Vimarie Rojas Rivera, de 8 años y paciente de leucemia linfoblástica aguda, sonreía entusiasmada mientras abrazaba y acurrucaba al patito “Blue”, la nueva mascota que la acompañará en el proceso de tratamiento y recuperación.

La menor, atendida en el Hospital San Jorge, en Santurce, no será la única que disfrutará de la compañía de “Blue”, un robot dentro de un peluche programado para tranquilizar a los menores en sus procedimientos médicos.

Vimarie, sin pensarlo dos veces, le puso el nombre de su preferencia, inspirada en la película “Rio”. Lo mismo hizo Camila Torres Massó, también de 8 años, quien lo llamó “Paco”, igual al guacamayo que tienen de mascota en el hospital.

La niña, otra paciente de leucemia, comenzó a interactuar inmediatamente con el peluche, que ayuda al menor a expresar sus emociones -con la ayuda de siete emojis- como alegría, tristeza y hasta náuseas.

El patito se mueve al contacto de la mano y reproduce sonidos relajantes, que incluyen olas suaves, viento y una granja. También produce una respiración profunda y latidos que los cuidadores pueden incorporar a las rutinas y ejercicios para tranquilizar a los pequeños cuando enfrenten algún procedimiento.

El robot, además, tiene un puerto de quimioterapia que permite a los pacientes reflejar sus experiencias de cuidado a través del juego, dándole una sensación de control durante el proceso. 

Urania Domínguez, especialista en Vida Infantil del Hospital San Jorge, les explicó a las niñas cómo cuidar a “Río” y a “Paco”, y a sus padres, a cómo bajar una aplicación que les permitirá “bañar y darle de comer” a su nuevo amigo.

Wilmary Rivera, madre de Vimarie, felicitó a quienes hicieron posible esta herramienta que ayuda a sus hijos, “porque muchas veces ellos tienen mucho miedo… pero por cosas como esas, ellos pueden controlar sus emociones y seguir hacia adelante en este proceso tan difícil”, dijo sobre la iniciativa comisionada por la empresa Aflac y cuyos costos son sufragados por el programa My Special Aflac DuckTM.

Mientras, para Teresita Massó, progenitora de Camila, el peluche es una chulería. “Me gustó mucho y sé que a ella le va a gustar también”.

Pero detrás de todo este esfuerzo también está la Fundación de Niños San Jorge, que hace 24 años trabaja para ayudar a los pacientes, de 0 a 21 años, en toda la Isla “a alcanzar la mejor medicina posible y cubrir los gastos médicos que su plan no cubra en un 100%, incluyendo deducibles”, informó Juan Soto, director de recaudación de fondos de la fundación.

Soto también es el representante local del Children’s Miracle Network, organización sin fines de lucro que agrupa más de 170 hospitales y fundaciones pediátricas en Estados Unidos, y que recauda fondos para hospitales infantiles.

Precisamente, fue a través de ellos que entró Aflac a nivel local para ayudar a la fundación y brindar los robots, de los que ayer se entregaron cinco.

El peluche es producto de más de 18 meses de investigaciones centradas en niños, sus padres y proveedores médicos en el Centro de Investigación de Cáncer y Enfermedades de la Sangre de Aflac en Atlanta.

 La meta es entregar el My Special Aflac Duck, gratuitamente, a los más de 15,000 niños diagnosticados con cáncer cada año en Estados Unidos y Puerto Rico.

Si usted tiene algún menor que necesite servicios de la Fundación de Niños San Jorge, puede llamar al 787-622-2200.

También, pueden visitar AflacChildhoodCancer.org.