Para Carla Cartagena no ha sido fácil levantar sola a sus dos niños Adaer Agosto y y Adrián Mateo Agosto, de 8 y 6 años, respectivamente, máxime cuando el mayor padece de espina bífida con hidrocefalia, entre otras condiciones.

Por eso, sus niños se han criado como todo unos guerreros dispuestos a ayudar y así salieron a la calle la pasada semana a vender sus aguacates bajo el puente de la carretera #15 en Cayey.

Usualmente es su madre quien realiza rifas y ventas de bizcochos para sufragar los gastos de todos los materiales que necesita Adaer para su cuidado diario, además de las comidas que requiere cuando está hospitalizado. Pero esta vez fueron los niños quienes decidieron aprovechar esos frutos que les dejó el huracán Fiona para obtener un dinerito con el que ayudar en los gastos de la decimocuarta operación a la que el pequeño tendrá que someterse muy pronto.

Ángel D. Martínez, quien vende café en el mismo lugar, tuvo palabras de aliento para los niños y les dio la mano para dar a conocer su venta.
Ángel D. Martínez, quien vende café en el mismo lugar, tuvo palabras de aliento para los niños y les dio la mano para dar a conocer su venta. (Suministrada)

“Yo siempre hago cositas para generar ingresos porque no puedo trabajar. Eso es algo que a veces me pone bien triste y me frustra bastante, pero a la misma vez digo, si voy a trabajar pues él no va a recibir los servicios que necesita. Había empezado a hornear bizcochos para recaudar fondos y ellos están muy conscientes de la situación económica que tenemos, por eso la idea de ir a vender los aguacates fue totalmente de ellos. Mi papá llegó, tumbó los aguacates y eran las 5:00 de la tarde y nos paramos allí con el cartel”, explicó Cartagena, quien reside en Cayey.

Al pasar el tiempo, cuenta la madre que Adaer se puso triste por no haber vendido ningún aguacate. Entonces, una persona se detuvo. Ese fue Ángel D. Martínez, quien se para en el mismo puente cada madrugada a vender su “Cafecito en la Luz” y quien recientemente fue protagonista de nuestras historias de superación en el especial Somos Cayey.

Al encontrarse con este par de niños valientes y su dedicada madre, Ángel les contó su historia de cómo paso de no vender nada a convertir su negocio en su principal sustento y todo gracias a su fe en Dios y a la ayuda de un cliente que le tomó una foto y la subió a sus redes sociales. Por lo que el comerciante decidió hacer lo mismo con Adaer.

“Él (Ángel) estaba limpiando su área de trabajo, nos encontró y le contó a mis nenes su historia de cuando empezó su primera semana y no vendió ningún café. Entonces, fue al carro, buscó $3 dólares y le dice: ‘¿Me vendes un aguacate campeón?’ Y Adaer le vende el aguacate. Ahí el muchacho le pide una selfie y me dice que lo iba a poner en su página. Pero nunca me imaginé que llegaría a tantas personas y que me llamarían ustedes. No fue casualidad, Dios permitió que nos encontráramos con el muchacho de El Cafecito en la Luz”, confesó emocionada la madre de 33 años.

Desde que subió el post a las redes, Adaer ha recibido múltiples mensajes de apoyo que le han llenado de tanta emoción que su madre ha tenido que dejarlo expresar sus sentimientos a través de las lágrimas.

“Cuando todo empezó a ocurrir Adaer lloró dos horas corridas. Quedó impactado porque la gente empezó a decir muchas cosas bonitas, le leí los comentarios y me decía que estaba feliz, pero que tenía sentimiento. Y lo tuve que dejar llorar hasta que se calmó”, contó Cartagena, a la vez que agradeció a Martínez, porque “su publicación nos sacó de ahí. Le agradezco porque es un ser humano increíble. Mis agradecimientos eternos para él”.

Su lucha diaria

Esta madre tiene duras batallas, ya que su hijo requiere de cuidados especiales: tiene intestino neurogénico y vejiga neurogénica, por lo que requiere limpieza intestinal diaria y se cateteriza cada tres horas para sacarle la orina. Además, toma nueve terapias semanales (psicológica, del habla, física, terapia de comer, entre otras) y ha tenido 13 operaciones y múltiples hospitalizaciones.

Próximamente, Adaer necesita someterse a una nueva intervención quirúrgica para drenar el líquido que tiene en su cordón espinal, por lo que su madre se encuentra preparándose económicamente para poder sufragar los gastos adicionales a la operación.

“Adaer tiene acumulación de líquido a través de todo el cordón espinal, desde el coxis hasta las cervicales a nivel C4. Estamos hablando que ya el líquido le llega casi hasta el cuello y hay que abrir el cordón espinal por el medio para colocar la válvula directamente en la espalda y drenaría en los pulmones para así ver si sacamos ese líquido de ahí”, detalló Cartagena.

Para su operación, Adaer requiere llevar dos maletas para 12 días con sus artículos personales y su madre debe costear todos sus alimentos, ya que no puede comer la comida regular que provee el hospital.

“No puedo darle cualquier comida porque me vomita o se me ahoga, tiene una disfagia por varias razones: problemas sensoriales, masticación pobre, sistema mandibular débil. A veces los propios alimentos que come, si no los mastica bien o come demasiado se me ahoga. Esa es una de las razones más grandes por las que yo hago esto (ventas), porque yo tengo que costearla las tres comidas, además de los gastos exorbitantes que tengo, sobre todo en los pañales porque el usa específicamente los pañales Good Night x-large porque no hay muchos panales hechos para niños de 8 años”, mencionó la joven madre, quien no cuenta con ayuda del padre de sus hijos.

No obstante, Adaer tiene el apoyo de su madre y su hermano, quienes le ayudan en todo lo que pueden.

“Su hermano lo apoya en todo. Está ahí mano a mano. Se sufre mucho la separación, cuando volvemos a buscarlo, ellos lloran. Es un proceso fuerte, además de económico, emocionalmente también”, dijo la progenitora, quien se ha enfocado en fortalecer emocionalmente a su hijo, quien en ocasiones termina por ser su fortaleza.

“Desde pequeño yo le he repetido: ‘Tú eres fuerte, valiente y capaz’, y cuando tú le preguntas a él qué es, esa es su respuesta. El día en que sentía rendirme, él me decía: ‘Pero es que no te puedes rendir porque nosotros no nos rendimos’. Él me dio de mi propia medicina”, reconoció la madre, quien recientemente, por la falta de electricidad, tuvo pérdidas de más de $300 en materiales que compró para confeccionar los bizcochos con los que recauda fondos para su hijo.

Quienes deseen ayudar a Adaer y a su familia para que la operación sea posible y que se facilite su diario vivir, pueden aportar económicamente por ATH Móvil al 939-362-3651 a nombre de Carla Cartagena.