Un grupo de estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico (EAPD) celebró haber podido participar del evento Color Caribe con un peculiar proyecto de arte, la pintura de una guagua Hyundai con los dibujos de cada uno según su inspiración en los colores caribeños.

El vehículo fue exhibido en los pasados dos fines de semana en el evento celebrado en el Parque Agroturístico de Dorado, como parte de esfuerzos para recuperar y darle nueva vida a esa instalación. Allí, los estudiantes de la EAPD expusieron su arte junto al de otros artistas invitados como Alexis Díaz, Bik Ismo, Vero Rivera, David Zayas, Don Rimx, quienes pintaron murales de gran tamaño en la superficie de vagones de carga.

“Me parece muy positivo cómo surgió el proyecto y cómo se dio a cabo. Pienso que el arte ahora en Puerto Rico depende mucho de la comunidad, del colectivismo y de que uno apoye al otro. Así que para mí fue muy lindo que nos dieran la oportunidad de participar”, expresó Pablo Madera, uno de los diez estudiantes que participaron del proyecto.

“Fue algo que me tomó por sorpresa, algo que jamás pensé que haría”, añadió Nicole Valentín. “Estoy muy agradecida por la oportunidad de que Hyundai nos haya brindado eso y que la universidad nos haya escogido para hacer un proyecto tan fuera de lo común. Fue un taller brutal. Todos en conjunto aprendimos a trabajar, como el eslogan dice, ‘en buena compañía’. Un proyecto que todos nos llevamos un poquito de conocimiento y disciplina para el resto de la vida artística”.

“Fue una oportunidad excelente. Lo aprecio un montón”, coincidió Aris Ortiz. “Fue divertido poder trabajar con esa superficie (del vehículo). Todo maravilloso, me encanto. Todo fue muy bueno”.

Según explicaron, cada uno de los 10 estudiantes pudo plasmar su inspiración en una parte de la guagua, integrándolos con la ayuda de la profesora Maribel Canales.

Madera celebró además que actividades como esa contribuyan al desarrollo del arte en general, incluyendo a las artes plásticas.

“Creo que Puerto Rico ha visto auge alrededor del arte, sea música, teatro, comedia. Lo veo lindo, prometedor, con esperanza, que cada vez haya más acercamientos de empresas grandes, de gente fuera del arte, que vengan ante los artistas a buscar trabajos, piezas de arte. Eso es bien importante”, comentó el joven. “Espero que siga fluyendo”.

Valentín resaltó que el evento en Dorado fue “una oportunidad espectacular” para compartir con el público y con otros artistas. “Ya había participado en otra actividad de murales, y había conocido de lejitos a uno de los artistas internacionales, David Zayas. Pues volverlo a ver en otra actividad, me emociona como artista, porque puedo ver las puertas abrirse, y no cerrándose en mi cara. Ver personas que les interesa, ver artistas internacionales exponiendo cerca de nosotros que estamos empezando, motiva mucho. al lado. Puedo ver que, en algún momento, puedo llegar a lograr lo que yo quiero, volver a traer el arte a la vida. Y crear consciencia de que el arte es un trabajo y hay que valorarlo”.

La joven artista agregó que la exposición de su obra en un evento como ese les permite “conocer más personas, se conoce nuestro nombre, y se conoce la Escuela también, trae nombre a la universidad y sigue creciendo”.

Los estudiantes comentaron que la colorida mezcla de imágenes sobre la guagua resultó curiosa y atractiva, desde su origen hasta la exhibición.

Comentaron que el proceso de creación en la escuela también “fue algo bien nítido. Estaba en un área que llamaba la atención, en una capilla, y el contraste era tremendo”.

Ya en el evento en Dorado, “la gente lo miraba, le daban la vuelta, les parecía bien curioso, empezaban a preguntar entre ellos y yo me metía en la conversación, y les contaba de los estudiantes en el proyecto, que cada cual aportó con su estilo. Y eso los animaba, y decían, ‘está bien gufiao’. Les resultaba bien interesante”.

Y además había un sector del público que parecía encontrarlo aún más atractivo, los niños y niñas, que “se emocionaban al verlo”, como queriendo “hacer eso mismo” con el carro de su casa.

“El evento estuvo lleno, mucha, mucha gente fue. Y para mí es importante que la gente salga a ver arte, que la gente se pompea a absolver cosas nuevas, experiencias nuevas, música, conversaciones, jolgorio, para mí es bien lindo. La gente que veía las piezas, las obras de arte, y era algo curioso, no entendían, o sea, ¿quién tiene una obra de arte den un carro?, les llamaba la atención, algo tan pintoresco, con estos cantos pintados más ‘flat’, otros con mucha línea y formas, y la gente se cuestionaba eso, estaba intrigada con lo que estaba sucediendo allí”, comentó Madera.

Para la profesora Canales, “fue un privilegio estar a cargo de seleccionar a los estudiantes. Son estudiantes excelentes, sobresalientes, con buen promedio y buena técnica”.

Explicó que se trató de “un trabajo colaborativo” en el que, con diferentes bocetos, se creó un diseño. “Era algo separado, pero unido a la vez. Cada estudiante hizo una parte del carro, pero trabajaban en colaboración. Fue un trabajo en equipo, responsable, bajo presión”, comentó. “Fue una gran experiencia dirigirlos y que pudieran hacer el trabajo a tiempo. Fue una experiencia gratificante y satisfactoria”.

La profesora agradeció la idea, calificándola de “genial” y exhortando a que se repita.

“Llevo muchos años en la Escuela trabajando, y nunca había visto una colaboración así. Pienso que debería repetirse, para dar esa oportunidad, ese incentivo a estudiantes sobresalientes. Pienso que debería hacerse todos los años, para que estén motivados. Es productivo, y aprende a utilizar un soporte que no es lo acostumbrado, que es un carro, que es tridimensional. Es una experiencia nueva porque siempre se pinta en la libreta, en el canvas, en los muros. Pero el carro como soporte es poco común, es más contemporáneo”, comentó Canales. “Se debe repetir, un montón de estudiantes se quedaron con las ganas de participar”.

Y todo parece indicar que el deseo de la profesora podría hacerse realidad, pues no solo ella y los estudiantes quedaron contentos, a juzgar por las palabras de Neisha López y Guillermo Rodríguez, representantes del fabricante automotriz.

“Surgió la oportunidad de participar en ese evento y nos pareció una idea genial, con los vagones, y cómo revivir ese parque”, comentó Rodríguez, celebrando que finalmente lograran llevar a cabo una idea como esta, que se había pensado antes, pero por diversos motivos no se había logrado.

“Desde el principio pensamos en esta colaboración y que bueno que se pudo dar. Fue una experiencia muy linda. Fue enriquecedor para ellos. Estamos más que contentos con la iniciativa”, afirmó Rodríguez, agregando que “no tengo problemas” en repetirla, incluso con algo más grande.

López añadió que “nos encanta escuchar” la experiencia de los estudiantes. “Sabíamos que tenían el reto del tiempo, que era un trabajo grande. Pero se inspiraron sumamente rápido, entendieron el concepto de Color Caribe, y la filosofía de nosotros de estar en buena compañía. Desde el primer boceto, ya sabíamos que iba a ser espectacular. Cuando lo vimos en la grúa de camino a Dorado, parecía un juguetito, se veía espectacular”.

Agregó que la respuesta que han tenido ha sido “superpositiva”, y “es eso lo que queríamos lograr, dar la oportunidad, exponerlos en un evento de renombre”, y coincidió en que “toda oportunidad que le dé la marca y a los estudiantes, ¿por qué no? Siempre estamos abiertos a apoyar el talento”.

Y en cuanto a la colorida guagua, pues no está a la venta, sino que es parte de los vehículos de la compañía, aunque al menos Madera expresó que está loco porque le presten las llaves y le dejen dar un trillita.

Pero más que eso, su deseo mayor es el de todo el resto del grupo, que “que se repita, que siga, que fluya, que viva el arte”.