Los propietarios de la pista de Salinas tenían contratado el lugar, con el correspondiente relevo por accidentes y muertes, a otra entidad el día en que un corredor perdió el control de su motora y se accidentó fatalmente, hecho que provocó una demanda federal contra la instalación deportiva.

Raymond López y Ermelinda Vélez mostraron el contrato con Mudafort Extreme Sports, así como las certificaciones de seguridad de la Federación de Motociclismo de Puerto Rico que estaba vigente en noviembre de 2006, cuando ocurrió la muerte del agente de la Patrulla Fronteriza William Pellegrino, en respuesta a la demanda que la viuda de éste les sometió y que PRIMERA HORA reseñó esta semana. El matrimonio mostró, además, una certificación de la Federación Internacional de Automovilismo, vía la Federación de Automovilismo, Motociclismo y Kartismo de Puerto Rico, pero correspondiente al 2007-2008.

López explicó que su compañía maneja directamente los eventos relacionados con autos de carrera, pero en los eventos de motora se limitan a alquilar la instalación a los distintos clubes y federaciones. En el caso del evento durante el que murió Pellegrino, la pista estaba contratada a Mudafort bajo un acuerdo en el que se hacían responsables de “cualquier muerte y/o daño a personas o propiedades durante el periodo de arrendamiento”.

Este diario intentó infructuosamente comunicarse ayer con la representante de Mudafort en el contrato, Aileene Mudafort.

“Nosotros nos llamamos la pista de los profesionales, por eso, porque tenemos las certificaciones”, argumentó López, quien maneja la International Speedway de Salinas hace 30 años, periodo durante el que, según dijo, han ocurrido sólo dos accidentes con consecuencias fatales. Añadió que, en promedio, en la instalación se pueden registrar accidentes cada dos a tres meses, pero que se trata de una cantidad baja considerando que los deportes practicados allí son de alto riesgo.

De hecho, aseguró que los participantes, tanto en eventos de carros como de motoras, suscriben relevos de responsabilidad como parte de las exigencias de su seguro.

Las operaciones semanales normales de la pista implican hasta 500 vehículos corriendo a velocidades de entre 100 y 231 millas por hora. Durante eventos especiales, como cuando despliegan vehículos con motores de avión, la velocidad aumenta a las 300 millas por hora.

“Eso es alto riesgo. Cuando tú estás en una pista, estás asumiendo la responsabilidad”, subrayó López al resaltar que la radicación de la demanda le ha traído la cancelación de eventos aunque, recalcó, la empresa no tuvo responsabilidad en la muerte de Pellegrino.

“No tenemos nada que ver con ese corredor. No lo invitamos. No hicimos ese evento. Cuando usted invita a alguien corre con la responsabilidad, pero yo no lo invité a él”, concluyó.