Con una operación de corazón abierto y un trasplante de riñón, el veterano luchador de las históricas causas de la Isla Nena, Ismael Guadalupe, asegura que “no se quitará”.

“Vieques es todo para mí, es la universidad, el aprendizaje, es mi vida. No solo es una lucha nacional, sino una lucha de justicia social”, expresó Guadalupe, quien fue uno de los líderes del pueblo viequense en su lucha por sacar a la Marina de Guerra. 

En esta fecha se recuerda la muerte de David Sanes Rodríguez, el guardia de seguridad fallecido hace 20 años a consecuencia de una maniobra militar por parte de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en la Isla Nena.

A sus 74 años, el mayor reclamo de Guadalupe es la limpieza de las áreas contaminadas y “un sistema de transportación digno”.

Maestro de profesión, es el menor de cuatro hermanos. Nació en un humilde hogar en el barrio Santamaría de Vieques, que colindaba con terrenos en poder de la Marina. 

“Mi sueño era ser piloto”, dijo para contar que tampoco pudo completar otra de sus pasiones: el teatro. Aunque llegó a formar parte de una compañía de maestros de teatro que recorría Puerto Rico, escogió regresar a su Vieques natal para dedicarse de lleno a las luchas de su pueblo.

“Soy un viejo con alma de joven, no niego que a veces me canso, pero el compromiso es grande. Nací de una familia que fue expropiada, abusada, atropellada, de una tía que murió a consecuencia de los abusos de la Marina, porque ella se negaba a abandonar su casita y cuando la van a buscar, tía María estaba muerta. No la conocí, pero eso me marcó”, relató Guadalupe.

Contó que de niño vivió “el abuso militar” en la prostitución de mujeres y en las peleas callejeras entre marinos y la población civil.

“Vi lo que llamaban el remolque, que era cuando los choferes de carro público llevaban a mujeres cerca del barrio mío para que tuvieran relaciones sexuales con los marinos. Ahí yo vi por primera vez condones”, narró.

Después de completar la escuela superior en Vieques, estudió en Río Piedras, en el Puerto Rico Junior College y, en 1962, culminó un bachillerato en historia y drama en la Universidad de Puerto Rico.

Cuando ejercía el magisterio dijo que lo acusaban de hacer política con los estudiantes, por leerles el poema de Virgilio Dávila “No des tu tierra al extraño”, que figuraba en el texto escolar Aromas del Terruño.

En la lucha contra la Marina, estuvo preso varias veces, en la década de 1970 y posteriormente, haciendo desobediencia civil en la zona de tiro, tras la bomba que mató a Sanes. Además, fue líder en la Federación de Maestros y en el Comité Pro Rescate y Desarrollo de Vieques. También, desde los años 80, comenzó a dar la batalla “por un sistema de transportación digno” para Vieques y Culebra. “Nunca me he rajado”, subrayó.

En 2010, a través de una prueba de cabello, le encontraron mercurio en el cuerpo y los riñones le empezaron a fallar, teniendo que someterse a diálisis. En 2015, le colocaron dos “by pass” tras sufrir varios infartos y el 10 de agosto de 2016, una compañera de lucha de la desobediencia civil le donó un riñón. “Ahora tengo tres riñones”, sostuvo el veterano líder comunitario.

Su esposa, Norma Torres, es sobreviviente de cáncer de mama. 

Guadalupe es padre de cuatro hijos: Camilo, quien es abogado; Ismael, ingeniero; Yaurel, ingeniero geotécnico y Sergio, estudiante de maestría y doctorado en psicología.