Lo que pudo ser una broma al lanzar un “cherry bomb” a la residencia de una familia en el barrio Carmelitas, en Vega Alta, culminó con una agresión grave a una perrita a la que la pirotecnia le reventó en la cara y provocó que perdiera su ojo derecho.

El lamentable incidente de maltrato animal ocurrió el pasado sábado al anochecer, mientras Roxanna Rivera García compartía con sus tres hijas, de 12, seis y cuatro años de edad, en el balcón de su residencia. La mascota y querendona de la familia, “Venus” -una perrita rescatada de la calle hace cinco meses cuando apenas era una recién nacida- jugaba en el patio del hogar.

“Alguien pasó en un carro y tiró por encima de la verja el ‘cherry bomb’. Nosotros brincamos del susto porque sonó bien duro. No nos percatamos que la perra estaba herida hasta que la nena mayor se le acerca, la ve ensangrentada y empezó a gritar… las nenas se descontrolaron porque pensaron que se iba a morir. Fue un momento de mucha tensión”, expresó la mujer a Primera Hora.

Tras lo ocurrido Roxanna comenzó a llamar a diversas clínicas veterinarias, pero debido a la hora y día sólo pudo localizar un hospital de animales ubicado en la avenida Jesús T. Piñero, en Río Piedras, a donde llegó sin pensarlo y  angustiada con la perrita herida.

Allí, el veterinario Luis Ortiz, atendió al can y tras evaluarla les dio la triste noticia: “la perrita perdió el ojo”.

“Es que ese ojito estaba botando mucha sangre y hubo que operarla. Pero no se pudo salvar ese ojito. Al menos tenemos a Venus con nosotros y las nenas están más tranquilas”, relata Roxanna.

Actualmente, Venus se encuentra en su hogar recibiendo tratamiento con antibióticos y medicamentos para el dolor. Su próxima cita en el veterinario será en dos semanas.

Debido a lo ocurrido, la perrita se encuentra temerosa y desconfiada de lo que ocurre a su alrededor. Sólo parece reconfortarla el mimo de quienes la adoptaron cuando buscaba alimentos entre la basura.

Roxanna contó que tras lo ocurrido no ha radicado ninguna querella en la policía pues no estaba segura si procedería pues no sabe quién agredió a “Venus”. “Todo pasó tan rápido que lo que escuchamos fue el carro partir”, expresó.

En cambio, tras el consejo de varias amistades está decidida a notificar a las autoridades y hacer una denuncia bajo la Ley 154 para el Bienestar y la Protección de Animales.

“Es importante hacerlo porque mi perrita pagó lo que pudo ser un chiste para otras personas”, lamentó.

Según los artículos 5, 6 y 7 del estatuto, el maltrato de animales es un delito grave que, dependiendo el grado de la agresión, pudiera conllevar entre seis meses y 15 años de cárcel y multas desde $1,000 hasta $15,000.