Rastrear y monitorear los casos de COVID-19 para obtener data científica es indispensable para cualquier país en vías de atajar la pandemia. En Arizona, la estudiante boricua Ayeisha M. Rosa Hernández es parte de un equipo de trabajo establecido por la Universidad del Estado, precisamente para colectar y ayudar en el desarrollo de esas investigaciones epidemiológicas.

Rosa Hernández, de 24 años, se mudó de la Isla hace poco más de un año para completar su maestría en salud pública en el programa One Health. La joven llegó a Arizona luego de completar su bachillerato en ciencias agrícolas con concentración en ciencia animal del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.

Durante la emergencia forma parte del equipo Students Aid for Field Edipemiology Response (SAFER, por sus siglas en inglés), a cargo de realizar la vigilancia de los casos de coronavirus en el condado de Pima, así como de las enfermedades gastrointestinales en el condado de Maricopa.

El programa SAFER, dirigido por la profesora y epidemióloga Kristen Pogreba-Brown, aunque equivale a una clase, está diseñada para entrenar a los estudiantes graduados de salud pública en trabajos epidemiológicos.

La candidata a alcanzar su MPH en mayo tiene a su cargo realizar las llamadas en español a la población hispana de ambos condados. En Pima, la población alcanza los 1,039,073, de los que un 38% es hispana. Mientras que Maricopa tiene una población de 4,410,824, el 31% es hispana.

Desde el verano pasado, en tanto, trabaja en el equipo de SAFER para darle apoyo en las investigaciones a los departamentos de salud locales y al del estado durante la emergencia.

“Informamos cuáles son los factores de riesgo que tiene la comunidad, las exposiciones que han estado llevando, también colectamos información sobre las medidas de prevención que han estado tomando para ver cuán efectivas son y el Departamento de Salud al tener toda esta información puede tomar decisiones informadas”.
“Informamos cuáles son los factores de riesgo que tiene la comunidad, las exposiciones que han estado llevando, también colectamos información sobre las medidas de prevención que han estado tomando para ver cuán efectivas son y el Departamento de Salud al tener toda esta información puede tomar decisiones informadas”. (Suministrada)

“Nosotros conducimos rutinariamente, desde julio, hacemos vigilancia para enfermedades gastrointestinales. Lo que hacemos es que llamamos a los casos, aprendemos acerca de sus síntomas y exposiciones. Luego pasamos esa información al Departamento de Salud y los epidemiólogos se encargan de ver de que no haya brotes y de tomar alguna medida preventiva si necesitan hacerlo. Ahora con la emergencia del coronavirus, por lo general trabajamos con el departamento del condado de Maricopa y ahora estamos trabajando con el departamento del condado de Pima haciendo investigaciones de casos confirmados de coronavirus. Estos son casos que tienen prueba positiva a los que ellos tienen que investigar en el sentido de llamar, aprender más sobre sus síntomas, factores de riesgo, cuántas personas enfermas en su hogar, ese tipo de información. Ellos no tienen la capacidad para eso y ahí es que no nosotros entramos y ayudamos con esas investigaciones”, explicó.

La valiosa data que recopila tanto Rosa Hernández como sus compañeros tiene la finalidad de informar al Departamento de Salud de los condados y del estado sobre lo que ocurre en la comunidad y de cómo está progresando la enfermedad en las personas que resultaron positivas al virus.

“Informamos cuáles son los factores de riesgo que tiene la comunidad, las exposiciones que han estado llevando, también colectamos información sobre las medidas de prevención que han estado tomando para ver cuán efectivas son y el Departamento de Salud al tener toda esta información puede tomar decisiones informadas”, indicó.

Según la estudiante boricua, como parte de los esfuerzos de la Universidad, el equipo de SAFER llevará a cabo un estudio con el Colegio de Salud Pública para identificar si hay una consecuencia a largo plazo luego de pasar el coronavirus.

Actualmente, en Arizona existen 5,459 casos positivos, de los que 973 son del condado de Pima donde precisamente ubica la Universidad.

“Uno de los propósitos de la llamada de coronavirus ahora mismo es también asegurarnos que las personas tengan la información correcta. Una de las preguntas más comunes es si cuando se sienten mejor pueden salir de sus casas, ¿cuándo puedo terminar el aislamiento? Nosotros también aprovechamos para informarlos y educarlos y asegurarnos que la comunidad esté tomando las mejores medidas posibles, pero también, una vez el Departamento de Salud tiene toda esta información adicional, ellos informan las decisiones en cuestión de qué recomendaciones hacer al gobierno”, indicó.

“Nuestra prioridad es tomar toda la información que podamos y cada detalle que nos diga el paciente, pues tratar de anotarlo porque estamos viendo si reclutamos a estas personas para un estudio que va a ver si se desarrollan consecuencias a largo plazo del COVID-19. Mi énfasis, al igual que los compañeros es anotar toda esa información y ver después cómo eso tiene implicaciones. El Departamento de Salud se encarga de ver cuáles son las cosas en común que están viendo ellos y nosotros acá vamos a ver qué cosas deberíamos monitorear en el futuro”, dijo.

Rosa Hernández relata que en cada llamada se queda la estela de una carga emocional. Sin embargo, es un trabajo que la llena de satisfacciones al saber que ayuda a otros durante el proceso.

“Ciertamente es una experiencia gratificante saber que al menos dentro de todo lo que está pasando, tengo la habilidad de ayudar al público. Esta emergencia es desafortunada, pero viéndolo por el lado positivo me ha ayudado en mi formación académica y profesional. No siempre es algo fácil, esto ha estado lleno de retos. La verdad es que cada llamada tiene su carga emocional porque son personas que están pasando por esto (COVID-19) y nosotros estamos ahí para tratar de ayudarles y ciertamente es un poco difícil, es retante, pero al menos es una experiencia gratificante en lo que podemos ayudarles. No es fácil escuchar lo que está pasando la comunidad, pero aquí estamos para ellos y eso es lo que me motiva a seguir hacia adelante”, manifestó.

La joven se gradúa en mayo de su maestría en la Universidad en Arizona, pero asegura que continuará trabajando durante el verano para el programa de SAFER para luego identificar otras oportunidades que le ayuden a crecer en el campo de la salud pública.

“Mi meta, principalmente, era ser veterinaria, pero en el transcurso cogí otros cursos de bioseguridad, entre otras cosas, en el recinto de Mayagüez y pues eso me motivó a buscar programas de salud pública que estén ligados a la salud animal, pues en el futuro eso es lo que me gustaría continuar trabajando. Mis intereses son enfermedades zoológicas, que son enfermedades que pueden transmitirse de los animales a los humanos y viceversa. Estamos en ese proceso de buscar otros programas que me ayuden a crecer en esas áreas”, relató.