“Concluyo enfatizando que el poder haberle servido a Puerto Rico durante esta emergencia ha sido uno de los honores más grandes de mi vida. Y recalco también que mi compromiso con Puerto Rico no comenzó con la pandemia, ni terminará con ella, no importante dónde esté”.

Con estas palabras, el doctor Daniel Colón Ramos se despidió de la presidencia de la Coalición Científica, renuncia que anunció el mes pasado para dedicarse a continuar con sabática e investigaciones, antes de regresar a la Universidad de Yale en julio a dirigir el centro Wu Tsai Institute.

En una extensa carta, agradeció al gobernador Pedro Pierluisi y al secretario del Departamento de Salud, Carlos Mellado, por la presidir la Coalición durante los pasados 15 meses. Del mismo modo, recapituló todo lo logrado para atajar la propagación del COVID-19.

“El periodo durante el cual presidí la Coalición coincidió con la implementación de las estrategias de vacunación para COVID-19 en Puerto Rico, la reapertura de actividades sociales (incluyendo la reapertura de las escuelas) y con repuntes ocasionados por tres nuevas variantes, desconocidas para la ciencia cuando se constituyó la Coalición. Hubo que navegar muchos escenarios inciertos de impacto global, y agradezco que se les haya dado a los miembros de la Coalición la oportunidad de ofrecer sus perspectivas científicas en el contexto de las importantes decisiones que se tuvieron que tomar durante este periodo histórico”, lee la misiva.

Entre lo logrado destacó tres áreas de colaboración: aumento en la capacidad de pruebas y vigilancia genómica, mejoras a sistemas de datos confiables y estrategias multisectoriales de vacunación masiva que redundaron en reducir los riesgos por coronavirus.

Reiteró, además, que el grupo de voluntarios que trabajaron junto a él no tomó decisiones, sino que continuamente analizó la realidad de la pandemia en Puerto Rico para ofrecer recomendaciones.

“En el futuro, harán falta rigurosos análisis para entender cómo se pudo haber hecho mejor, y qué lecciones podemos aplicar para limitar el impacto de futuras pandemias y epidemias en Puerto Rico. Pero un aspecto que yace ya claro es que Puerto Rico tiene la capacidad científica y salubrista para levantar una respuesta de calidad mundial. La respuesta en Puerto Rico fue considerada, en momentos, como ejemplar ante el mundo, y medios noticiosos a nivel global tornaron sus ojos hacia Puerto Rico para entender cómo el archipiélago, integrando conocimientos científicos en la toma de decisiones, había logrado mantener una sociedad abierta y tener bajos índices de casos, hospitalizaciones y muertes”, indicó.

Señaló que la pandemia en Puerto Rico no ha terminado, recalcando que las muertes por el virus sobrepasan los 5,000. Mencionó, asimismo, que la pandemia ha impactado la sociedad fuertemente, tanto en las estructuras sociales y económicas y, especialmente, en aquellos contagiados que sufren de “long COVID” o COVID persistente.

Del mismo modo, reconoció que la implementación de la Coalición Científica abrió la puerta para que se continúe escuchando a la voz científica para decisiones futuras.

“Durante los pasados 20 años he colaborado con cientos de científicos para promover las ciencias en Puerto Rico. Puerto Rico tiene el gran lujo de contar una comunidad científica robusta, amplia y generosa. Lo que se logró para la pandemia, podría lograrse para impactar positivamente otros problemas sociales que nos aquejan, desde el impacto del calentamiento global en el archipiélago hasta estrategias de energía renovable, por mencionar dos. En mi experiencia, son pocos los lugares que tienen una comunidad científica como la que tiene Puerto Rico, y es un recurso valioso y sub-utilizado por el país”, aseguró.