Esas piezas de la calle, catalogadas por muchos como escombros, en las manos del artesano Carlos Cortés se convierten en toda una obra de arte.

Hace más de un año, Cortés se dedica a darle forma al “espíritu protector” de la madera en diferentes piezas que no solo pueden ser adquiridas en la Isla, sino que ya han llegado a lugares tan remotos como Alaska. 

Comenzó realizando “bowls” o fuentes en madera para luego pasar a la escultura, y su más reciente creación son los árboles de Navidad con luces incluidas.

“Me fascina el concepto de protección de la madera y el espíritu de la madera, la historia… y ahí empecé a hacer la madera y a usar pedazos que se cayeran, porque de esos puedes utilizar hasta las raíces. Hay personas que las raíces no las utilizan o las botan o las queman, pues desde un pedazo de raíz puedes terminar con una pieza hermosa de arte”, aseguró.

Para lograrlo, deja que la propia madera le hable y le diga “qué quiere ser”. “Hay veces que uno tiene una idea de lo que va a empezar a hacer con la madera, pero la madera no quiere esa forma y termina siendo otra cosa. De acuerdo a lo que es la madera yo la trabajo y le doy la forma abstracta. Trato de darle el significado de acuerdo de lo que se vea y demuestre la madera”, manifestó. 

La idea de darle “una nueva vida a la madera surge luego de estar en el servicio militar activo por 21 años y viajando el mundo. Tras retirarse, Cortés decide regresar a Puerto Rico para levantar un negocio de clases de buceo, pero el huracán María, como a muchos, le cambió los planes y no pudo operarlo. Así las cosas, volvió a salir del país, pero hacia Guantánamo, en Cuba, donde su esposa tenía trabajo. Él, por su parte, se reencontró con un amigo que trabajaba la madera desde pequeño. Fue ahí que nació el interés para que le enseñara a trabajarla. 

Arrancó la faena creativa confeccionando un “bowl” en forma de corazón para su esposa y luego, de una manera orgánica, comienzó a experimentar con otras piezas. 

“Él me enseñó lo básico de hacer un ‘bowl’ y de ahí empecé a enseñarme yo mismo, viendo vídeos, obras de otras personas, y empecé a hacerlo”, compartió.

Posteriormente, Carlos se mudó a las montañas de Puerto Rico donde ahora tiene la materia prima y la inspiración suficiente para darle rienda suelta a la creatividad.

Carlos Cortés. (Suministrada)

“Empecé a recoger mi propia madera. Cada vez que la madera la veía por la calle, pues me paraba y la recogía para darle vida otra vez. Todo lo que trabajo es rústico, a mí me gusta lo orgánico, abstracto, entonces, todas las piezas trato de simplemente darle un nuevo comienzo a la madera”, sostuvo, quien ya ha realizado unas 30 piezas y 15 árboles de Navidad desde su taller en San Sebastián.

Cortés se encarga de todo el procesamiento de la madera, por lo que preparó un horno en su hogar que le permite secarla y trabajarla. 

Crea con todo tipo de madera, igual una caoba que una acacia, albicia o teca en la que puede estar laborando entre una semana a tres meses.

“Recientemente, terminé una pieza con lo que le llaman tumor de los árboles, que es cuando los árboles se enferman y le sale eso que se ve tan feo que la gente lo bota. Pues yo hice una obra de arte, un ‘bowl’ bien hermoso”, dijo orgulloso. 

Ahora, en la época festiva, está inmerso en la producción de los arbolitos de Navidad. 

“Algo único que no hay en Puerto Rico. Empecé con las mismas piezas que llevan mucho tiempo caídas o que están feísimas… las empecé a hacer y le puse luces”, contó. 

“Este año ha sido muy bueno, yo lo que llevo es año y medio trabajando con esto y entonces aprendiendo, me certifiqué como artesano hace tres meses”, dijo quien recientemente exhibió varias de sus piezas en el Expo de Arte 2019 en el Salón de la Cultura Pepiniana.

Actualmente, sus obras están disponibles a través de su página web cortescreationsartesanos.com, en Facebook e Instagram. Igual, pueden contactarlo a través del teléfono 318-880-3262.