Porque considera que la “gente buena tiene que involucrarse en los procesos políticos”, Ricardo “Ricky” Aponte Martínez se lanzó sin temor a ser una figura desconocida a buscar la alcaldía de uno de los bastiones del Partido Nuevo Progresista (PNP), Guaynabo.

Para darse a conocer, el estadista no se expone en las redes sociales ni llega a las comunidades con el alboroto de las ya famosas “tumbacocos”. Prefiere tocar a las puertas de los hogares y conversar tranquilamente con los guaynabeños para darse a conocer.

Bien lo describió la esposa del precandidato del PNP, Melissa Ramírez. Llevan una “campaña diferente sin guaguas de sonido ni publicaciones en las redes” en momentos en que buscan ganar el apoyo del pueblo para superar al actual alcalde de la ciudad, Ángel Pérez, y al hijo del exalcalde Héctor O’Neill, Edward O’Neill, en las próximas primarias.

“Lo más importante es que la gente me dé la oportunidad, que me escuche y el 7 de junio la gente vote con su conciencia”, dijo Aponte Martínez en entrevista con Primera Hora sobre su filosofía en este primer intento en la política.

Aponte Martínez, de 45 años y padre de una niña de ocho, es un guaynabeño criado en la urbanización Muñoz Rivera. De hecho, ahora de casado reside en la misma vivienda en la que sus abuelos moraron por 60 años.

Estudió en la Academia Wesleyana, de Guaynabo, mientras realizó un bachillerato en Educación Física de la Universidad de Puerto Rico. También posee una maestría en Filosofía del Ejercicio de la Florida International University y un juris doctor de la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana. Aunque pasó la reválida como abogado en el 2011, no ejerce la profesión.

En la actualidad, Aponte Martínez es consultor para el desarrollo de programas de ejercicios y salud. Entre sus clientes han estado los voleibolistas Raúl Papaleo y Ossie Antonetti, mientras laboró para los Miami Marlins en el 2018.

Según comentó, nadie en su familia ha estado involucrado en la política. Sin embargo, decidió dar un paso al frente, porque vio la decepción y la desilusión de un pueblo ante los incidentes de hostigamiento sexual registrados en la exadministración municipal de Héctor O’Neill, así como que el resultado de que Ángel Pérez sea “un alcalde ausente”.

“Hoy ese orgullo de ser guaynabeño yo no lo veo en la calle. Sí veo que con el cambio (de administrador en el municipio) podemos retomar eso y que la gente sienta orgullo de nuevo de ser guaynabeño”, expuso.

“Lo primero que tenemos que hacer es hablarle claro a la gente, estar presente en la comunidad, hacer las cosas diferentes. Yo no soy más de lo mismo. Yo tengo un interés genuino y legítimo de servirle a nuestra gente y, lo primero que debemos hacer es, hablarle a la gente con honestidad… No podemos seguir mirando para el lado. Esos espacios alguien los va a ocupar. Está de nosotros los puertorriqueños involucrarnos”, agregó.

Fue muy poco lo que Aponte Martínez señaló de sus contrincantes dentro del PNP.

De Pérez reprochó que no ha cumplido las promesas y que bajo su liderato se ha disparado el crimen. Mientras, dijo que O’Neill es parte de una dinastía política que le ha costado muchos millones al municipio a causa de las demandas por hostigamiento sexual.

En su caso, expuso, “yo vengo a hablarle con honestidad, sinceridad a la gente. Yo no voy a hacer promesas en vano. Yo creo que eso es lo que la gente quiere. Cuando se puede, se puede. Cuando no, buscamos soluciones a los problemas y trabajamos en conjunto con la comunidad”.

En la seguridad, la salud, la economía, la educación y el deporte, según enumeró, estarán centradas sus propuestas.

A modo de ejemplo, habló de crear programas para remunerar a los agentes de la Policía Municipal por trabajar turnos nocturnos, ampliar su educación o por asistencia perfecta.

También prometió rehabilitar el Centro Virtual de Mando en el que se hacían vigilancias por cámaras de seguridad. Contó que este proyecto dejó de funcionar tras el paso del huracán María.

En la lista de promesas incluyó, además, ayudar a mejorar los tres hospitales que hay en la ciudad, reparar los parques abandonados, así como tomar control de las escuelas cerradas por el Departamento de Educación para crear programas educativos y deportivos durante las tardes.

Afirmó que se debe agilizar la concesión de permisos a los comerciantes para promover el desarrollo económico, desarrollar a la avenida Esmeralda como eje de los negocios, así como atender las necesidades de las comunidades.

“Yo espero que le den la confianza a Ricardo Aponte Martínez de poder convertirse en el nuevo alcalde de Guaynabo. Yo represento a la gente, a la clase trabajadora, al ciudadano de a pie que tiene que salir todos los días a ganarse el sustento de su familia. El pueblo de Guaynabo es un pueblo inteligente. Ellos van a saber escoger. Estoy bien seguro de eso”, puntualizó.

Apertura del Museo de la Música

De ganar la contienda primarista y eventualmente la alcaldía de Guaynabo, Aponte Martínez buscaría la manera de abrir el Museo de la Música Rafael Ithier.

Indicó que no solo el líder de El Gran Combo es un embajador de Puerto Rico, sino que el municipio tendría que seguir pagando préstamos por un edificio sin uso.

“Los $18 millones ya se invirtieron. Eso es una realidad. No podemos dejar eso ahí que se deteriore, abandonado, como ha estado en los últimos dos años y medios desde que Ángel Pérez entró a la alcaldía”, sostuvo.

“Mi sugerencia, mi recomendación, va a ser sentar a los artistas, sentar al Colegio de Productores, que estaban interesados, para buscar qué alternativas podemos crear en ese museo. La realidad es que eso está pagando préstamos como quiera. Entonces, estamos pagando préstamo de una facilidad que está en desuso, que está abandonada”, añadió el precandidato.

De hecho, el especialista en ejercicios comentó que, de ganar la contienda, pretende dar continuidad a obras encaminadas en el municipio. A modo de ejemplo, habló que no cambiaría el nuevo símbolo que Pérez le ha puesto a la ciudad, una amapola. Sostuvo que el dinero irá dirigido a “cosas necesarias” y no a “destruir” lo que hay hecho.