Una fábrica que se construye en Guayama y que tiene el potencial de colocar a Puerto Rico en la para algunos vergonzosa posición de ser los primeros en la exportación de monos para propósitos de experimentos movilizó esta mañana al Colegio de Abogados a reclamarle al Gobernador y a la Legislatura que detengan el proyecto.

Bioculture es el nombre de la empresa que traería primates de las islas Mauricios para desarrollar la cría de estos macaques con fines de exportación.

El presidente del Colegio de Abogados, Arturo Hernández, declaró que es inaudito que se permita este tipo de fábrica cuando estudios científicos han demostrado contundentemente que los experimentos en animales para hacer pruebas luego en humanos no son confiables.

"Además de los monos sufrir por el trato cruel que implica, primero, su captura en su hábitat natural y, posteriormente el traslado y el almacenaje en jaulas, las empresas que se dedican a esta industria no han podido demostrar que con los experimentos en monos se logre curar enfermedades en los humanos", expresó Hernández.

Roberto Brito, líder de la comunidad Pueblito del Carmen, donde se construye la fábrica, aseguró que la construcción la empezaron sin los permisos necesarios. "Pero alguien dentro del Gobierno debió torcer un brazo para que ARPE diera la autorización. No siquiera se hicieron vistas públicas y ahora la comunidad está en peligro", afirmó.

En la conferencia de prensa se presentaron vídeos en los que se observa la captura de estos animales, su encierro en jaulas y los experimentos de laboratorios en los que incluso les era cortada la parte superior de la cabeza para dejar el cerebro expuesto.

La licenciada Cindy Badano, de la Comisión Especial sobre derechos de los Animales, declaró que tener una fábrica de este tipo en Puerto Rico sería retrógrado, inmoral y antiético.