien aún cuestiona si hubo un estudio o un plan de negocios para el proyecto gubernamental titulado “Agricultura 2.0”, anunciado en octubre de 2014 para impulsar el desarrollo de la agricultura. 

El proyecto presentado con fondos de la Compañía de Fomento Industrial (Pridco) apostó a la siembra de 1,000 cuerdas de caña entre el Valle del Coloso en Aguada y parte de la reserva agrícola del Valle de Lajas, en Guánica, así como una central con equipos y maquinarias para moler la cosecha. 

“Nos incomoda el que se le ha prestado más atención a estos proyectos experimentales y se han abandonado los proyectos que ya existen en otros sectores como el sector de la leche y la carne de res, así como otros sectores como el pollo, los farináceos, la china y el café”, sentenció Cordero.

Al cierre de esta edición la secretaria de Agricultura no había respondido las llamadas de Primera Hora.