Es un tramo de apenas 50 pies, que bien pudiera atravesarse sin problema alguno caminando, en bicicleta, en motora y, mejor aún, en automóvil.

Sin embargo, para los transeúntes y conductores asiduos de la avenida Américo Miranda, en Río Piedras, el pequeño tramo en la intersección con la calle 54 se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza.

El problema no es solamente que al pedazo de carretera no le cabe un boquete más, sino que se trata de una situación recurrente que, de cuando en vez, tratan de solucionar tirándole una capa de asfalto que dura hasta que caiga el próximo aguacero, según denunciaron comerciantes de la zona, cuyos negocios se han visto afectados por la situación que se ha vuelto, verdaderamente, insoportable. Y lo es.

Con estar 15 minutos en el área es suficiente para escuchar la sarta de improperios que lanzan los conductores molestos y ver los malabares que tienen que hacer para esquivar los hoyos, que incluyen invadir el carril contrario, lo que puede provocar un accidente, una de las mayores preocupaciones de los empresarios.

“Si tú observas, todo el mundo se tira para el lado de acá. Yo he visto carros que hasta se trepan en la acera y lo que van a ocasionar es un accidente”, indicó Walter Irizarry, de la Tapicería de Autos Exóticos.

Relató que lleva cuatro años establecido en el área y que la situación siempre ha sido similar. “Siempre ha estado así, lo que hacen son uno parchitos y vienen y los echan en tiempo de lluvia... y eso es perdido”, expresó.

Durante el recorrido por el área, nos topamos también con Carlos Manuel López, quien visitaba un laboratorio que queda justo en la intersección afectada. El residente de Río Piedras tiene una condición en los pies que le imposibilitó ponerse botas, por lo que usaba chancletas.

Ayer, López tuvo que dar una vuelta a la cuadra para poder llegar hasta el laboratorio sin que se le mojaran las medias, lo que no solo es injusto por tratarse de una persona de la tercera edad con ciertas condiciones de salud, sino que además pone en riesgo su seguridad, pues no puede utilizar el cruce de peatones designado.

“Hoy no me pude poner las botas y tuve que dar toda la vuelta. Eso siempre está igual”, comentó el hombre.

Ginette Santiago, propietaria del laboratorio Michelsan, ubicado en la intersección, ha resultado una de las más perjudicadas. A través de los años, ha hecho varias querellas en el Municipio de San Juan, dijo, pero las mismas han parecido caer en oídos sordos.

“Nos dicen que tienen un año para ver y tomar decisiones... pero no han hecho nada. Tantas contribuciones que pagamos los comerciantes y los individuos y no sé por qué no se arreglan las carreteras”, expresó Santiago.

Marcelino Calderón, del Departamento de Obras Públicas de San Juan, llegó al área durante nuestro recorrido y aseguró que se han realizado varios trabajos en la zona, como lo fue la construcción del tubo que conecta con el sistema de alcantarillados de la AAA, pero al parecer se tapó de nuevo, señaló.

Aseguró que están esperando a que culminen unos trabajos que se realizan al inicio de la avenida para asfaltar toda la carretera. “La van a escarificar completa, pero no van a hacer doble trabajo. Hay que ver qué hay en la alcantarilla, pero lo vamos a resolver”, aseguró el funcionario.