No tiene por qué ser triste la Navidad.

Si bien es cierto que el gusanito de la depresión busca afectar nuestros estados de ánimo en la época navideña, también es cierto que podemos fortalecernos, contagiarnos de ánimo y pensar que hay otras maneras de llenar los vacíos y el dolor que han dejado nuestros seres queridos.

La Navidad es época de reflexión y también de valorización. A pesar de las malas o devastadoras experiencias que se viven como la pérdida de un empleo –que representó la carrera de toda una vida– o la de un ser querido a causa de la ola de violencia que nos ahoga, hay que enfocarse en las cosas positivas que se adquieren de ese proceso de aprendizaje, aunque tanto el trabajo como la persona parezcan irreemplazables.

Los cristianos tienen muchas razones para sentir regocijo y celebrar esta época, en la que se conmemora el nacimiento de Jesucristo.

Si no hay chavos, no hay chavos. Se celebra con lo que se tiene. Después de todo, aunque parezca un cliché, el mejor regalo es dar y recibir amor y solidaridad.

Más allá de la tristeza y la nostalgia, hay unos estados emocionales más severos que hay que atender.

El psiquiatra Alfonso Madrid advierte que los que puedan diferenciar lo que es una depresión de un estado de tristeza deben buscar ayuda de la comunidad.

“Para eso, hay profesionales, grupos de apoyo, la Iglesia y los amigos”, recomienda Madrid.

“Hay que evitar estar solo o sola y, con lo mucho o poco que uno pueda tener, ser agradecido por tener salud física o emocional y, de no tenerla, para pedirla”, acota el galeno.

Indica que “nuestra vida se ha visto afectada con la criminalidad y la forma de salir y compartir socialmente”.

Comentó que todos vivimos con temor de salir a la calle y todos nos exponemos al ir de parranda, pero siendo cautelosos y tomando medidas de seguridad podemos disfrutar.

El psicólogo Carlos Andújar expone que, para algunas personas que tienen muy pocas fuentes de apoyo social, la Navidad es un periodo que, más que alegría, el carecer de este apoyo redunda en estados de ánimos que se relacionan con soledad, tristeza, depresión y falta de energía.

“Hay que buscar fuentes de apoyo, asistir a lugares donde pueda compartir con otras personas, ir a lugares donde haya mucha gente, ya que uno de los problemas que trae esto es el no estar cercano a sus seres queridos”, expresa.

“El Día de Navidad, la Nochebuena, es importante buscar dónde pasarlo, como grupos de la iglesia, pero no estar solos”, recalca.

“Obviamente, con esta escalada de violencia que estamos observando, las personas traten de mantenerse lo más cerca de sus casas posible o preferiblemente en su casa, para mantenerse alejado de la violencia lo más posible”, destaca. Las personas que han perdido o no tienen cerca a sus familiares deben procurar ir con los vecinos y amigos, y dejar atrás esos sentimientos de tristeza, dijo.

Recomendaciones

Profesionales de la conducta humana  aconsejan a las personas  que se sienten solas, desesperanzadas y deprimidas a buscar ayuda.

Acuda a un profesional.

Busque grupos de apoyo, como  la iglesia.

Pase los días significativos con los vecinos o amigos.

Trate de llamar a amistades viejas que tenga para compartir y llenar en alguna medida la falta de vínculos con familiares que no existan.

Haga una revaluación del significado de  la Navidad y vea el lado bonito y positivo de lo que representa la conmemoración del nacimiento del Niño Jesús como un acto feliz.

Sienta la época, todo lo que ocurre a su alrededor. Sienta la brisa. No se quede encerrado en la casa.

Aléjese del alcohol y otras sustancias que puedan afectar su ánimo.