A juicio cirujano sin licencia en la Isla

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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El cirujano plástico dominicano Roberto Guerrero Daniel enfrentará juicio el 12 de agosto por practicar medicina en Puerto Rico sin tener licencia para ello.
El juez Abelardo Bermúdez Torres, del Tribunal de Primera Instancia de San Juan, encontró causa probable para juicio contra el galeno de dos cargos por violación del Artículo 9 de la Ley del Tribunal Examinador de Médicos (TEM), por evaluar y realizar un tratamiento postquirúrgico a una paciente en la Isla.
La coacusada, Crisbel Pulgar de Guerrero, también verá su día en corte por el mismo cargo, pero bajo la modalidad de cooperadora.
“Nunca había visto un caso donde la modalidad de cooperadora se haya visto tan clara”, se escuchó decir al juez cuando los abogados Jane Hoffman y Gabriel Hernández se acercaron al estrado para tratar de cambiar su decisión.
Su determinación se dio luego de escuchar el testimonio de Migdalia Negrón, quien relató que conoció al doctor por medio de la coacusada, quien es esposa de un primo del galeno.
Negrón y Pulgar eran compañeras de trabajo en un banco, cuando la primera expresó su interés en someterse a una cirugía plástica. Pulgar le recomendó a Guerrero, y le mostró el resultado de sus operaciones.
“Me dijo que por $5 mil me hacía el full combo, que incluía abdominoplastia, lipoescultura y senos”, dijo la gerente ejecutiva bancaria.
El 19 de octubre de 2007 fue a casa de Pulgar a ver a Guerrero, quien la evaluó en la sala de estar del hogar de la coacusada. Allí, le palpó los senos y el abdomen y le dijo que era candidata para la intervención quirúrgica. No sin antes cobrarle $500 por adelantado y el resto lo pagaría en efectivo cuando fuera en febrero a Santo Domingo para operarse.
El procedimiento fue el 5 de febrero en la capital dominicana. Dijo que “nunca me sentí bien”, que le dolía respirar y que tenía el abdomen inflamado, “como una bomba de cumpleaños llena de agua”, por lo que la señora que la cuidaba llamó a Guerrero.
“Él dijo que yo era una changa, que eso era una tontería, que era cerumen y que eso se extraía con una aguja”, narró Negrón.
Cuando el fiscal César Mercado Santaella le preguntó qué pasó el 24 de febrero, la testigo respiró hondo y dijo que Guerrero la citó al hotel Courtyard, en Miramar, donde “el portero lo conocía” y entraron a una habitación tipo suite.
Allí le extrajo líquido del vientre con tres punzadas. Dijo que vaciaba el cerumen en un vaso y después lo botaba en el baño.
Se complicó en varias ocasiones y Guerrero la refirió a los doctores Roberto Vélez y otro de apellido Arizmendi quien, dijo, atendían los pacientes del cirujano plástico aquí.
En total, Negrón pasó por diez operaciones en 43 días en el hospital San Pablo, en Bayamón.
Hoffman trató de impugnar su testimonio con detalles de su declaración jurada y le preguntó si no había pedido $50 mil al médico, y la testigo contestó que no.
También testificó el cirujano plástico Carlos Planell, quien dijo que la relación médico-paciente comienza con la anamnesis, cuando se pregunta historial médico, condiciones de salud, entre otras.