CAYEY. Son estudiantes entre los 12 y 17 años quienes no están ajenos a la problemática del País y desean ser parte de las soluciones; solo piden el break de ser escuchados. 

Esa necesidad de ser agentes de cambio se lo ha inculcado la filosofía Montessori que le imparten en las escuelas públicas a las que pertenecen.

Así quedó demostrado en el Congreso de Estudiantes Montessori efectuado en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Cayey, convocado por el Instituto Nueva Escuela y la Secretaría Auxiliar de Educación Montessori. 

Allí se reunieron 160 estudiantes junto a las guías de nueve de las 45 escuelas públicas Montessori en la Isla.

En el encuentro participaron las escuelas José Celso Barbosa en San Juan; Juan Ponce de León en Guaynabo; Eduardo J. Saldaña, Carolina; Adrianne Serrano, Vieques; Inés María Mendoza en Caimito, Río Piedras; Juana Colón en Comerío; Bonifacio Sánchez en Aibonito; Segunda Unidad Pasto en Aibonito; y República del Perú en San Juan. 

Como parte del evento, se efectuó un panel moderado por el actor Osvaldo Friger en el cual los estudiantes Christopher Guzmán, Richelle Torres, Samara Santana, Obielys Ruiz y Andrea Vázquez hablaron de cómo la metodología les ayuda en su vida, cuáles deben ser las prioridades del Gobierno y qué tipo de ciudadano es el que necesita Puerto Rico.

En un aparte con algunos de ellos, Christopher, quien lleva cuatro años como montessoriano, aseguró que de tener la oportunidad de reunirse con el gobernador Ricardo Rosselló le diría que “el apoyo a las escuelas está siendo nulo porque faltan libros, las condiciones correctas, los estudiantes no tienen los asientos y no tienen la forma de llegar allí” (a la escuela).

“Los maestros necesitan más apoyo. Actualmente siento que hay un desbalance en el departamento (de Educación), siento que no están fijos en una base y que están haciendo experimento con los estudiantes”, agregó Christopher, quien insistió en que una manera de mejorar es que el Gobierno se enfoque en el estudiante y escuche lo que tienen que decir.

“A los líderes de este País le hace falta una amplia visión. Yo creo que un buen punto de vista es uno que se basa en las diferentes opiniones. Los gobernantes de este País no tienen eso, ven su punto de vista y lo que ellos creen que es mejor, y, lamentablemente, lo que sea para ti lo mejor, para otro le afecta”, dijo convencido el futuro sicólogo.

Pero esta mentalidad de cambio es el fruto del trabajo de sus guías quienes a través de sus mentorías “persiguen rescatar o darle un espacio digno al joven como ciudadano del mundo”, explicó Lourdes Campo, de la escuela Juan Ponce de León en Guaynabo. 

Según la educadora, el currículo montessoriano está enmarcado en darle al joven la posibilidad de independencia, liderazgo y pensamiento crítico en un entorno que busca establecer vínculos para atender aquello que le es urgente.

“Los jóvenes que asisten a escuelas Montessori practican todos los días lo que es la comunidad, lo que es trabajar arduamente por eso que queremos trabajar, la construcción de la paz, la solución de conflictos, el buscar cuál es mi colaboración con el mundo. María Montessori le llamaba la mayordomía, descubrir que este mundo nos pertenece, nos ha sido dado y cada joven se le tiene que preguntar qué estás dispuesto a hacer, qué traes tú a la vida, qué vamos a hacer desde ahora, no después, ahora, todos los días en la sala de clase”, dijo Campo.

De ahí también la entereza de Samara Santana, quien se inició en el método este año en la escuela Juana Colón en Comerío, donde encontró un espacio “más libre” y “cómodo” para expresar sus opiniones, por lo que planteó que “sin duda hace falta más orden, más organización …el área más afectada es el gobernador ... debería poner orden”.

Santana invitó a Rosselló a visitar Comerío, pues a su juicio “a pesar de ser un pueblo chiquito, tenemos estudiantes con muchos talentos ya sea en deporte, música, incluso en la inteligencia, porque yo soy de avanzado”.

El mensaje de la viequense Obielys Ruiz para el gobernador fue que “mejore el servicio de las lanchas y las escuelas. (Las lanchas) se dañan y se rompen rápido, que las ponga más aptas”.