La temporada de anidaje de tinglares de 2017 en las playas de Puerto Rico oficialmente comenzó con el registro de al menos 100 nidos, en su mayoría en la costa sureste de la isla, de estas tortugas marinas, las mayores del mundo, confirmaron hoy a Efe fuentes oficiales.

Carlos Diez, coordinador del Programa de Tortugas Marinas del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) de la isla, precisó hoy que el primer avistamiento de nidos de tinglares este año se registró a finales de febrero y que en todas las playas de la isla en el que se divisan los nidales se han reportado anidajes.

"Ya van sobre cien nidos reportados, aunque para hoy puede que lleguen a los 120 en las principales playas de anidación, en su mayoría en Maunabo (sureste)", indicó Diez sobre los avistamientos que se han registrado en el mencionado municipio.

La temporada de anidaje de tinglares -un animal que desde 1970 está incluido en la lista de especies en peligro de extinción- típicamente comienza a partir del mes de marzo, por lo que la temporada de este año ha comenzado un poco más temprano de lo normal, apuntó.

Diez específico que los nidos de los tinglares se han reportado en alrededor de 25 playas en 8 municipios de la isla, mayormente en Maunabo, específicamente en Playa Larga y Playa California, también conocida como Playa Maunabo.

El representante del DRNA agregó que Playa Maunabo "en los pasados años se ha considerado una playa importante" para el anidaje de tinglares, pero para esta temporada los nidales se han disparado por razones que él mismo desconoce, aunque cree que se deba a la marejada en la zona.

"En otras playas del norte el anidaje ha sido más lento por el mal tiempo", sostuvo Diez, quien a su vez, resaltó que en los pasados seis años la tendencia de nidales en el Caribe y el Atlántico han aumentado, tal y como ocurrió el año pasado que se batió el récord de 2.200 nidos de tinglares en la isla.

Diez añadió que desde hace cinco o seis años, el DRNA ha acordado junto con el Grupo Tortuguero de Maunabo un esfuerzo de documentación de los anidajes que se realizan en el área, actualizando de manera extraoficial la información todos los jueves.

Entre las costas de Puerto Rico, las hembras de tinglar suelen elegir para el desove las playas de la costa norte, dado que su mayor oleaje les facilita el acceso a la arena y el posterior regreso al mar.

Diez reconoció que "en algunos" de los pasados seis años en los que se han disparado el número de nidos de estas tortugas en la isla se han destacado en el Corredor Ecológico del Noreste (CEN) -que comprende la costa desde Luquillo hasta Fajardo- y que busca proteger las condiciones medioambientales de ese área.

Sin embargo, según dijo Diez, "hemos visto un aumento en el número de nidos y cambios en la distribución" de los nidales al sureste de la isla, por causas como la marejada, la oleada y la erosión, así como otros factores que los propios ambientalistas desconocen.

Añadió que otro factor del porqué los tinglares últimamente han decidido anidar en el sureste de Puerto Rico, es porque estos animales salen a miles de kilómetros del mar a alimentarse y dependiendo de la disponibilidad de su comida, entonces regresan a la zona.

Cada año, este animal, altamente migratorio, baja desde Canadá a zonas tropicales para reproducirse. Tras depositar los huevos durante la temporada que abarca más o menos de marzo a junio o julio, éstos suelen eclosionar en las playas de la zona entre julio y septiembre.

Los meses con mayor actividad de anidaje de esta tortuga marina, que puede llegar a medir más de dos metros de largo y pesar hasta unos 635 kilos, son entre abril y junio, cuando se activan todo tipo de grupos ambientalistas y voluntarios para tratar de proteger los nidos.

El hueco del nido de un tinglar puede ser de hasta tres pies (un metro) de profundidad y la camada puede ser de hasta 100 huevos.

Pero, no todos los huevos son fértiles y su único propósito es proteger y proveer calor y protección a los que sí lo son.

Las autoridades han alertado a que toda persona que detecte un nido o vea huellas en la arena del paso de una de estas tortugas debe comunicarse de inmediato con el Centro de Mando del Cuerpo de Vigilantes del DRNA y mantener una distancia significativa de la tortuga para permitir que el proceso de anidaje no se vea alterado.