Doña Rosa Santiago, natural de Río Piedras, hace casi 30 años sintió la inquietud de que la gente debía tener un lugar dónde congregarse, sin tener miedo a salir de su hogar, para disfrutar de un buen rato de oración, música y un sano compartir.

“Por siempre yo he sido líder de comunidad, la gente me llama mucho para rezarle a los difuntos (novenas), para hacer vía crucis y vi una necesidad de que en diciembre se celebrara algo, porque  como que no había nada y la gente tenía miedo a salir”, dijo.

¿Pero los católicos en diciembre celebran las Misas de Aguinaldo y las Posadas?

Sí, pero en la comunidad como tal no, porque las misas son en la iglesia y hay que ir a la iglesia. Nosotros somos la iglesia que baja a los hogares, a la comunidad, eso es lo más que me gusta, vamos a las casas y compartimos, cantamos, hacemos oración”.

¿Cuándo empezó con esa devoción?

Eso fue en el 1986. Ya vamos para 30 años.

¿Quién le dio el permiso para hacerla?  

Fui a la iglesia (a la parroquia San Salvador en Río Piedras) y le dije: ‘Padre, yo quiero hacer algo distinto en la comunidad’, y entonces él me dijo: ‘Pues mira, pasea al Niño Jesús’, y el padre me regaló un bebé, pero de cuna”. Con el tiempo adquiere una del Divino Niño, tal y como se conoce en la Isla. Luego, ideó que en vez de una novena de nueve días, la extendería nueve más.

“Cogí la Novena del Divino Niño y empezé con nueve días, pero la gente seguía pidiendo y tuve que ampliarlo nueve días más, porque pedían que los visitara”, sostuvo al decir que en ese  tiempo empezaron dos o tres personas y ahora son muchísimas las que se reúnen.

“La gente nos acoge, presentan sus peticiones y cuando ven que reciben lo que piden, siguen con la devoción. Además, se llenan de paz y alegría, comparten, somos una familia, nos conocemos”, asegura.

¿Así que hay milagros?

Hemos tenido mucho milagros; cantidad de gente da fe de eso, incluyendo enfermos de cáncer que se han curado. Una vez teníamos un niño diabético y empezamos con la novena y ahora el nene es un policía, se sanó.

También contó la historia de una mujer de 40 años que abortó un bebé y tras hacer la novena está embarazada nuevamente y lista para dar a luz.

La Novena al Divino Niño empieza el 15 de diciembre, todos los años, y  finaliza el día 5 de enero. No hay rezos el 24 de diciembre (Nochebuena), el 25 (Navidad), el 31 (Despedida de año) y el  1 de enero (Año nuevo).

Cada día de la novena, “el niño” permanece en la casa que se visita hasta el día siguiente, cuando es llevado a la otra; así hasta el final. El día 5, a la casa que llegue se quedará hasta el año siguiente.

El último día de la novena, el 5 de enero, se hace una fiesta en un hogar donde participan los miembros de todas las casas que se visitaron e invitados.

Este año se le agregó a la devoción la imagen de la Virgen embarazada, que también recorre la casas, y se usa hasta el día 23, porque como ya el 24 de diciembre nació Jesús, pues ya la guardan devotamente hasta el año siguiente.