Agridulce visita al cementerio del VSJ
El ritual de visitar seres queridos en el Día de las Madres continúa vigente.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Familias cargando con bellos ramos de flores y con botellas de cloro, escobas, bolsas de basura y otros artículos de limpieza llegaron ayer al Cementerio Santa María Magdalena de Pazzis del Viejo San Juan.
Y es que, para rendir respeto, meditar o recordar a una madre o abuelita enterrada en ese cementerio, primero hay que sacar basura y sortear objetos que pudieran parecer inconcebibles, desde condones usados hasta botellas de licor.
Ésas son algunas de las gracias que lanzan los visitantes de El Morro desde las altas murallas que rodean parte del cementerio.
Con sólo dos empleados regulares y las restricciones sobre monumento o jurisdicción federal como El Morro, la tarea de mantener el lugar en óptimas condiciones es cuesta arriba.
La administradora del cementerio, Thelma Díaz, dijo que a veces llegan personas borrachas al lugar, pero no se les puede impedir la entrada.
“Me dañan las tumbas, las rompen, aquí pasa de todo, alguna gente no respeta y muchas cosas que pasan (las provoca) la gente (que visita) El Morro. Eso es un problema de vigilancia de ellos, de los federales”, afirmó.
Independientemente de eso, el ritual de visitar seres queridos en el Día de las Madres continúa vigente.
“Vengo a visitar a mi abuela. Desde que se fue hace nueve años, sin fallar vengo todos los años a su tumba, más por respeto, por recordarla”, indicó Ana de la Torre. “Es una mezcla de sentimientos”, agregó al explicar por qué se trata de un compromiso de por vida para ella y su hermano.
Por otro lado, Alma Rexach llegó con su nieto y su biznieto y reconoció que no visita el lugar muy a menudo, pero esta vez quiso hacer una excepción.
“Es como una tradición que se ha perdido un poco, pero yo creo que también es porque la persona no está aquí (en el cementerio), está dentro de uno, uno la lleva en el corazón”, expresó.