Asesinato de Patricia inspira acto por la vida

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Respeto a la vida: Patricia, la inspiración.
Todo comenzó con un curso de liderazgo y una propuesta que les hizo a sus condiscípulos de la Facultad de Administración. El grupo aceptó.
“La gente se fue interesando en lo que estamos haciendo”, relata Diego Segurola Mulero, propulsor de la marcha silenciosa, Respeto a la vida, inspirada en su novia, Patricia Hernández, asesinada el pasado 26 de junio en la calle San Sebastián del Viejo San Juan.
“Creo que generó interés en gran parte por Patricia, que era bien conocida y querida, y que es algo que tocó a mucha gente”, apuntó.
“La motivación para mí, para hacer la marcha, es por lo que viví con Patricia”, dice con tono reflexivo sobre la tragedia que le cambió su vida y que le tronchó la joven vida a Patricia a sus 20 años.
Era el cumpleaños número 20 de Diego y él celebraba las muchas bondades que le regalaba la vida y la felicidad que compartía con Patricia, en una prometedora relación llena de ilusiones. Ese día, imposible de olvidar, a las 11:30 de la noche, caminaban al encuentro de unos amigos, cuando la mala fortuna se les cruzó.
Un joven perseguido por sicarios utilizó a Patricia de escudo para protegerse del que le quería dar muerte. La bala asesina alcanzó el lado derecho de la cintura de Patricia, salió por el lado izquierdo de la espalda, y le perforó una arteria.
Allí quedaba Patricia tirada en una acera desangrándose y alcanzando a decir sólo en un murmullo: “Diego”. Tras una ardua lucha por salvar su vida, fue declarada muerta el 27 de junio, cerca de las 4:00 p.m.
Diego no se había expresado hasta el momento de esta entrevista, que decidió transformar el dolor que le provoca la ausencia de Patricia en un acto positivo de afirmación por la vida.
“Tenía muchos sentimientos encontrados. Uno siente tristeza, enojo, ira, inconformidad…”, dijo a Primera Hora.
¿Cómo lo has manejado?
Poco a poco, mientras pasa el tiempo. Me di cuenta que en vez de ahogarme en la pena y la tristeza, decido aprovechar lo cerca que estuve a esa realidad para crear una diferencia.
¿Qué sensación tuviste al verte en la situación? Patricia tirada en el piso…
Es complicado. Uno está ahí. En el momento sientes que estás alejado de lo que estás viviendo. No puede ser real… Yo entré en otro estado, era reaccionar de lo que estaba pasando a resolver, a actuar.
¿Cuándo ves que es real?
Me di cuenta de lo que estaba sucediendo cuando estaba en el hospital y Patricia estaba en sala.
Diego hace un alto para mostrar estadísticas policiacas y destacar los jóvenes que mueren asesinados a los 20 años.
“A mí me causaba mucho enojo el pensar que dos jóvenes como Patricia y yo, que no teníamos ningún problema con ninguna persona y ninguna situación… y cómo vivimos en una sociedad que todo esto, en un segundo, se puede caer al piso… las ilusiones…”, reflexionó.
“Yo suelo leer los periódicos todos los días. Leía al menos cuatro noticias por día (sobre asesinatos). Uno lo siente y pasa la página, y la vida continúa. Pero, cada página es de una familia que estaba viviendo lo que la familia de Patricia y la mía vivían. Y yo estaba pasando la página…”, agregó.
Háblame de la relación...
Llevábamos una relación seria. Llevábamos tiempo planificando los estudios, irnos de intercambio un tiempo. Graduarnos. Cada cual tener su profesión. Patricia estaba indecisa entre estudiar odontología o medicina, y yo una maestría en Ciencias Actuariales y luego Derecho.
¿Cómo era Patricia?
Patricia es una de las personas más buenas y puras que he conocido... Siempre sonreía. Siempre ayudaba a todo el mundo… Lo sorprendente es que siempre hacía lo correcto. Había algo que ella proyectaba que hacía que la gente, de conocerla, se enamorara de ella.
De los asesinos de Patricia, no siente rencor hacia ellos.
“Me da pena que hayan tenido una vida que los haya llevado a hacer lo que hicieron. En parte me siento responsable, en el sentido de que somos parte de la sociedad y nos corresponde a todos”, sostuvo.
Diego “bloqueó” en su mente y nunca se ha preguntado si arrestaron o no al joven de 16 años que segó la vida de su novia. “Me había olvidado de él. Nos gustaría la justicia, pero no es en lo que estamos enfocados en estos momentos. Nuestro rol en este momento es otro: es el Respeto a la vida”.