El entusiasmo que sienten los miembros de organizaciones comunitarias que trabajan en Loíza se le sale por los poros y es contagioso.

Este miércoles, cuatro de ellas se unieron en la Alianza por la Paz: Por un Nuevo Loíza, para reducir la violencia y proveer alternativas educativas y de empleo a los jóvenes de este municipio.

La Alianza está integrada por la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR), el municipio de Loíza, Nuestra Escuela y Taller Salud.

Estas organizaciones llevan años impactando las comunidades de este pueblo costero, y fueron precisamente los resultados positivos que han obtenido lo que ocasionó que la Obama Foundation, bajo la iniciativa My Brother’s Keeper, seleccionara, de entre 250 participantes, la propuesta presentada por la FCPR y que pretende darle esperanza y un mejor futuro a este sector de la población.

Aunque la Obama Foundation ya había trabajado con estas comunidades hace varios años, ahora el apoyo se traduce en una subvención de $400,000, que fueron pareados por la FCPR, a cargo de administrar los fondos, para un total de $800,000. 

La iniciativa se implementará durante un periodo de dos años, que termina en diciembre de 2020, y para entonce, se espera reducir incidentes de violencia en el municipio; aumentar el número de jóvenes que hayan completado su cuarto año de Escuela Superior; e incrementar el número de jóvenes activos en una experiencia formal de empleo.

“La alianza es una iniciativa que combina a varias entidades que llevan tiempo trabajando con un componente educativo (como Nuestra Escuela)…  para buscar que los jóvenes de alto riesgo puedan completar su cuarto año. Taller Salud también trabaja con jóvenes de alto riesgo y les ofrece mentoría y acompañamiento para ayudarlos a desarrollar planes de vida…”, explicó Alana Feldman, coordinadora de comunidad de la FCPR para el proyecto My Brother’s Keeper.

Precisamente eso fue lo que más le interesó a la Fundación cuando evaluaron las propuestas (seleccionaron diez), que “se aliaban los esfuerzos de educación con los empleos en el municipio; era algo que tenía un paso adelante para los jóvenes. Sabemos que este trabajo, después de 2 años, va  a continuar por el compromiso de esta comunidad”, sostuvo Jaime Guzmán, líder del Chicago Youth Opportunity Programs de la Obama Foundation.

De su parte, Tania Rosario, directora ejecutiva de Taller Salud, aceptó que con la presencia de la Fundación “se amarra la intención de la colaboración con un norte más claro” para seguir llegando a los jóvenes.

Sostuvo que hay que trabajar porque muchas veces estos “creen todos los mensajes contrarios que les dicen y es difícil moverse de la narrativa. Son jóvenes que han hecho suyos mensajes ajenos como que sus vidas no valen, que el futuro no existe, que sus vidas van a ser cortas y que por eso no vale la pena hacer nada diferente”.

Otra que sigue aportando al esfuerzo es Ana Yris Guzmán, presidenta ejecutiva de Nuestra Escuela -que llevan casi 15 años en Loíza-. Mencionó que algo positivo es que el currículo se atempera a la necesidades de los jóvenes “para trabajar desde el perdón, desde la sanación,  desde la cultura de paz”.

Los participantes que tienen entre 15 y 30 años, son afrodescendientes y residen en los barrios Pueblo, Medianía Baja y Medianía Alta. Algunos de ellos enfrentan limitaciones para salir de su entorno porque corren algún riesgo.

De hecho, la alcaldesa de Loíza, Julia Nazario, recordó que cuando ella asumió el poder eran muchas las comunidades que estaban en guerra. Aseguró que esto sigue cambiando.

Uno de los esfuerzos que hizo el año pasado, y que este año por “razones políticas” no se logró, fue unir a los casi 500 estudiantes de escuela intermedia en un solo plantel.

“Esos jóvenes convivieron un año completo y los problemas que tuvieron fueron los que hay en cualquier escuela intermedia”, dijo al confiar en que para el próximo año académico siga la iniciativa.

Aceptó que cuando llegó “había un montón de comunidades que no se podían ver. Ahora quedan pequeños núcleos dentro de las comunidades pero en términos generales la gente que antes no se atrevía a salir está saliendo”.

Respecto a la alianza, Nazario sostuvo que es importante “para seguir cambiando la imagen que se tenía de mi pueblo”.

Como parte del esfuerzo, en el que Nuestra Escuela impactará directamente en las comunidades a los jovenes participantes, el municipio tiene propuestas que permitirán que estos, una vez completen el cuarto año, puedan obtener un empleo.

Es en el Consorcio del Noreste que se trabajan propuestas, y en cada una podría haber espacio hasta para 25 jóvenes de la Alianza.

“Estos pueden trabajar en las escuelas, en ornato, limpieza de playas, en oficinas o hasta en la empresa privada como oficinistas”, enumeró al agregar que pueden laborar en sus propias comunidades.

Se espera que al concluir el periodo de dos años, se impacten directamente a unos 80 jóvenes, pero indirectamente el número será mucho mayor.

También se crean más de diez puestos en las organizaciones sin fines de lucro.

Para más información visite www.fcpr.org ó llame al 787-721-1037