TOA ALTA - Aunque están lejos de superar la destrucción que les dejó el huracán María, los vecinos de Villa Esperanza no están olvidados y cuentan con la generosidad de cientos de personas y voluntarios que este domingo acudieron a esa comunidad a llevar alegría y suministros.

Casa por casa fueron entregando cajas y artículos los voluntarios de la iniciativa del Grupo Me Apunto, la compañía 3M, la Fundación Carlos Beltrán, la empresa B. Fernández, mientras especialistas y terapistas de la organización PILAR pintaban las caritas alegres de los niños y niñas de la comunidad, al tiempo que aprovechaban para hacer evaluaciones y precisar si alguno podría necesitar un seguimiento especializado.

Algunas familias, además, fueron adoptadas para recibir ayuda adicional de enseres y muebles.

“Tenemos mucha necesidad, pero somos bendecidos porque hemos recibido mucha ayuda”, dijo sonriente Gladys Rodriguez tras recibir la ayuda que le llevaron hasta su casa, bajando por un enfangado y resbaloso camino como son las calles esta comunidad.

“3M es una compañía bien dadivosa y cooperadora. Y lo que la corporación hizo con nosotros luego del huracán es lo que hacemos con nuestras iniciativas”, explicó Lourdes Monteagudo, gerente general de 3M Puerto Rico, detallando que la compañía “se portó espectacular” y ofreció respaldo y ayuda material y económica a sus empleados luego del huracán. “Así que nos salió del corazón buscar un lugar con necesidad para ayudarlos, y cuando vimos el reportaje en Primera Hora dijimos allí vamos”.

“Esto hace falta. Son gente que no ha recibido ayuda de otra manera. La gente dice, ‘Puerto Rico se levanta’, pero no, a Puerto Rico lo levantamos nosotros. Nos levantamos unos a los otros”, afirmó Noelia Lugo, coordinadora de donativos y voluntarios de la Fundación Carlos Beltrán, entidad que lleva 10 semanas llevando ayuda a lugares más afectados.

Al expresar su sorpresa ante la devastación que encontraron, los voluntarios destacaron la necesidad de apoyar a esta comunidad, donde poco a poco comienzan a levantar paredes nuevamente y ya han ido desapareciendo las montañas de basura que la rodeaban.

Entre esos voluntarios impactados se contaba el actor y presentador Alí Warrington, quien aseguró que buscaba “traer un poquito de alegría”.

“Ves tanta necesidad… esa casita con tres nenes y dos adultos, todos apilados en ese espacio tan pequeño, durmiendo en el piso. Lo importante es concienciar que hay gente que no se ha levantado, que siguen sin luz, que han perdido todo, que lo que tienen es por donaciones”, afirmó Warrington, lamentando que en lugares como la zona metropolitana “nos emburbujamos y nos olvidamos que hay comunidades pasándolo terrible”.

“El huracán sacó toda esa pobreza que queríamos esconder. Y mañana (hoy) lo voy a decir en la radio. Porque hay que llevar el mensaje que falta mucho por hacer y a esta gente no se le puede abandonar. Vamos a estar aquí y mientras tengamos voz lo vamos a estar diciendo, porque es algo bien necesario”, insistió Warrington.

La residente Karla Álvarez, como muchos otros, celebró el despliegue de solidaridad.

“Es algo bueno. Ayudan al que necesita, a los que quieren levantarse. Sientes que tenemos apoyo, que no estás abandonado del todo”.