El municipio de Lajas suspendió toda actividad en el área turística de La Parguera, así como sus tradicionales Fiestas Patronales, a raíz de la emergencia que vive el país relacionado a los fueres sismos que se han sentido en la Isla.

En una reunión con personal del Centro de Operaciones de Emergencia, el alcalde Marcos “Turin” Irizarry anunció, además, que abrirá dos nuevos refugios, debido al incremento de personas cuyas residencias han sido afectadas y necesitan un lugar dónde pernoctar por temor a que sus residencias colapsen.

“Todo lo que teníamos en agenda se canceló. Lo que está pasando no nos permite celebrar esas actividades. Va a ser un golpe duro para la economía de Lajas, pero es lo prudente”, comentó Irizarry al ser abordado por Primera Hora.

Las Fiestas Patronales estaban pautadas para celebrarse del 6 al 9 de febrero próximo.

Irizarry indicó que la cantidad de residencias afectadas en su municipio aumentó a 150 y que al momento atienden a sobe 500 refugiados en el coliseo Juan E. Lluch.

“El coliseo está bastante lleno, pero después de lo que pasó hoy (sábado), estamos seguros que van a llegar más personas”, destacó Irizarry, en referencia al más reciente sismo de magnitud 6.0 que se registró la mañana del sábado cerca del área de Peñuelas y que se sintió en toda la Isla.

“Vamos a abrir un refugio nuevo en el gimnasio municipal y otro en la Plaza del Centro Comercial. Ya me reuní con personal del Departamento de Educación y pedí que prepararan alimentos como para 600 personas”, subrayó el primer ejecutivo municipal durante la reunión con los directores de agencias de su municipio.

Según se informó, además de las personas que utilizan los refugios, decenas de familias han escogido espacios amplios y al aire libre para pernoctar, como parques y áreas recreativas en los sectores Cuesta Blanca, La Plata, Residencial Las Américas, Estancias El Parra y el Estacionamiento Público, entre otros.

El alcalde organizó distintos grupos de trabajo para visitar la zona urbana y los barrios de Lajas para identificar residencias que podrían estar en riesgo de sufrir daños severos o hasta colapsos y así orientar a sus residentes sobre los pasos a seguir para garantizar la seguridad de las familias. De igual forma, recordó en la reunión del COE el terremoto de 1987 que se registró el 30 de mayo de 1987, que tuvo su epicentro cerca del área de Boquerón y que fue fuertemente sentido en Lajas.

“Aquel se sintió bien fuerte. Lo que pasa es que no se vivió con la misma frecuencia que el de ahora”, destacó Irizarry, al hacer hincapié en que la tierra lleva ya semanas sin dejar de temblar.

“Un temporal se queda corto comparado con lo que está pasando. El temporal nos destruye y se va. Esto no destruyó, nos sigue destruyendo y nadie sabe cuándo se va a acabar”, sentenció Irizarry.