Como aquel juguete que conservas añorando un pasado repleto de recuerdos, Francisco Miranda, quien fuera 23 años cantinero del desaparecido hotel Dupont Plaza, que ubicaba en la zona turística del Condado, guarda sillas quemadas, fichas derretidas y monedas de casino, un boleto de estacionamiento, muchas fotografías y el último cheque que recibió.

“La gente, los seres humanos, somos así, guardamos las cosas. ¿Con qué propósito? Nadie sabe”, explicó Miranda a la agencia Inter News Service (INS) sobre la razón por la que conserva los objetos del Dupont Plaza, a 26 años de uno de los peores incendios que ha ocurrido en un hotel en la historia, que dejó 97 muertos y 140 heridos, en su mayoría turistas estadounidenses y canadienses.

A pesar de sus más de 20 años de experiencia, el antiguo empleado del Departamento de Alimentos y Bebidas de la siniestrada hospedería quedó desempleado por meses, al igual que muchos de sus compañeros, tras el incidente del 31 de diciembre de 1986.

“Nos quedamos todos sin trabajo. Nos quedamos desprestigiados. En una forma confidencial, todos los patronos de este negocio (de hostería) parece que se pusieron de acuerdo para que no se empleara la gente que había trabajado en ese hotel porque cuando uno iba a un sitio y decía que había trabajado en el Dupont Plaza, uno llenaba los papeles y le ponían una equis roja. De eso me enteré años después”, relató Miranda.

Añadió que “hubo empleados que demandaron a ciertas empresas porque los discriminaron simplemente porque trabajaron en el Dupont y estuvieron ese día ahí trabajando y no fue culpa de ellos.  Eso conllevó una serie de cosas. La gente se enfermó, otros murieron de estrés y de pena y de cosas. Se fueron consumiendo. Unos no pudieron trabajar más nunca. Bueno, fue una cosa... Una tragedia”.

El cantinero, quien hoy es el dueño del restaurante Il Giardino en el hotel Caribe Hilton, indicó que, dado a la difusión de la noticia a nivel mundial, el sector turístico y la economía en el país fueron los más afectados.

Sin embargo, se revisaron muchos de los códigos de seguridad en el país a raíz del incendio, provocado por una lata “Sterno” prendida al lado de unos muebles almacenados en un área adjunta al salón donde se celebró una reunión de la Unión de Tronquistas, que representaba a los trabajadores de la hospedería.

Todos los empleados del hotel Dupont Plaza, a excepción de los gerenciales, pertenecían al mencionado sindicato y mantenían un tranque en el convenio colectivo, dado a que la administración pretendía contratar empleados que no fueran sindicalizados.

Miranda contó que hubo muchos errores de seguridad: las puertas del casino abrían hacia adentro, por lo que la multitud quedó encerrada dentro del local; el hotel no contaba con extintores en todos los pisos y tampoco estaba instalado un sistema de rociadores para apagar incendios.

El camarero, oriundo de Corozal y que en ese entonces tenía 40 años, trabajaba en la barra de la piscina del hotel, desde donde se divisaba la parte oeste del edificio.

El incendio ocurrió en el primer piso, cerca del amplio salón donde estaban reunidos los agremiados para discutir los asuntos relacionados al voto de huelga que implantarían esa misma noche.

“La gerencia cometió el peor error del mundo dejando que se hiciera esa reunión dentro del hotel.  No puedes dejar al enemigo en tu casa porque te la quema”, dijo Miranda sobre la discusión que mantenían los unionados, la que debió realizarse en un lugar que no tuviera que ver con ninguna de las partes involucradas.

Las llamas ascendieron al casino, que ubicaba en el segundo piso, por el área este.

“Fue como un relámpago”, explicó Miranda, sobre las llamas y el ruido que observaba desde donde se encontraba.

El cuerpo del gerente general del hotel, Brooke Thompson, quien encabezaba el tranque en el convenio, también fue identificado entre las víctimas.

“De momento alguien rompe una ventana arriba con una silla, un 'stool' (taburete), de las tragamonedas y por ahí se tira y cae frente al pasillo de la barra. Y otra más, y otra más, y otra más. Rompieron todas las ventanas con las sillas del casino. Todas las ventas las rompieron, una cosa horrible, y ese ruido y la cristalería”, detalló.

A raíz del incidente, se arrestó a Héctor Escudero y a sus cómplices Armando Jiménez y José Francisco Rivera como responsable de provocar el siniestro.

“Estando el fuego en todo su apogeo, ya los mismos empleados sabían quiénes habían sido. Los tres empleados que fueron declarados culpables, ellos mismos habían pregonado eso a toda boca”, sostuvo Miranda.

El exempleado del Dupont Plaza, en el sector turístico del Condado, indicó que Escudero sigue preso, Jiménez vive en Estados Unidos y Rivera falleció.

Miranda, después de un tiempo desempleado, lo que incluso lo llevó a mudarse a Estados Unidos, fue contratado en 1992 como gerente del recién inaugurado restaurante Il Giardino en el Caribe Hilton y en el 1996 se convirtió en su dueño, hasta la actualidad.

A pesar del triste suceso, Miranda conserva esa alegría y buen sentido del humor que le distinguen y afirma que ha podido continuar porque se considera una persona fuerte en muchos sentidos.

Solo espera que, tanto el gobierno como los gerentes de hoteles, hayan aprendido sobre el suceso para que no vuelva a repetirse.