Así fue el primer viaje de Colón

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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A todos nos dicen que Cristóbal Colón salió de España, descubrió América y tan tán. Detente, eso no fue así de fácil ni de sencillo.
Detrás de esa primera travesía hay una historia demasiado interesante. ¡Conócela! El 3 de agosto de 1492 zarparon del Puerto de Palos en España hacia un destino incierto tres naves con 90 marineros a bordo, Colón no viajó con una tripulación de presos como nos han hecho creer.
Los navíos eran La Santa María, la más grande capitaneada por Colón; La Pinta, la más ágil, capitaneada por Martín Alonso Pinzón, y La Niña, la más pequeña capitaneada por Vicente Yáñez Pinzón. Colón tardó cinco días en llegar del sur de España a las Islas Canarias, pero en el viaje se dañó el timón de La Pinta y tuvieron que permanecer todo un mes allí. Por fin, luego de la reparación, zarpan el 6 de septiembre hacia lo desconocido con mucha alegría y confianza.
Estos marineros reclutados principalmente por los hermanos Pinzón (reconocidos y respetados hombres de mar) acostumbraban comer con los dedos: desayunaban sardinas en escabeche, galletas, queso, dientes de ajo, y comían a las 11:00 de la manaña la única comida caliente del día. Dormían en el suelo y hacían sus necesidades biológicas sentados en un columpio que guindaban fuera del barco. El océano era el mejor inodoro.
Ahora, dejemos que sea el propio almirante Cristóbal Colón el que nos cuente a través de sus escritos. Esa alegría y confianza que tenían al principio del viaje la registró claramente Colón en su diario: “6 de septiembre – Hace un mes y tres días zarpamos de Palos. Cuántos días, semanas o tal vez meses nos quedan para (llegar a) las Indias. Ahora sí viajamos rumbo a la gloria”.
Todo ese optimismo duró poco más de tres semanas. De repente todo cambió y el viaje se convirtió en un infierno para todos. Colón escribió: “29 de septiembre – Las estrellas continúan allí, en su sitio. Pero las Indias, “dónde diablos están? La tripulación comienza a impacientarse”. Al otro día escribió: “Nuestra salvación es una sola: la redondez de la Tierra. “Será redonda? Más le vale a ella, pero sobretodo a nosotros. Señor, Dios, Todopoderoso, ayudadnos…Vos, dueño del cielo, tierra y mar, que la hicisteis; “verdad que es redonda? “En caso contrario, todavía podrías redondearla?”…
“1 de octubre – Hace una semana no duermo…Ahora cuando logro conciliar el sueño, sufro terribles pesadillas…Me desperté gritando, bañado en sudor frío. La fiebre todavía no me abandona”.
La depresión, la tristeza y la enfermedad se convierten en protagonistas del diario de Colón: “Mi vida se reduce a pesadillas de noche y angustias de día”… “No puedo ahuyentar la desagradable sensación que me acompaña. Siento que estoy al borde del abismo”... “Tomo mi ración y voy a comerla a un rincón. La mesa me pone nervioso”… “Ahora llueve todos los días y el ánimo de los tripulantes se avinagra con el mal tiempo. Continuamente hay disputas entre ellos”… “Mis noches son vigilia, pesadillas y diarrea”… “Hoy permanecí todo el día encerrado en mi camarote”… “Yo no veo nada, solo agua, cielo, lluvia, maldita lluvia!...”
Así continúa Colón expresándose durante 12 días, evidenciando que se encontraba sumergido en la más profunda depresión. Inesperadamente, su ánimo cambió radicalmente como si previniera algo y el 11 de octubre escribió: “¡Extraño! Anoche dormí 12 horas. ¿A causa del hambre o del agotamiento? Pero no tuve pesadillas… El mar está tranquilo, no llueve, el cielo es azul en toda su redondez, parecemos flotar más que navegar. Los marineros están callados, miran sin cesar el horizonte. Cantan canciones de su tierra, de tierra. Ya no maldicen. “Algo raro está sucediendo! Rodrígo de Triana ha solicitado con insistencia permiso a Martín Alonso para subir al mástil”.
Definitivamente Colón presintió algo ese día 11. Estaba, sin saberlo a pocas horas de un nuevo mundo que se conocería después como América. A las 2:00 de la madrugada del día 12 de octubre de 1492 un grupo de 90 hombres compuesto por 85 españoles y 5 europeos lograron lo que se consideraba imposible, y sin querer queriendo, cambiaron la historia de la humanidad para siempre.