Gracias a los avances de la tecnología, Lorraine Arriaga Rojas y su compañero Elgyn Maynor pudieron apreciar a sus trillizos en gestación a través de un sonograma 4D, el cual mostró a tres varoncitos ágiles, que se acarician, se estiran y se dan patadas mientras flotan en el vientre de su madre.

La clínica del grupo obstétrico Egos de Humacao fue el punto de encuentro, donde la también madre de gemelos se realizó la ecografía de ultrasonido en el que se perciben los movimientos e interacciones de los fetos en un tiempo real.

El obstetra Luis E. Pardo se encargó de monitorear a los chiquillos que actualmente tienen 25 semanas de gestación y cuyos pesos ya sobrepasan una libra y cinco onzas.

Mientras el equipo de ultrasonido realizaba el recorrido por el vientre materno, el embeleso de los padres y las enfermeras se hizo evidente, en especial por las imágenes excepcionales que provee el sonograma 4D, que les brinda la oportunidad a los médicos de tener una apreciación global del feto, incluyendo posibles malformaciones.

En el caso de Lorraine, el asombro era aún más notable dadas las particularidades del embarazo en las que un óvulo fecundado se dividió en dos idénticos (gemelos) y un segundo óvulo se fertilizó por otro espermatozoide diferente (bebé fraterno).

Precisamente, en el sonograma se pudo apreciar cómo los gemelos que comparten el mismo saco amniótico se tocan, se dan pataditas, se empujan, rozan sus manos y, hasta cierto punto, compiten por el espacio que ocupan en el vientre de su madre.

Mientras, Lorraine, impactada con el espectáculo que recibió por parte de sus crías, le lanzó al médico la pregunta de rigor: “¿Ve todo bien, doctor?”.

“Aparentemente todo está normal. Están creciendo adecuadamente. Tienen un tamaño adecuado para su edad gestacional y se ven bien activos”, respondió el obstetra, mientras continuaba realizando el estudio, en el que los fetos, especialmente los idénticos, estuvieron gran parte del tiempo moviéndose.

Y, es que pareciera que ya empiezan a interactuar, sobre todo cuando uno choca su rodilla o pie en la cara del otro y éste lo nota. Es increíble ver cómo enseguida el último voltea su cara y estira su cuerpo como en señal de defensa, tal como hubiera reaccionado un niño nacido.

De otra parte, el bebé fraterno parece ser el más cómodo que está de los tres y se ubica en el extremo derecho de la barriga de su mamá. En cambio, fue difícil fotografiarlo pues se mostraba todo el tiempo acurrucadito en su refugio. Aun así, las manos expertas de Pardo pudieron mostrar a través del monitor un perfil del pequeñín.

Indiscutiblemente, el momento fue emocionante para los padres, quienes veían sus rasgos reflejados en las facciones de los fetos, cuyos nacimientos están previstos para mediados de febrero próximo.

“Míralos, míralos… son puro pai”, expresó orgulloso Elgyn, mientras Lorraine aseveraba su comentario al decir “sí, tienen la misma nariz tuya, pero los labios de ése (el fraterno) se parecen a los míos”.

Menos contracciones

De otra parte, las contracciones uterinas que mantienen a Lorraine en “reposo total” han mejorado considerablemente, gracias a los servicios de obstetricia en el hogar que está recibiendo a través del programa Matria.

“Prácticamente me están dando entre tres y cuatro contracciones al día y eso es normal, según me dijo el médico”, indicó la joven.

Como parte del tratamiento, Lorraine recibe diariamente medicamentos para controlar las contracciones, que son monitoreadas dos veces al día a través de un sistema inalámbrico.