La primera fase del remozamiento del conjunto de edificios que albergaban la iglesia y el colegio católico en el Paseo de Diego, a cargo del Municipio de San Juan, ya culminó a un costo de $700 mil. 

Una variedad de tonos flamenco le ha devuelto la viveza al otrora templo, que ya no lo será más, sino que se convertirá en museo de obras de arte.

A su lado, una de las estructuras que sirvió como centro de estudio para miles de estudiantes será transformada en Escuela de Bellas Artes y la parte posterior del lote se destinará a viviendas de bajo costo. Estas obras conforman la segunda y tercera fase del proyecto de rehabilitación, que están supuestas a comenzar el año entrante.

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Se trata de una transformación total de este espacio icónico del Río Piedras de ayer, que mira hacia el futuro con nuevo derrotero.

El camino 

El Colegio La Milagrosa fue un referente de la vida riopedrense. Incluso en la tragedia, su importancia fue indiscutible, pues durante la explosión de la tienda Humberto Vidal en 1996 sirvió como refugio para los heridos y morgue.

Su declive comenzó en la década pasada cuando la Iglesia Católica decidió cerrar sus instituciones educativas. La comunidad escolar luchó por mantenerlo abierto sin éxito, y en mayo de 2009 cerró sus salones definitivamente. 

Después vino lo peor, pues se convirtió en hospitalillo de adictos a sustancias controladas y albergue improvisado de personas sin hogar. La administración del ex alcalde Jorge Santini inició conversaciones con la Iglesia Católica para adquirir las estructuras, pero la transacción no se materializó, en parte, a falta de la autorización de Roma para la compra venta.

Ese permiso llegó en el 2015 y la alcaldesa Carmen Yulín Cruz Soto se sentó a negociar con el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves. El municipio adquirió la iglesia y el colegio por $2.6 millones, mediante un préstamo pagadero a tres plazos, el primero de los cuales ya se hizo.

Cruz Soto recordó que cuando anunció el proyecto el año pasado y abrió los portones, aun en medio de la basura y las jeringuillas, la gente entraba y recordaba sus andanzas por los pasillos del colegio.

“Me di cuenta de que había que preservar el carácter emocional que la gente tiene de Río Piedras con esta estructura. Es una conexión que va más allá de la varilla y el cemento, que recuerda el Río Piedras que pueden volver a ser”, reflexionó ayer la ejecutiva.

Hace dos meses y medio, un centenar de empleados municipales inició la restauración de la iglesia. La nueva pintura se asemeja bastante a la original, se instalaron puertas nuevas de madera y ventanas de hoja con una laminilla que simula vitrales de tonalidades amarillo y azul. 

“Decidimos hacer aquí un área permanente de exposición de arte. Se van a tener diferentes exposiciones que respeten el carácter histórico y mantengan la mística de que eso ya no es una iglesia, pero para muchos sigue siendo un templo”, explicó Cruz Soto.

Las primeras obras estarán puestas para la inauguración, que se llevará a cabo mañana, sábado, a la 1:00 p.m. La celebración contará con actividades para niños y la participación del Coro del recinto de Cayey de la Universidad de Puerto Rico.

La vigilancia se hará mediante cámaras de seguridad, guardias privados y policías municipales. Inicialmente, abrirá de jueves a domingo, en horario de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. Más adelante, se le colocará acondicionador de aire para la conservación de las obras. 

Mientras, en el exterior ahora hay una plazoleta con lozas y mesas de aluminio que invita a sentarse bajo dos enormes flamboyanes a tomar el almuerzo o charlar.