Adolescente se esfuerza por prevenir la depresión y el suicidio juvenil
Camila Santiago Martínez creó una organización para ayudar a los más necesitados.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Cuando cumplió cinco años, no estaba pensando en golosinas ni en juguetes. Había solo un deseo en la mente de Camila Santiago Martínez: en que los niños huérfanos tuvieran con qué jugar. Por esto, donó sus regalos a participantes del Hogar Cuna San Cristóbal, en Caguas. Esa fue la semilla que germinó la pasión en Camila por ayudar a su prójimo.
Ahora, a sus 16 años, está al frente de la organización sin fines de lucro Helping Hands PR que creó en el 2020 con el fin de asistir a otros, ya sea mediante la provisión de un plato de comida, así como reciclando envases de pastillas para reutilizarlos y llenarlos con jabón, pasta de dientes y artículos de aseo personal y así entregárselo a quienes necesiten.
“Siempre había querido hacer algo directamente con las personas para ayudarlas, ya que siempre ha sido algo de mí, ayudar siempre ha sido parte de mí”, relató a Primera Hora la joven cagüeña.
A través de Helping Hands PR, Camila ha donado artículos de primera necesidad a mujeres de escasos recursos, a los sobrevivientes del terremoto que estremeció a Haití en el 2021 y a personas sin hogar, entre otra población. Pese a que, en ocasiones, ha unido esfuerzos con entidades para llevar a cabo las obras caritativas, la gran mayoría de ellas las ha completado sola, con el apoyo de su madre y abuela.
Nace Alerta Juvenil
Las funciones de la entidad no es lo único en su agenda. Camila participa de múltiples clubes escolares y es atleta, pues practica voleibol y softbol. También es miembro de Caribe Girl Scouts Council.
La joven siempre deseó obtener la Medalla de Oro de las Caribe Girl Scouts y, ya que ocupa el nivel más alto en el gremio, se dio a la tarea de perseguirlo. Los requisitos para obtener esta medalla es atacar de frente un problema social e identificarlo, investigarlo, formar un equipo, crear un plan, actuar y educar con el fin de erradicarlo.
Camila sabía, inmediatamente, que lo que haría tendría que tener un impacto perpetuo en la sociedad. Desafortunadamente, no fue difícil escoger una problemática que aqueja la comunidad, ya que en el 2019 vivió de cerca la pérdida súbita de una compañera de su equipo de voleibol, quien se privó de la vida.
“Fue bien inesperado. Nadie se lo esperaba. Nadie lo podía creer, porque (ella) era de estas personas que siempre estaba feliz, alegre, hablaba. Fue algo bien impactante. De verdad que fue algo que nadie se lo podía explicar”, lamentó Camila, quien cursa el undécimo grado.
Este fatídico suceso arrojó luz en cuán silencioso y enigmático es la depresión juvenil y la carencia de recursos adaptados para este público. Fue así que Camila ideó crear el programa Alerta Juvenil que arrancó durante el semestre escolar 2021-2022.
“Nos han dado charlas de ‘bullying’, pero (la depresión y el suicidio) es un tema que, yo no sé si es que a la gente le da miedo hablarlo, pero es un tema que no se habla mucho. Ha sido un problema bien grande. Es tan frágil, pero es tan importante hablarlo”, resaltó. “Cuando yo creo el proyecto, yo pienso en eso”, agregó.
Mediante Alerta Juvenil, Camila ofreció charlas sobre el tema, que se caracterizaban por identificar puntualmente los signos de depresión y de ideaciones suicidas. Fueron interactivas, ya que contaban con secciones de preguntas y respuestas y, cuando los jóvenes acertaban, recibían regalitos. Sin embargo, no fue del todo simple completar esta misión.
“Íbamos a dar las charlas ahora en mayo, pero los casos de COVID empiezan a subir y muchas escuelas empiezan a cerrar y se fueron ‘online’. Y yo (dije): ‘me chavé, porque no voy a poder dar las charlas’. Mi plan original era dar las charlas en mi escuela, pero mi escuela se fue ‘online’ y tuve que (decir): ‘ok, ¿qué vamos a hacer?’ Entonces, contacto a otras escuelas aquí en Caguas”, relató.
Camila es quien impartía los talleres. Su conocimiento del tema provenía del perito de psicólogos, psiquiatras, pediatras y expertos quienes ella entrevistó previo a emprender el proyecto.
“A base de esa información, así creamos el ‘website’ y la información que ofreceríamos en la charla, porque es un tema bien frágil que hay que hablarlo con un lenguaje joven. No es lo mismo hablarlo a los adultos como a los jóvenes”, señaló.
El impacto benéfico de Alerta Juvenil fue instantáneo. Al finalizar sus charlas, muchos estudiantes le narraban experiencias propias que trastocaron su bienestar emocional.
“Fue algo bien impactante ver la necesidad de hablar de estos temas. (Los estudiantes se acercaban) al final y me tocaba. Al principio tenía algún tipo de miedo, (pero) no me arrepiento de escoger este tema”, confesó.
Además de sus charlas, ha llevado el mensaje de prevención a través de medios de comunicación, como anuncios transmitidos en radio y entrevistas televisivas.
El futuro
Camila está próxima a graduarse, pero prometió que va a “seguir por ahí pa’ bajo, creciendo el proyecto”.
Una vez culmine los talleres aplazados de Alerta Juvenil, visualiza una “segunda fase” del proyecto que se materializará por medio de anuncios radiales de prevención.
Del mismo modo, las redes sociales servirán como instrumento para darle continuidad al mensaje.
En su vida profesional, contempla una posible carrera en el campo de las comunicaciones, donde podría desempeñarse como periodista.