Barbero los acicala hasta en la funeraria
Barbero dedica buena parte de su trabajo a encamados, personas sin hogar y le da el último recorte a difuntos.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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Él se desvive por acicalar a encamados, personas sin hogar y hasta llega a las funerarias para dar el último recorte a quienes de este mundo se van. Todo, desde una peculiar barbería.
Se trata de Nelson Antonio “Tonito” González Alvarado, el cual tuvo que cerrar su negocio luego de 13 años de intensa lucha pues no pudo más con las excesivas facturas de la Autoridad de Energía Eléctrica.
Su decisión conllevó lágrimas y frustración, ya que este ponceño conocido como “Ralwing el barbero”, había ganado un sinnúmero de competencias y su trabajo era admirado a nivel nacional e internacional.
Sin embargo, Nelson entregó el asunto en manos de Dios, oró por mucho tiempo y la respuesta tocó bocina cuando creyó estar vencido.
Ahora, el barbero, de 38 años, no tiene que esperar por los clientes, sino que va hacia ellos en una barbería sobre ruedas.
“Estoy trabajando desde los 11 años vendiendo frutas, lavando carros, fui gruero, siempre me las buscaba y descubrí lo de barbería siendo amigo de un barbero y una vez le dije que quería saber barbero. Me dijo ‘mete mano’, hasta que un día para el 96, recorté a un deambulante y dentro de mí había una voz que me dijo que tenía el talento, me fui a estudiar y tuve una barbería por 13 años, pero la tuve que cerrar en el 2015 porque me veía asfixiado con las facturas de Energía Eléctrica.”, recordó el ponceño Ralwing.
“Fue bien fuerte, me quedé sin trabajo y de tanta gente que yo tenía alrededor la única que se quedó fue mi esposa Ana Román Santos. Lo único que yo hacía era orar y lloraba en secreto, hasta que ella me mandó a levantarme para decirme que ella se enamoró de mí, no de mis cosas, y que, si estuvimos juntos en las buenas, en las malas también iba a estar”, confesó el primer barbero sobre ruedas en el sur.
Pero Nelson no se rindió e intentó buscar otro lugar para abrir su negocio, pero los espacios que encontraba no estaban al alcance de su bolsillo y nadie quería prestarle dinero por haber fracasado con la barbería anterior.
“Al ver en las redes sociales que había barberías sobre ruedas en otros pueblos como Caguas, empecé a orar por una guagua, pero no quería una guagua escolar sino un vehículo donde yo pudiera llegar a las casas, hacer algo diferente”, destacó.
Al encontrar el vehículo idóneo, González Alvarado se encontró con otro escollo.
Le pedían $4,000, pero no tenía dinero y casi suplicó hasta que desistió de la idea.
“Le pedía a Dios volver a tener un espacio para trabajar y un día, en la barbería donde estaba trabajando vino un cliente y me preguntó que, si había conseguido la guagua porque su primo en Orocovis estaba vendiendo una, pero me pedía $4,000. La contestación del banco se estaba tardando, hasta un día que el hombre me llamó por la mañana, pero no le contesté, no sabía qué decirle”, admitió el padre de cuatro retoños.
“Mi fe estaba bajando, porque hacía tiempo que llevaba orando por eso y ahora que apareció la guagua no tenía el dinero, pero mi esposa insistía que orara. Así que llamé al hombre y le dije con mi corazón entristecido que la vendiera, pero cuando fui a enganchar me dice ‘barbero, mientras yo estaba viendo tu Facebook una voz me dijo que te la regalara, ven y búscala”, reveló el barbero que encendió los motores en diciembre de 2016.
Así nació el concepto ‘Barber on Wheels’, el mismo que se estacionó en el casco urbano de Ponce para acicalar a la gente luego del paso del huracán María, incluso al personal de FEMA.
“La gente me pregunta cómo lo hice y sinceramente esto fue Dios, porque de todos los lugares en donde trabajé, me botaron, pero salí con mi cabeza en alto. Pero Dios tiene el control de todo”, afirmó.
Desde entonces, Nelson se dedica a ejercer su oficio mediante tres ministerios, pues lleva aliento a los enfermos tanto en comunidades como hospitales, recorta a personas sin hogar y le da el último corte de cabello a los varones cuando fallecen.
“Voy a las casas, atiendo impedidos porque la rampa me funciona, visito hospitales y las funerarias, en Shalom Memorial, cuando las familias me contratan para atender a las personas fallecidas y a ese concepto le llamo ‘El último recorte en la Tierra’. Al ministerio con los deambulantes le llamo ‘Recorte de bendición’ y el de ‘Barber on Wheels”, sostuvo al tiempo que mostró los equipos que utiliza para cada uno de sus ministerios.
El barbero sobre ruedas anhela llevar el concepto a otras partes de la Isla, y mientras tanto, recibe con una sonrisa a todo aquel que llega a sus manos.
Para detalles puede llamar al 787-380-5479.