La nueva ley que prohíbe fumar en lugares públicos goza aparentemente de gran apoyo -y un poco de resistencia- entre la población, a juzgar por la respuesta de un grupo de personas entrevistadas ayer en el centro comercial San Patricio Plaza.

El sondeo informal se realizó mientras representantes de la Asociación Americana del Corazón, la Sociedad Americana del Cáncer y el Centro de Control del Tabaco repartían literatura informativa sobre el nuevo ordenamiento legal.

En el grupo también participó el autor de la legislación, el presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes, Gabriel Rodríguez Aguiló.

“¿Por qué no van a los puntos de droga e investigan lo que venden allí. Yo fumo, pero no soy un fumador empedernido, el problema es que la nicotina es adictiva”, sostuvo Andrés Torres, uno de los pocos que se expresó opuesto a la ley. “¿Qué se va a hacer el Gobierno cuando empiecen a bajarle los ingresos de los cigarrillos, que bastante le dejan, cuando se están quejando de un déficit?”, preguntó.

“Yo no fumo pero, honestamente, me quedo neutral porque cada cual tiene su mundo”, dijo por su parte Pablo Díaz. “Estamos en una democracia y como que se ve un poquito fuerte”, afirmó.

“Esa ley es para proteger al humano. Debe haber empezado cien años atrás”, declaró por su parte Rosado Marín. “Yo estuve 42 años fumando y lo dejé hace 15. La gente no se da cuenta”, se lamentó.

José Lozada opinó, mientras tanto, que “está muy bueno porque así ahora uno puede ir a los sitios. Antes uno iba y salía con el olor a cigarrillos en el pelo y la ropa y uno no fumaba. Además, eso es por la salud de las personas que están allí y que no fuman”, dijo.

“Es muy positiva. Va a ayudar a la salud de la gente”, afirmó la joven Gisela Hernández mientras concluía su almuerzo.

“También hay que ver que la gente que fuma, que hay que tener áreas para ellos fumar. Hay que ser justos también con ellos”, opinó Paolo Ortiz, quien admitió que fumaba y lo dejó, pero que su madre aún fuma.

Otras dos jóvenes que almorzaban en un restaurante del centro comercial aplaudieron también la ley.

“Muy buena, excelente. Es saludable, ayuda a la salud”, opinó María Castillo.

Su compañera en la mesa, Nilsa Quiñones, coincidió. “Yo creo que está muy bien, porque por el hecho de que otra persona decida fumar tú no tienes que poner en riesgo tu salud. Creo que está muy bien”, expresó.

“Eso es lo mejor que hizo el Gobierno. Es mejor para nosotros los que no fumamos”, declaró evidentemente feliz el bartender de Macaroni Grill, Cristian Rentas.

“Yo tengo sinusitis e imagínate un turno con una persona fumándote al lado. Cuando me fuman al lado me siento fatigado, se me tupe la nariz y no me deja desempeñarme como yo quisiera”, afirmó mientras se colocaba una camiseta que leía “Puerto Rico libre” por el frente y “de humo” en la espalda.