CANÓVANAS - Cuatro generaciones de la familia vivían bajo el mismo techo en la urbanización Haciendas de Canóvanas. Por 30 años, la casa de dos pisos fue el lugar de residencia de la familia… hasta que el huracán María la hizo desaparecer. Entonces doña Blanca se tuvo que ir fuera de Puerto Rico, su hija Ivette se quedó entre las ruinas de la casa, viviendo en una tienda de campaña y cuidando de una docena de mascotas rescatadas. El nieto de Blanca, Francisco, se tuvo que ir con su esposa, Ruth, y su niña pequeña, Keila, a vivir con familiares a otro lugar.

La familia tuvo que pasar más de un año separada, viendo con frustración como, una y otra vez, se desvanecían las esperanzas de reconstruir la casa, hasta que apareció una organización que finalmente los tomó en serio, la Fundación Carlos Beltrán, y les ayudó a reconstruir la vivienda.

Es por eso que doña Blanca e Ivette no paran de elogiar y agradecer a la familia del famoso deportista y las organizaciones que le ayudan en su noble y persistente tarea de ayudar a aquellas familias que se quedaron sin nada por el azote del huracán en septiembre de 2017.

“Todo quedó bello, precioso. Me encanta. No salgo de aquí. De verdad estoy tan agradecida, tan agradecida de Dios, porque nunca perdimos la fe”, dijo doña Blanca, sentada en la sala de su nueva casa, rodeada de Carlos Beltrán, su esposa Jessica Lugo y los hijos de la pareja, Ivana, Kiara y Evan Carlos.

Contó que mientras ella, enferma, dormía en un albergue con otros refugiados no paraba de pensar en su hija que seguía bajo una tienda de campaña. Por si fuera poco, luego de sanar, le dio culebrilla y empezó a tener problemas con una pierna.

“Pero mi hija me decía, ‘mami no te preocupes, porque bloque a bloque, aunque sea bloque a bloque’... y yo pues se lo creía por fe. Y tocamos puertas, yo toqué puertas, y ella seguía toca puertas, toca puertas. Y el Señor usó a estos dos (Carlos y Jessica), a esta gente, a todos ustedes los usó. Yo estoy tan agradecida. Mis oraciones para ustedes. De verdad ustedes tienen también que sentirse bien agradecidos, todos los que contribuyeron a esto, porque Dios los usó, Dios le tocó sus corazones”, agregó con evidente emoción doña Blanca.

“Nosotros lo perdimos todo, todo. A mí me regalaron por allá la ropa. A mí me tuvieron que cuidar como a una ‘baby’. Pero gracias al Señor que encontró a la persona que me ayudó mucho allá cuando estuve enferma. Y de verdad, esto es algo tan grandioso y estoy tan feliz de que, los que ven este video y todo, que conozcan a esta familia, que no solamente él fue famoso y es un deportista y esto y lo otro. Los seres humanos tan bellos que ellos son, porque eso es todavía más importante. Que tengan un corazón tan grande, y que ellos se hayan preocupado por nosotros. Yo creo que eso para mí es una cosa que es lo más grande. Porque es que Dios está en el asunto y ellos son bendecidos, porque esos corazones que Dios les tocó, olvídate, eso no lo hace cualquiera”, dijo doña Blanca. “La verdad es que ellos van a estar en mi corazón la vida entera y el de mi familia”.

Ivette resaltó el trabajo de las fundaciones y aseguró que son “los que han sacado la cara por Puerto Rico”, porque el gobierno “no dio, y lo que dio, no daba”. Relató que, como perdió todos sus documentos, mientras intentaba hacer trámites se topaba una y otra vez con dificultades. “Cuando voy a solicitar trabajo, me están pidiendo los documentos. Me voy a sacar los documentos. Cuando llego a sacar el certificado de nacimiento, no me lo quieren dar porque necesito un ID. Voy a donde el ID, no me lo dan porque necesito el certificado de nacimiento. Voy al Seguro Social, necesito un ID. Dondequiera me pusieron un paro, y estuve hasta antier como una John Doe”.

En medio de esa odisea, se encontró también con el rechazo de algunos vecinos, que, en lugar de dar una mano, se burlaban de ella, le decían “puerca” y “loca” por vivir entre los escombros, y le reclamaban que se fuera de allí. Tampoco le fue mejor con las agencias, políticos, el programa Tu Hogar Renace, y hasta cadenas de noticias internacionales, que llegaron a su casa, se tomaron fotos, y se fueron prometiendo cosas, pero luego no aportaron nada.

Para cuando llegó la Fundación Carlos Beltrán, al principio ni les creyó, pensando que sería más de lo mismo. “Pensé que era uno más. Ya estaba tan lastimada y molesta. Los traté mal, seca, seca. Dije no me van a coger de zángana. No me ofrezca lo que no me van a dar. No me quiero ilusionar con más nada”, recordó.

Sin embargo, con ellos las cosas finalmente cambiaron. Y de las ruinas levantaron una nueva vivienda. El momento en que regresaban todos a su nueva casa, no podía ser más oportuno, pues la tormenta Dorian andaba amenazando a la Isla, levantando la ansiedad general y reabriendo cicatrices dejadas por María. Sin embargo, Ivette se sentía aliviada y tranquila porque “ahora puede venir la tormenta, y tenemos un techo seguro”.

La familia Beltrán y sus colaboradores también estaban de fiesta al ver la alegría y el agradecimiento de la familia de Blanca e Ivette. 

“Estamos celebrando la entrega de este hogar. Con la tormenta, esta familia perdió su hogar y la señora Blanca tuvo que salir hacia los Estados Unidos, porque no estaba bien de salud. Y literalmente pues la familia se separó”, recordó Beltrán. “Nuestra fundación hizo un recorrido, a través de los voluntarios cuando estábamos entregando los suministros, y nos dimos cuenta de la necesidad que había en familias que necesitaban la reconstrucción de hogares. En este caso, pues nuestro representante vino, vio el hogar, vio la necesidad, y nosotros pues tomamos acción. Pensábamos que esto iba a ser una restauración, pero al final surgió en una reconstrucción completa del hogar”.

Para tan importante labor, la Fundación Beltrán contó con el apoyo de la organización humanitaria y sin fines de lucro Saint Bernard Project (SBP).

“Encontramos a la compañía SBP, la cual se dedica a este tipo de reconstrucciones. Y honestamente, fue un ‘match’ muy bueno porque desde el principio SBP es una compañía que tiene la experiencia pero también son personas sumamente humanas que se envolvieron aquí con la familia”, explicó el exjugador de Grandes Ligas.

“Gracias a Dios pudimos terminar este proyecto y nos enorgullece muchísimo porque al final del día logramos unir la familia nuevamente. Ya doña Blanca está de vuelta en Puerto Rico. Y toda la familia está aquí”, agregó Beltrán, mientras doña Blanca asentía emocionada. “De eso se trata. Se trata de que, en momentos de necesidad, tomar acción”.

Su familia le apoya en el noble esfuerzo en favor de aquellos más necesitados.

“Para nosotros es una emoción supergrande de poder, como familia, aquí están mis hijos, Ivana, Kiara y Evan Carlos, y con todo el grupo de voluntarios, poder hacer esto una realidad para una familia puertorriqueña. Como dice doña Blanca, volver a unir a esta familia, que puedan disfrutar de su hogar. Una familia humilde trabajadora. Para nosotros no llena de mucho orgullo”, comentó Jessica.

“Obviamente, todo el mundo conoce a Carlos Beltrán como el gran deportista, pero es mucho más detrás de eso. Es ese compromiso que él tiene con el pueblo puertorriqueño, con su familia, con nuestro país. Y ese deseo de siempre aportar a otros, a hacer la vida de otros mejor”, afirmó Jessica. “Para nosotros es sumamente especial estar aquí con nuestros hijos, con doña Blanca, con su hija Ivette, con SBP que es nuestra compañía que nos ayuda a hacer estos esfuerzos posibles. Nos sentimos sumamente orgullosos y bendecidos”.

“Honestamente yo estoy bendecido. Me siento bendecido, como dice doña Blanca, de que Dios nos haya utilizado para hacer la diferencia”, aseveró Carlos. “En el caso mío, yo me sacrifiqué mucho jugando béisbol, dando lo mejor de mí. A través de esa carrera, Dios me dio tantas bendiciones y tantas oportunidades, y honestamente, lo menos que podemos hacer nosotros es estar conscientes a la situación del país”, reiteró Carlos, reflexionado que, aunque María causó mucha destrucción y tristeza, también propició que “surgieron muchas organizaciones tratando de hacer la diferencia y ayudar a las personas que estaban en necesidad. En el caso nuestro, siendo de aquí, puertorriqueño, y a sabiendas de la necesidad que había, pues tuvimos que tomar acción. Y nos sentimos felices. Yo estoy orgulloso”.

El deportista contó que mientras iba de camino a entregar la casa, le expresó a su esposa que “este día para mí tiene un significado bien bonito”, porque le recuerda su pasado humilde en Manatí, con una familia que vivió sus momentos difíciles.

“Que Dios me haya dado la oportunidad de crecer y desarrollarme y poder tener éxito en el béisbol, y poder darle de vuelta a la comunidad. En el caso de nosotros como organización, mi esposa y yo, porque esto no es un proyecto mío. Yo soy la cara, pero honestamente esto es familia. Siempre tratamos de hacer las cosas en familia, por dos razones. Primero porque entendemos lo que significa la familia para nosotros, y segundo porque queremos dejarle un legado a nuestros hijos de que el valor verdadero está en darle a la comunidad, y que cuando tú das, uno recibe demasiadas bendiciones. Así que estamos felices por eso”, aseguró el deportista.

Más allá de la nueva casa de esta familia en Canóvanas, comentó Carlos, la Fundación está muy consciente de que hay muchas familias que necesitan ayudan y tiene la intención de continuar con su solidaria labor. 

“Es triste la situación. Uno piensa que ya tan pronto pasa el huracán todas las ayudas llegan a donde tienen que llegar y las cosas se restauran. Pues desafortunadamente no ha sido así aquí en Puerto Rico. Y nada, nosotros seguimos trabajando. Seguimos tratando de tocar y llegarle a esas familias que están en esa necesidad, que a lo mejor no recibieron la ayuda del gobierno, o que han sido rechazadas por no tener algún documento. Nosotros lo que entendemos es que tenemos que actuar, tenemos que ayudar, y vamos a seguir moviéndonos hacia adelante”, insistió Beltrán. “Ahora mismo estamos trabajando en 20 proyectos. Nos sentimos contentos de eso, y falta mucho más. Todavía nos queda mucha ayuda, y queremos hacerla llegar al pueblo y que el pueblo la reciba y beneficiar a muchas familias”.