“Hablamos de las muertes de María, pero será difícil contar las de los terremotos. Mi amiga llevaba 2 días llamando a su papá, “Guayanilla”, y no lo encontraba. Él le había dicho que le subió la presión por los sismos. Lo encontró ayer sin vida en su casa. Ataque al corazón y lo enterró hoy”.

El lamentable mensaje lo publicó en la red social Twitter un ciudadano identificado como @jm­_lozadar, quien posteriormente compartió otro conmovedor relato: “El compañero de trabajo de un amigo, tenía a su hija de 8 años en el Hospital X con cáncer. La niña con el terremoto de 6.4 sufrió una crisis de nervios. Por la réplica de 6.0 sufrió un paro respiratorio. Murió. Cuando los padres van a su casa en Peñuelas, la habían perdido”.

Primera Hora se comunicó con el hombre para ampliar la información, pero indicó que su amiga está muy afectada por lo acontecido y se le hace difícil hablar del tema. “Su razón es que siente que sería volver hacia atrás y pasar por lo mismo”, escribió a este diario.

En el mismo post de Twitter otra usuaria comentó que “el padre de una estudiante de mi papá murió luego del temblor del 7 de enero porque le subió la presión por toda la situación”. Primera Hora escribió para abundar más en la información, pero el mensaje no fue contestado.

Al dolor de estas familias se suma el de los parientes de Madeline Cabán Montalvo, una mujer de 63 años y vecina de Guánica que falleció luego del terremoto del 7 de enero. Su muerte, según se expuso en un reportaje de “Telenoticias” (Telemundo), pudo haber estado vinculado indirectamente a los movimientos telúricos que continúan afectando a la región sur.

Y es que el certificado de defunción de Cabán Montalvo -un documento que fue mostrado al medio noticioso- menciona que aunque la muerte fue una “natural”, la mujer que sufrió un “infarto cerebral masivo” y un “infarto de miocardio con arritmias”, también estuvo en “exposición a un desastre natural (terremoto)”.

La hija de la difunta, identificada como Dennise Martínez, explicó que luego de un movimiento telúrico a su mamá le dio un infarto que provocó que un coágulo de sangre se le arrojara en el cerebro y, a su vez, tuviera “muerte cerebral”.

Primera Hora conversó con la familia para ampliar la información, pero estos dijeron estar muy “afectados”, por lo que prefieren no abundar más sobre el tema públicamente.

Alza en las muertes

Un consenso entre alcaldes y propietarios de funerarias de los pueblos más devastados con los sismos coinciden en que la cifra de fallecimientos en el área refleja un aumento, principalmente, entre personas mayores de 60 años que han sufrido complicaciones cardíacas.

Al momento, el gobierno ha certificado como “oficial” una sola víctima fatal relacionada a los terremotos y se trata de un hombre identificado como Nelson Martínez Guillot, de 73 años, quien murió luego que le cayera una pared encima a consecuencia del potente terremoto de 6.4 de magnitud que sacudió a Puerto Rico la madrugada del 7 de enero. El lamentable suceso ocurrió en la urbanización Jardines del Caribe, en Ponce.

Primera Hora confirmó la cifra a través de la portavoz de prensa del Negociado de Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD), Kiara Hernández.

Sin embargo, de acuerdo a entrevistas realizadas por este medio a dueños de funerarias recientemente, así como la información provista por alcaldes, el escenario pudiera ser distinto, pues al menos hay cinco muertes adicionales a la del septuagenario en Ponce relacionadas indirectamente a los movimientos telúricos. Los fallecimientos se han registrado en los tres pueblos más afectados por los movimientos telúricos: Yauco, Guayanilla y Guánica.

Uno de los primeros en levantar bandera fue el alcalde de Yauco, Ángel Luis “Luiggi” Torres, quien adjudica al menos dos fatalidades indirectas a los sismos en su municipio. Se trata el de una envejeciente de 92 años que vivía en un hogar en las parcelas Barinas. La mujer era socorrida debajo de una carpa y, según información provista entonces, murió de un infarto en medio de una fuerte actividad sísmica de las que se continúan experimentando en la zona sur. “Luego se registró otra de una persona de edad avanzada de 78 años, también de infarto”, dijo Torres.

“Pero hemos estado en contacto con las funerarias del municipio porque todos los días ha habido un fallecimiento desde el terremoto para acá y eso no es normal… al momento eso sería un promedio de uno por día, que serían 15 personas fallecidas en las pasadas dos semanas y eso no es normal”, agregó Torres al destacar que -a diferencia del huracán María- en este momento los factores de riesgo no incluyen la falta de electricidad o de agua potable sino la incertidumbre vivida por los ciudadanos lo que exacerba la ansiedad en muchos de ellos.

De hecho, el alcalde de Guayanilla, Nelson Torres Yordan, relacionó una muerte en su municipio a la secuela de sismos y se trata de Noelia Mercado, una mujer de 72 años que en medio de uno de los temblores se socorrió en el baño de su residencia -ubicada en el barrio Quebradas- donde colapsó por un aparente ataque al corazón. El día de su deceso -el 10 de enero- su esposo Francisco Mercado relató a Primera Hora que la mujer no padecía de ninguna condición de salud, pero sí admitió que la fémina estaba muy nerviosa ante los constantes sismos registrados en el lugar. “Estaba aterrada… ella tenía ansiedad”, dijo Mercado.

Precisamente, ese es el temor del alcalde de Guayanilla: el alto nivel de ansiedad que viven sus compueblanos.

“No te puedo asegurar que haya otra muerte relacionada al sismo, pero honestamente, es preocupante porque la gente tiene mucha ansiedad y las personas que padecen del corazón pueden caer en una crisis de pánico o darles un infarto. El ambiente que estamos viviendo está propenso para eso”, expresó al indicar que según datos recopilados por el municipio en las dos funerarias de Guayanilla se han recibido nueve fallecidos: siete adultos y dos menores.

Torres Yordan aprovechó para suplicar al gobierno que “no nos desamparen en ese sentido”. Y es que a juicio del alcalde, entidades gubernamentales como la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca) deberían tener más presencia en su pueblo.

Por su parte, el alcalde de Guánica, Santos Seda Nazario, destacó que hasta el momento no se han reportado muertes directas relacionadas a los terremotos, pero enfatizó que desde que inició la cadena de eventos telúricos han ocurrido dos decesos indirectamente vinculados.

“En los siguientes días tenemos alrededor de dos muertos. Eran personas mayores, hombres, tenían algún tipo de condición y todo se asocia porque todo se altera, los nervios y eso incide en las condiciones preexistentes”, apuntó.

En Peñuelas, la funeraria Santo Cristo de la Salud también confirmó un aumento en la cantidad de decesos, en particular de personas por encima de los 60 años.

“Entendemos que sí, que a raíz de la situación (de los temblores) el volumen de fallecimientos ha aumentado”, afirmó Sarita Rodríguez, propietaria de la funeraria.

“Por ejemplo, en un día y medio hemos tenido seis difuntos. Eso no es normal. No es usual. Esa es la cantidad que normalmente tendríamos en una semana, no en uno o dos días”, agregó Rodríguez.

La propietaria de la funeraria localizada en el casco urbano confirmó, además, que las familias de los fallecidos han relacionado muertes al desastre natural y las secuelas que está dejando.

“Los familiares me dicen que está asociado a lo que está pasando. Que no han podido superar la tensión, la angustia, las pérdidas. Las familias están muy afectadas con todo esto”, comentó.

Pendiente el DSP

Según datos provistos a este diario por el Registro Demográfico, desde el 28 de diciembre de 2019 hasta el 27 de enero de 2020 se han registrado de manera preliminar 382 defunciones en la agencia en los 16 pueblos más afectados con la actividad sísmica.

Los municipios bajo análisis son Guánica, Guayanilla, Peñuelas, Ponce, Utuado, Yauco, Adjuntas, Cabo Rojo, Corozal, Jayuya, Lajas, Lares, Maricao, San Germán, San Sebastián y Villalba.

“Los números presentados no son finales”, indicó la agencia al destacar que se hizo el análisis de defunciones registradas para la misma fecha el año pasado y el resultado es de 510 defunciones.

De acuerdo a los datos preliminares de los 16 municipios analizados, los que presentan mayores defunciones en el periodo mencionado son Ponce (106), Yauco (35), Cabo Rojo (30), San Germán y San Sebastián (27).

Mientras, Dennise Pérez, portavoz de prensa del Departamento de Seguridad Pública (DSP), el cual cobija en su sombrilla al Negociado de Ciencias Forenses (NCF), dijo que la dependencia realiza cálculos diarios sobre cadáveres recibidos para autopsias y se comparan con los casos registrados para la misma fecha en el 2019.

De acuerdo a ese análisis, en los primeros 21 días del 2019 en el NCF se recibieron 379 cuerpos para autopsias y en ese mismo periodo del 2020 se han recibido 345. Las muertes naturales no llegan al NCF.

Particularmente del área sur, el NCF identificó haber recibido 43 casos del 1 al 21 de enero del 2020. De estos, 35 son hombres y 8 mujeres. El año pasado para el mismo periodo la cantidad de casos recibidos del área sur sumaban 38.

En el 2017, tras la catástrofe provocada por el huracán María se suscitó una debacle en el registro de muertes y, sobre todo, en las causas explícitas en las actas de defunción de la isla.

Gretchen Ortiz, portavoz de la Oficina de Comunicaciones y Asuntos Públicos del Departamento de Salud, indicó por escrito que desde el año pasado la clase médica aquí, así como epidemiólogos y agentes funerarios, han estado recibiendo adiestramientos sobre el manejo de cadáveres durante una emergencia. Los talleres se realizan con el personal del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), el Departamento de Salud y el Registro Demográfico.

Mientras, en el Registro Demográfico aseguran que del total de 382 certificados de defunción recibidas hasta el 27 de enero, sólo se ha recibido un acta “documentada por el médico que certificó la misma, que relaciona la muerte, a los movimientos telúricos”.

“La misma fue el fallecimiento de la persona que murió a consecuencia del desprendimiento de una pared de su casa provocándole la muerte. Esto ocurrió en el municipio de Ponce”, insistieron en la información escrita enviada a Primera Hora. El caso de doña Madeline (Guánica) no fue mencionado, aun cuando este diario refirió el incidente reportado por “Telenoticias”.

Necesaria la atención emocional

En esta ocasión, con la secuela de terremotos que afecta a la isla, la incertidumbre parece ser el gran enemigo en términos de salubridad, pues -según los alcaldes- entre los ciudadanos se refleja mucho sufrimiento y un ambiente tenso que podría poner en riesgo la salud de los ciudadanos, particularmente los que viven en las zonas perjudicadas.

Así lo pudo percibir la psicóloga Carmen Rodríguez, quien ha tenido la oportunidad de brindar servicios en refugios del área sur donde pudo constatar que más allá de apoyo material, los damnificados requieren “mucha atención en la parte afectiva y emocional”.

“La situación de estas personas es penosa. Tienen suministros de alimentos y artículos, pero la incertidumbre los agobia, en particular a los niños. Y es que a diferencia de un huracán, en esta ocasión no hay forma de definir cuándo va a ocurrir un temblor y ellos todavía tienen posibilidades de que surjan otros de mayor magnitud”, dijo Rodríguez.

Agregó que la necesidad de especialistas de la salud mental es recurrente en el área donde los afectados necesitan terapia para empezar a “autorregular sus emociones”.

“La reacción de miedo y ansiedad es algo natural que los hará más fuertes, porque es un mecanismo del cuerpo que nos prepara para tres cosas: atacar, huir o tolerar. Pero si la persona no lo establece o no logra equilibrio interno puede desembocar en una crisis. Ahí es que llegan los estados de depresión y es cuando en muchas ocasiones se contempla la idea del suicidio si no se manejan bien las emociones”, determinó la psicóloga.

Mientras, el psicólogo Carlos Sosa, exhortó a los profesionales de la salud mental de Puerto Rico a aunar esfuerzos para atender la crisis de los residentes de los pueblos afectados por los sismos.

“Los profesionales de la salud, incluyendo a los psicólogos, debemos tener presencia en estos lugares donde la ansiedad es bien alta. Tenemos que ayudar en el manejo de crisis”, sostuvo.

La Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) cuenta con la Línea PAS que provee ayuda sicológica. Puede llamar al 1-800-981-0023.