ORLANDO. Sailany Colón, estudiante universitaria de Justicia Criminal, había llegado a la Florida Central el 18 de septiembre pasado, en compañía de su madre para asistir al cumpleaños de una sobrina.

Dos días después, el huracán María devastó la Isla y no pudo regresar a Puerto Rico.

Tras ver interrumpidas sus   clases en la Universidad Interamericana en Río Piedras (Inter Metro), la chica de  20 años se vio tentada por la dispensa que concedió para entonces   la Universidad Central de la Florida (UCF) para que estudiantes de Puerto Rico pudieran continuar sus estudios pagando el costo reducido de matrícula que se aplica a los residentes aquí.

“Siempre tuve la idea de venir a estudiar en los Estados Unidos, pero el huracán María me empujó, me obligó a moverme de donde estaba. Me aceptaron y me di de baja de la Inter. Me voy a quedar aquí. Regresaré cuando ya tenga mi carrera si es que la Isla me ofrece algo positivo”, dijo la joven quien tenía un promedio de 3.80 cuando estudiaba en la Inter Metro.

No todo ha sido miel sobre hojuelas porque Sailany tuvo que solicitar un préstamo personal para costear los $900 mensuales que paga por un apartamento estudiantil.

“El dinero que me aprobaron me dará para vivir allí hasta junio y luego buscaré algo más económico y un ‘room mate’ para compartir los gastos”, dijo la universitaria.

Para un estudiante residente en Florida, el costo por semestre es de aproximadamente $3,000 y sube a $11,000 por semestre para estudiantes de otros países. 

Al estudiantado boricua se le extendió el beneficio de pagar el costo de residente hasta la primavera de 2019, explicó José Luis Rivera, presidente y fundador de la Asociación de Estudiantes Puertorriqueños de la UCF.

Esta organización tiene 183 afiliados y se creó el año pasado para unificar a la población boricua en esta universidad y apoyar una agenda compartida que atienda y defienda los intereses particulares de los puertorriqueños.

La UCF -una universidad del Estado- es uno de los centros educativos más grandes de los Estados Unidos.

Tiene 66,000 estudiantes, 13 recintos y el 45.8% de su matrícula la integran minorías; se estima que la mayoría de ese grupo es boricua.

Es la universidad en la Florida central que más estudiantes boricuas ha admitido a raíz del huracán -210 jóvenes-, según Rivera.

Agregó que en un momento dado la UCF expresó la inquietud de que esta dispensa provocara una fuga de cerebros de estudiantes puertorriqueños que perjudicara la matrícula de las universidades en la Isla.

De hecho,  trascendió recientemente, la preocupación de centros educativos como la Universidad de Puerto Rico (UPR) que reveló que a consecuencia del huracán María cerca de 900 estudiantes (6% de su matrícula) del recinto de Río Piedras no regresó.

En los 11 recintos de la UPR, la merma fue de 1,561 estudiantes (2.7%) de un total de 58,000 que tiene ese sistema público. 

Sin embargo, el presidente de la Asociación de Estudiantes Puertorriqueños en UCF -y quien es estudiante de Economía en esa universidad- dijo que las universidades en la Isla “deben dejar este lloriqueo”. 

“Puerto Rico está perdiendo estudiantes pues las universidades no atienden las necesidades que el estudiante busca. Esto es demanda y oferta. Que dejen de llorar y que se pongan a crear esas oportunidades para que retengan a los estudiantes; que revisen su oferta académica y sus servicios”, exclamó.

“Se han buscado que los estudiantes nos vayamos”

Karl Córdova, de 20 años, estaba de vacaciones en Nueva York cuando el ciclón sacudió Puerto Rico, por lo que se  quedó varado y luego viajó a   la Florida Central donde residen algunos familiares.

Allí estuvo dos meses, pero en noviembre regresó a la Isla para terminar el semestre a pesar de que la UPR Bayamón, donde estudiaba Administración de Empresas, sufrió daños; no terminó el semestre porque no le aprobaron una propuesta para completar las asignaturas pendientes a través de la Internet.

Se dio de baja y  regresó a Florida, donde estaba aceptado por la UCF.

“Preferí perder el semestre que quedarme. El recinto estaba operando a medias, sin biblioteca y en medio de aires de huelga por los recortes que se habían aprobado meses antes”, dijo el joven.

Indicó que en UCF la carga académica es fuerte. Sin embargo, todo lo que se imparte en el salón, se coloca en la Internet cosa que le da la oportunidad de revisitar un curso, repasar las presentaciones en power point y entregar sus tareas on-line.

“La UPR y el Gobierno de Puerto Rico se han buscado que los estudiantes nos vayamos por los recortes que han aprobado en la educación pública. La educación es algo donde no se hacen recortes”, opinó. 

En el caso de Alejandro Chardón, lo más difícil ha sido la ausencia de la comida de fonda que tanta le gusta.

Tiene 21 años, estudiaba en la UPR ene Mayagüez, pero la interrupción que el ciclón causó lo llevó a mudarse a Orlando en compañía de su hermana menor, quien también estudia en esta universidad.

“En la UPR siempre hay una inestabilidad y muchas interrupciones por huelgas y paros. Por eso aproveché lo que causó el huracán y me mudé”, dijo el alumno ponceño.