Un vistazo entre las calles de la barriada Vietnam -un sector colindante con los manglares de Cataño y Guaynabo- deja en evidencia la precariedad que a más de un año del azote del huracán María viven muchos de sus residentes, incluyendo aquellos que tuvieron que abandonar sus hogares en busca de un lugar seguro ante el rechazo de ayuda de reconstrucción que tuvieron por parte de agencias gubernamentales y federales.

En cambio, un hilo de esperanza se asoma para algunas de las familias quienes reciben en el inicio de la semana de Acción de Gracias la noticia de que sus casas serán rehabilitadas con el apoyo de una alianza del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas (CAAPPR) y las organizaciones sin fines de lucro “Unidos por Puerto Rico” y PathStone. La iniciativa se llama “Techos para Vietnam”.

Abrazada a sus hijas, Willianys Maldonado muestra con un suspiro de alivio haber sido elegida entre las primeras seis familias que participarán del proyecto que se gestionará con fondos ascendentes a $400,000 que proveyeron las entidades sin fines de lucro.

“Esto es un alivio, una esperanza… yo veía lejos el hecho de poder regresar a mi barrio y tener de vuelta mi hogar para mi y mis hijas”, destacó Willianys – madre de dos niñas de 12 años y cinco meses- sobre el hogar que tuvo que abandonar tras haber quedado destruido por la furia de la tormenta.

Explicó que, debido a los daños estructurales sufridos en la propiedad de madera y zinc que heredó de su mamá, tuvo que mudarse provisionalmente con un hermano para Manatí. “Estoy desesperada, esto ha sido muy tedioso”, expresó. 

La joven madre es una de 17 residentes que perdieron totalmente su residencia en la barriada Vietnam, una comunidad reconocida durante años por su espíritu de lucha y autogestión desde que sus primeros residentes rescataron los terrenos en la década de 1950.

En su momento, en Vietnam habitaron casi 900 familias, pero más de la mitad fueron expropiadas en medio de un lío legal que tuvieron los vecinos con el exalcalde de Guayanbo Héctor O’Neill, quien durante más de siete años quiso sacar a la gente del sector para desarrollar un proyecto que se conocía como “The Guaynabo City Waterfront”. Finalmente, y tras un largo proceso judicial, el tribunal supremo favoreció a la incansable comunidad. Pero justo cuando comenzaban a elaborar un plan de desarrollo vecinal llegaron los huracanes Irma y María, desangrando nuevamente las heridas que por décadas ha sufrido la gente de Vietnam.

Ahora, apenas quedan 280 casas en la barriada. Muchas ubicadas entre escombros y calles deterioradas que parecen invisibles ante las autoridades municipales y estatales. Por eso el anuncio del proyecto “Techos para Vietnam”, es recibido con regocijo.

Según Alfonso Lugo, portavoz de la junta de la organización Residentes Unidos en Lucha Pro Vietnam, Inc., la ayuda propulsada por el CAAPR es el inicio de un plan de acción que se levanta entre los residentes y que incluye establecer un proyecto de turismo comunitario, un centro de tutorías para niños y arreglo de techos residenciales, entre otros.

“El apoyo de organizaciones como estas son importantes para levantar a nuestra comunidad”, dijo Lugo al exhortar al alcalde de Guayanbo, Ángel Pérez, a que ayude en los esfuerzos activando brigadas de limpieza de escombros y alcantarillas en la zona y agilizando los procesos de permisología.

Mientras, la presidenta de CAAPR, Diana Luna, adelantó que inicialmente la iniciativa impactará a seis viviendas que fueron elegidas tras cumplir con unos criterios que incluían: ser la única y principal vivienda de la familia, ingresos bajos, y tener título o evidenciar tenencia sobre la propiedad, entre otros.

“Posteriormente, vamos a tener una segunda fase para orientar a la ciudadanía sobre cómo mejorar los anclajes en techos de madera y otros aspectos claves de diseño en donde hemos observado deficiencias en las estructuras de la comunidad…claro, hay que tomar en consideración que muchas de estas casas fueron reparadas por sus dueños, cansados de esperar por una ayuda gubernamental”, manifestó.

 Por su parte, la directora de Programas de Vivienda de PathStone, María Rodríguez, indicó que confían que las labores puedan ser completadas en un periodo de tres meses y entregadas a sus residentes en el primer trimestre de 2019.