Ponce. La población de personas sin hogar en el sur podría quedarse sin servicios de albergue y de cuidado diurno, si el Centro de Deambulantes Cristo Pobre de Ponce no identifica unos $140,000 que requiere para continuar sus operaciones hasta diciembre.

Esto aumenta el riesgo de cierre de una institución que lleva 25 años ofreciendo ayuda a deambulantes, víctimas de violencia doméstica y otros ciudadanos amenazados con quedarse en la calle, ya que el Departamento de la Familia se quedó sin dinero para el componente de albergues de emergencia, entre estos Cristo Pobre, que atiende a 59 municipios fuera de la zona metropolitana de San Juan.

Según el director del Centro, Juan De Dios Videau Soler, “discutimos esto con el Departamento de la Vivienda federal -tanto esta institución como otras con el mismo problema- y nos planteó que iban a liberar aproximadamente $1,000,000 del año 2017, que eran fondos que había asignado el Congreso de los Estados Unidos para la problemática del huracán María. Esos fondos no fueron utilizados, fueron sobrantes”.

“Pero el gobierno federal es bien estricto cuando asignan fondos específicos para un componente, pero solo el Congreso tiene la prerrogativa de hacer el cambio de componente. Por tanto, no pueden ser utilizados para albergue de emergencia, como es el caso nuestro. No es posible porque el gobierno federal le planteó al Departamento de la Familia de que agotaran los fondos sobrantes, antes de solicitar fondos adicionales”, explicó en conferencia de prensa.

Explicó que el Departamento de la Familia otorgó $325,000 para el año 2021, pero para el 2022 solo le asignó unos $164,000, que “es prácticamente 50% menos de lo que nos otorgaron el año anterior”.

El centro atiende a 29 personas en el programa de Albergue de Emergencia, así como a entre 40 y 50 en el Programa de Servicios Diurnos que no están albergados, a 4 participantes del Programa de Realojamiento Rápido a los que les alquilan un apartamento y les pagan agua y luz.
El centro atiende a 29 personas en el programa de Albergue de Emergencia, así como a entre 40 y 50 en el Programa de Servicios Diurnos que no están albergados, a 4 participantes del Programa de Realojamiento Rápido a los que les alquilan un apartamento y les pagan agua y luz. (Sandra Torres Guzmán)

“Sabíamos que esto iba a suceder, cuando el presupuesto operacional de la institución es de aproximadamente $500,000 anuales. En aquel momento se nos planteó solicitar fondos adicionales, pero también tenemos un contrato que comenzó el 1 de enero de 2022 hasta diciembre 31 del 2023. Solo el contrato, porque los fondos no fueron asignados”, lamentó.

Asimismo, señaló que, en su intento por completar el presupuesto, la organización acudió a la Administración Municipal de Ponce, que le otorgó unos $200,000 pertenecientes a los fondos regulares de Soluciones de Emergencia para Personas Sin Hogar y de fondos COVID-19.

“Es la situación real que tenemos y, enviamos una carta al Gobierno Autónomo de Ponce planteando la situación. Ellos nos plantearon que había en este momento unos fondos ascendentes a $60,000 disponibles para albergue de emergencia. Ya presentamos esa propuesta, estamos esperando la aprobación por parte de la Legislatura Municipal para realizar un contrato, presentarlo, firmarlo, llevarlo al Contralor… o sea, que estamos previendo que eso sea para noviembre o diciembre”, sostuvo.

“De donativos legislativos, que son fondos estatales que generalmente hemos recibido unos $46,560 durante cinco años y hasta este momento, todavía no tenemos asignados esos fondos. Estamos en blanco, nos dimos cuenta a mediados de junio para poner el plan de acción sin afectar los servicios”, acotó.

La crisis obligó a esta organización a disminuir la jornada de 10 empleados.

“Somos 10 empleados con reducción de jornada a cuatro horas, pero nuestro compromiso es tal que seguimos operando las ocho horas, los siete días de la semana, aunque cobramos solamente cuatro. O sea, eso es una bendición que tenemos empleados, que independientemente sean remunerados, están comprometidos con la institución”, confesó.

“Tenemos el programa de Albergue de Emergencia con 29 participantes actualmente, el Programa de Servicios Diurnos con 40 o 50 que no están albergados y tenemos el Programa de Realojamiento Rápido con cuatro participantes que le alquilamos un apartamento, le pagamos agua, luz y la renta. Independientemente del Programa de Vivienda Permanente con Servicio Agrícola en la comunidad Real Anón, el cual no se ve afectado porque tiene fondos independientes”, puntualizó.

De otra parte, denunció que el alza en los servicios de energía eléctrica, acueductos, así como la inflación en el precio de alimentos y otros artículos también han desangrado lo poco que les queda para seguir funcionando.

“El mes pasado nos facturaron $5,510 por los servicios de energía eléctrica de un mes. Esto es tanto en el costo de la energía eléctrica como en el agua, además del alto costo de los alimentos, materiales desechables, o sea que todo se ha incrementado el costo. Antes, la compra era de $600 o $700 y hoy día, por eso mismo pagamos entre $1,500 a $1,800″, reveló.

Por su parte, el presidente de la Junta de Directores, Luis Cruz, apeló a la ayuda ciudadana con el fin de paliar la situación económica que enfrentan.

“Es indispensable la ayuda que podamos recibir, tanto de las empresas como de miembros de la comunidad comprometidos con nuestra misión. Recabamos de parte de la comunidad de Ponce y de todo Puerto Rico, como han hecho en otras ocasiones, continúen respaldando a la institución con todo tipo de ayuda, tanto en alimentos, artículos desechables, artículos de aseo personal, de limpieza y sobre todo, con una aportación económica. Su ayuda es necesaria para que nuestra institución continúe operando”, concluyó al exhortar a los interesados en colaborar a llamar al 787-501-2111 o 787-391-8133.

Truena el Departamento de la Familia

El Departamento de la Familia defendió su gestión al otorgar los fondos para albergue de emergencia al Centro de Deambulantes Cristo Pobre en Ponce. Asimismo, aseguró que la entidad ha recibido más fondos que cualquiera de las otras 39 organizaciones que se dedican a brindar servicio a personas sin hogar en la Isla, dejando descubiertas las demás regiones.

En entrevista telefónica con Primera Hora, la directora ejecutiva del Programa ESG del Estado, Argie Díaz, confirmó que la asignación otorgada a Cristo Pobre para el 2022 asciende a $178,604.21 y que aún le deben quedar cerca de $46,467.47 que se supone cubra los servicios hasta fin de año.

“Si me voy al récord, creo que Cristo Pobre es una de las entidades que mejor se le otorgan fondos por la cantidad de participantes que recibe. No obstante, nosotros distribuimos estos fondos de $163,604.21 para albergue de emergencia, fueron $10,000 para Rapid Re-Housing, $2,000 en el sistema para que él pueda registrar los datos en el gobierno federal y $2,000 para la administración, que ahí puede utilizarlo bajo los fondos de administración”, reveló.

“La cantidad gastada hasta el momento por Cristo Pobre es $132,136.94. Todavía Cristo Pobre tiene un balance sin gastar de estos fondos de $46,467.27. Él solicitó en su propuesta $802,178.65 que es demasiado arriba, porque nosotros recibimos solamente $3.5 millones bajo esta subvención de fondos”, agregó la funcionaria en la entrevista, en la que también participó Pamela Figueroa, gerente de proyecto ESC-CV.

Asimismo, aclaró que “los fondos son suplementarios y él (Videau Soler) no puede contar con esos fondos para operar completamente, sino que tiene que identificar otros fondos para cubrir su gasto operacional”.

“La subvención no llega igual todos los años y él ha recibido la misma cantidad o similar para operar su centro. En el caso de ESG regular, él nos advierte después de firmar un contrato para ofrecer servicios por 12 meses. De él no atender y terminar los fondos para julio o agosto y no llegar al mes de diciembre estaría en incumplimiento de contrato que es una de las cosas que nosotros le hemos planteado”, apuntó.

“Él solicitó más fondos, antes este programa tenía fondos sobrantes, ya el programa no cuenta con fondos sobrantes como en años anteriores. El programa agotó todos los fondos sobrantes porque fue una exigencia del gobierno federal donde teníamos que tener los balances en cero”, agregó al mencionar que “nosotros comenzamos con el 2011 que teníamos fondos sobrantes, en el 2019, 2020 lo tuvimos que agotar prácticamente todo y en 2021 culminar con eso”.

A esos efectos, insistió en que la organización no puede utilizar el presupuesto para cubrir la totalidad de sus gastos operacionales, sino que le recomendaron “mejorar su plantilla de empleados”.

“Él tiene que tener otras fuentes de ingreso y eso es específico en su propuesta. Estos fondos son suplementarios, él no puede contar con esos fondos para operar completamente, sino que tiene que identificar, igual que otros directores. Muchas veces reciben hasta $20,000 cuando ellos piden $500,000. Siempre ha sido de igual forma”, reiteró.

“Nosotros hemos colaborado con Cristo Pobre, le hemos trabajado, le hemos ofrecido asistencia técnica para ver cómo mejoramos su plantilla de empleados. También le hemos ofrecido otras alternativas como lidiar con el fondo administrativamente. O sea, él tiene que moverse a recibir otros fondos y completar lo que él tiene. Nosotros somos suplementarios, agregamos un poquito a lo que se supone que sea su gasto operacional”, manifestó.

Igualmente, destacó que este no es el único proyecto que trabajan actualmente con la organización, sino que también le asignaron fondos para expandir y renovar el albergue de emergencia, el cual tuvo que reducir la cantidad de camas para cumplir con las especificaciones contra el COVID-19, entre otros.