Ciudadanos expresaron preocupación por los problemas de salud que pueda causar el desbordamiento de una alcantarilla en la carretera PR-171, entre Cidra y Cayey, cuyas aguas usadas van a parar directo al cauce del río La Plata.

Durante más de una semana las aguas hediondas han desbordado al río, que alimenta el lago del mismo nombre, uno de los principales abastos de agua con los que la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) sirve a gran parte de sus abonados, sobre todo en la zona metropolitana.

“A mí me dijeron que estaba bajando agua contaminada”, indicó Lilliam López, residente del barrio Salto en Cidra, quien lavaba ropa junto a varias vecinas en una quebrada que es tributaria del río, por lo que entienden no está en peligro. Aun así, reconoció que quienes utilicen aguas río abajo podrían estar a riesgo. Este tipo de práctica es común en estos días luego del azote del huracán María, que dejó a casi toda la población sin servicios esenciales como los de agua potable, electricidad, telefonía e Internet.

“Están lavando ropa en ese río. Yo los veo y se lo digo”, alertó por su parte Xavier Concepción, vecino del barrio Rabanal de Cidra.

Algo similar expresó José Maysonet, también del barrio Salto. Su comunidad colinda con el barrio La Plata de Aibonito, donde el río se hace llano y atrae más público. Durante nuestro recorrido, las lluvias del día anterior habían tornado el agua turbia, razón por la cual no era una opción utilizarla y no había personas lavando.

Desde mediados de esta semana este medio solicitó una explicación a la AAA y a la Junta de Calidad Ambiental a través de sus oficiales de prensa, pero no se ha producido respuesta.