Yabucoa. Un distintivo pito, similar al que por 106 años se escuchó de la Central Roig, anunciaba la llegada del primer grupo de trabajadores de la Yabucoa Rum Company.

Los hombres y mujeres estaban a cargo de ejemplificar cómo se solía sembrar la caña antiguamente. La tierra ya estaba labrada en surcos en alrededor de una cuerda de terreno del Valle de Yabucoa. Entonces, los trabajadores pasaron a depositar el tallo de la caña entre la tierra.

Un hombre lanzaba machetazos para cortar ese tallo en pedazos más pequeños. Finalmente, esa “semilla” sería cubierta por tierra para iniciar, oficialmente, lo que se prevé sea el resurgir de la industria de la caña del azúcar en Puerto Rico.

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Eva Delgado, residente de Gurabo, es una de las trabajadoras del Yabucoa Rum Company.
Eva Delgado, residente de Gurabo, es una de las trabajadoras del Yabucoa Rum Company. (Frances Rosario)

Aunque esta no será la típica forma en que se prevé que será la operación modernizada de la Yabucoa Rum Company, la imagen de esta primera cosecha sirvió ayer para bendecir las tierras y comenzar la ambiciosa operación de esta industria agrícola extinta hace más de 20 años en la Isla.

Ya no es un sueño, ya somos una realidad. No hay forma de que nos detengan. Vamos a meter caña... Meter caña para seguir para adelante, meter caña por nuestros hijos, por nuestra tierra, por nuestra familia”, aseguró el ginecólogo Rubén Guadalupe Burgos, uno de los principales inversionistas del proyecto.

La propuesta busca llenar nuevamente de cañaverales a Yabucoa, conocida como la Ciudad Azucarera. Se sembrarían 4,500 cuerdas de caña, la cual sería procesada en una nueva central que se edificaría en los predios de la antigua Central Roig.

El otro inversionista del proyecto, José Antonio Lloveras San Miguel, detalló que en la primera etapa que recién inicia se sembrarán 400 cuerdas de terreno y se crean los primeros 100 empleos. En enero, se iniciaría una segunda etapa para sembrar otras 400 cuerdas.

Tomates, ají dulce, calabaza y otros frutos menores se sembrarían entre los surcos de la caña para aprovechar las tierras y para que estas plantas sirvan de abono natural a la materia prima.

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Tanto la siembra como el recogido de la caña se hará por maquinaria. Atrás quedará la época de “la quema y el machete”, aseguró Lloveras San Miguel.

El objetivo es revivir la caña de azúcar y transformarla en una nueva generación de productos”, sentenció.

En un inicio, esta caña que se siembra servirá de semilla para desarrollar los cañaverales. Una vez esté construida la moderna central, que se espera esté lista para el 2027, se generaría alcohol neutro para hacer rones o refrescos; etanol y alcohol grado farmacéutico; electricidad por vapor con bagazo y CO²; fibras para hacer utensilios, vasos y platos biodegradables; fertilizante orgánico, así como alimento para animales.

En esta operación total, se crearían unos 3,000 empleos, auguró Lloveras San Miguel.

Yabucoa Rum Company propone a los municipios del este un modelo de negocio con múltiples beneficios, donde la siembra de caña de azúcar aportará al desarrollo integral de todos. La caña es un cultivo con alto potencial económico, social y ambiental, que puede convertirse en un motor de progreso sostenible impulsando la economía local”, aseguró.

Cruzan los dedos

Ese impulso económico que promete este proyecto es el que tanto los trabajadores, los agricultores de la zona y el alcalde de Yabucoa, Rafael Surillo, clamaron durante este inicio de la cosecha.

“A Puerto Rico le hace falta cultivar lo nuestro. La caña representa historia y progreso. Tenemos que seguir hacia adelante. Lo que por mucho tiempo se detuvo, verdad, es momento de su resurgir”, manifestó Eva Delgado, una residente de Gurabo que vio cómo su abuelo trabajó en la industria de la caña. Ahora, le sigue sus pasos como empleada de la empresa.

María Judith Santana, de 47 años, también se integró a trabajar en la tierra donde crecerá la caña.

“Yo trabajé aquí hasta que terminó la siembra de caña en aquellos tiempos (en el 2001). Cuando escuché de la nueva oportunidad que había, pues, decidí venir, porque esto es algo que me gusta, a mí me gusta trabajar la tierra”, sostuvo la mujer.

Añadió que está muy esperanzada de que el proyecto logre el desarrollo esperado.

“Somos el pueblo del azúcar, esto es algo que nos representa también. Yo espero que, con mucho esfuerzo se hace, no quede aquí y podamos seguir adelante, seguir la siembra y sacar esto adelante”, afirmó la yabucoeña.

Otro de los que está esperanzado en ver el progreso del proyecto es el agricultor Ebidi Vázquez, de Humacao. Comentó que para la década de los años ’90 llegó a producir 30,000 toneladas de caña en sus fincas de Humacao y Gurabo. Cuando decayó la industria, al inicio de los años 2000, pasó a la ganadería de leche y carne.

Dijo que este cambio le representó “un dolor bien grande”. Ahora, asegura que la industria ganadera no le va bien. Por ello, acudió a conocer más del proyecto de la Yabucoa Rum Company.

“Vinimos acá rápidamente cuando supimos de este proyecto, a ver si de nuevo sembramos caña… Esta fue la primera industria que hubo aquí en Puerto Rico y tenían muchas centrales. Al no haber ninguna central ahora, pues da una pena. Un país que era el primer país, que tenía mucha caña, pues, da pena. Pero, ahora parece que va a resurgir. Quiero que sea así, porque ha habido muchos proyectos y después se han quedado en nada. Dios quiera que no, que sea productivo”, puntualizó el agricultor.

El alcalde de Yabucoa, por su parte, afirmó que había que declarar el éxito de este proyecto que recién inicia, tras seis años en preparativos y búsquedas de permisos.

“Hay que declararlo en el nombre de Dios, que esto va a ser una realidad”, sentenció.

“Esto es un proyecto que se ha estado hablando de él por mucho tiempo. Ahora vemos que ya, por lo menos, los terrenos empiezan a ser cultivados. Esperamos que la construcción, lo que venga por ahí, pues, se haga realidad. Esto es un sueño que tenemos todos, de que se le vuelva a dar vida a esta industria. Como yo señalo, este proyecto no solamente es para Yabucoa. Hay una región sureste que necesita urgentemente de proyectos como este, porque la economía en esta área está bien deprimida”, precisó Surillo.

Primera barrera

Aunque en este inicio del cultivo de caña se proclamó que el proyecto va bien encaminado, el secretario del Departamento de Agricultura, Josué Rivera Castro, denunció un problema con la obtención de permisos por parte del Instituto de Cultura Puertorriqueño para derribar la antigua Central Roig.

La propiedad está en manos del municipio, pero representa un peligro. El embate del huracán María (2017) y el enmohecimiento de la estructura amenazan con la seguridad, según aceptó el alcalde.

La propuesta que se tiene es derribar la antigua central, para construir en la zona un museo, un restaurante, área de chinchorreo y una placita de productos agrícolas para recibir a turistas. Cercana a la zona también se edificaría la nueva central, con moderna maquinaria que sería traída desde Francia y España.

“Reconozco también que hay un proceso todavía pendiente con el Instituto de Cultura Puertorriqueña para avanzar el proceso. La historia es importante recordarla, retenerla y preservarla, pero no puede ser un impedimento al desarrollo. Facilidades que para tocar un zinc hay que pasar por 200 trámites. Eso no puede ser. Tenemos que preservar la historia, pero tenemos que avanzar el desarrollo. Y este desarrollo, promueve la agricultura. Aquí no se va a sembrar cemento, aquí se está sembrando caña, plátano, producción agrícola. Entonces, no puede ser que la burocracia nos consuma como pueblo por una plancha de zinc”, afirmó el secretario, molesto por la situación.

La proyección que se tenía en un principio era que la construcción para comenzar a edificar la central iniciara en enero próximo. No obstante, Guadalupe Burgos señaló que, posiblemente, se atrasarían para febrero.

Esta moderna central procesaría la caña a través de unos difusores que le sacan el azúcar a la caña y producen la vinaza a base de presión de agua.

Por otro lado, el secretario de Agricultura recalcó la importancia de que este proyecto de la caña prospere. Indicó que este proyecto permitirá a Puerto Rico, más allá de producir ron 100% boricua, defender ante el Congreso de Estados Unidos los arbitrios del ron o el “rum cover-over”.

En la actualidad, Puerto Rico recibe alrededor de $400 millones anualmente del arbitrio al ron, del cual se benefician proyectos ambientales, como Para La Naturaleza, así como la Universidad de Puerto Rico.