La población de monos en Puerto Rico continúa en crecimiento, no tan solo en la zona suroeste a donde se han capturado cerca de 5,300 primates en el periodo de 13 años, sino que ahora, la atención de los expertos se mueve al área de Sabana Seca en Toa Baja.

Allí, la cifra pudiera alcanzar los 400, siendo las especies Rhesus y ardilla, las que más dolor de cabeza están ocasionando a las autoridades, pues de no controlar su proliferación, se podría convertir en una plaga difícil de erradicar.

Así lo expuso el doctor Ricardo López Ortiz, coordinador del Programa de Control de Primates del DRNA, quien dijo que la situación se debe al mercado ilegal de primates dentro del país, que a su vez responde al interés de las personas que se empeñan en tenerlos como mascota.

Es que por más curiosos y adorables que parezcan, criar un mono fuera de su hábitat podría ser perjudicial para aquel que intente atrapar alguna especie con la intención de venderlo o llevárselo para su casa.

“Un primate no es como criar a un perro o criar a un gato. Tener un primate conlleva una responsabilidad altísima. Son animales bien inteligentes, se aburren fácilmente, se deprimen, por ser inteligentes. Uno puede reconocer ciertas conductas, pero igualmente pueden ser impredecibles en su manera de actuar, en la manera de responderte. Estos primates responden a gestos faciales, responden a olores y pueden ser muy peligrosos”, reveló.

Asimismo, recordó que esta práctica es prohibida por el Reglamento 6765 del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), que rige la conservación y el Manejo de la Vida Silvestre, las Especies Exóticas y la Caza en Puerto Rico.

“El reglamento 6765 prohíbe tener estos animales en cautiverio, prohíbe la liberación de estos animales y la venta. Además de que no son animales de Puerto Rico, por lo tanto, una vez se liberan van a tener un efecto inmediato en el ecosistema y en la agricultura de Puerto Rico también”, advirtió el científico a cargo del Laboratorio de Investigaciones Pesqueras en Cabo Rojo.

Pero ¿cómo llegaron los monos a Isla Grande?

Según el experto, la situación se salió de control para las décadas del 60 y 70, cuando los primates se escaparon de los islotes Guayacán y Cuevas en La Parguera en Lajas, ocasionando un daño severo a los agricultores del suroeste pues acabaron con las cosechas.

“Tan es así que muchos agricultores en el área suroeste dejaron de sembrar por completo y se dedicaron meramente o a construir o a utilizar los terrenos para heno, para ganado y una finca de heno no es una finca que ayude a aves nativas, no es una finca que produzca dinero, no es una finca que produzca alimento para las personas. Soltar y tener estos animales tienen unas consecuencias a largo plazo para una isla como Puerto Rico”, expuso.

Sin embargo, aseguró, que luego de implementar los trabajos para atrapar unos 5,300 primates en esta zona a través de una propuesta federal, las poblaciones de monos Rhesus y patas están “bastante controladas”.

Ahora, el problema se movió a la zona metropolitana de San Juan, cuando un mono Rhesus se robó la atención de los boricuas cuando apareció en plena ciudad y burló la trampa de vigilantes del DRNA que intentaban apresarlo.

Desde entonces, apareció un primate atropellado en plena vía pública en Guaynabo, mientras que una fémina alegó que “un mono mordió a su hija” el domingo de Halloween en Coamo.

Según el científico, la proliferación de monos en la actualidad es mayor en el área de Sabana Seca en Toa Baja, ocasionada por especies que se han escapado del Centro Caribeño de Investigación con Primates de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. y cuya población pudiera alcanzar cientos de primates dispersos por toda el área.

“Son animales que han escapado por años y por diferentes razones… se ha hablado que ha habido casos por huracanes, aquí ha habido casos de personas que se han robado animales. El asunto es que están allí, en la colindancia, la diferencia es una verja”, manifestó.

“Yo asumo que esa población debe estar sobre los 200 monos Rhesus y sobre los 200 monos ardilla, responden a ese laboratorio, a ese lugar de investigación que ha sido un orgullo muy grande para Puerto Rico, pero lamentablemente ha surgido esa situación”, confesó.

Explicó que, en gran parte, las especies que se han encontrado en la zona de San Juan son producto de juveniles capturadas en el suroeste de la isla e incluso en Sabana Seca.

“Yo estoy bastante seguro de que la mayoría de los primates, sino todos, los que se han encontrado en la zona metropolitana, son producto de juveniles que se han capturado en otras áreas como en el suroeste de Puerto Rico o en Sabana Seca, son juveniles que han capturado y los venden. Yo dudo mucho que los estén trayendo de afuera del país, ya que en Puerto Rico hay poblaciones que se están reproduciendo y la venta de primates es ilegal”, relató.

No obstante, dijo que no sabe a cuánto asciende la venta ilegal de primates en la Isla.

“El mono ardilla es pequeño, es bien pintoresco, tiene colores verdosos, un rabo largo, es el clásico mono pequeño que hacen en los hombros de los piratas, etc. El mono Rhesus es como el que se ha visto aquí, el de la preocupación principal en la zona metropolitana ahora mismo, que es un mono asiático, más grande, genitales usualmente color rojizo cuando están en su época reproductiva, de la cintura para arriba son marrones, de la cintura para arriba son como más grises”, describió.

“En el área oeste hay dos especies: el mono Rhesus o macaco Rhesus, y está el mono patas. La población de monos patas era la más que preocupaba a los agricultores y esa la tenemos bastante controlada. Entendemos que nos tienen que quedar, de ambas especies, menos de lo que escapó en los (años) 60 y los 70″, acotó.

De otra parte, expuso que el peligro con el mono de Santurce es si la persona intenta acercarse al animal, ya sea para alimentarlo, tomarle fotos o capturarlo.

“El animal silvestre, el mono que ha criado en el bosque como los del suroeste de Puerto Rico es tímido, no se va a acercar a usted. Tan pronto lo ve a usted se va a alejar lo más que pueda, quizás va a permanecer vigilante un ratito, pero la tendencia es a alejarse. En ese sentido, no va a haber ningún peligro porque usted no lo va a confrontar”, mencionó.

“Ahora, si el animal usted lo tiene asediado, acorralado y le está tirando frutas, se le está acercando y le está tomando fotos, eso sí puede aumentar el estrés en estos animales y si el animal ha sido criado en una casa, en una sala, en una jaula, cerca de las personas, este animal sabe y tiene que haber medido cuánta fuerza tiene un humano y puede ser muy peligroso”, agregó.

Asimismo, recordó que la especie Rhesus es portadora del herpes B, que pudiera ser mortal para el humano si no se recibe tratamiento con algún medicamento antiviral.

“Este virus es letal en el ser humano; el humano dura usualmente siete días si no se da ningún tratamiento. Si se da algún tratamiento con algún antiviral como un antiviral, quizás sobrevive, pero va a sobrevivir con daño neurológico. O sea que el daño es severo a la persona y, en ese sentido, estarse acercando a estos monos conlleva un riesgo innecesario y un peligro”, reveló.

En cuanto a la fémina que se querelló a la Policía de que supuestamente un mono mordió a su hija menor de edad, López dijo que la información no concuerda con el comportamiento de los primates.

“El ataque fue el 31 de octubre que es la noche de Halloween; estos monos todos son diurnos, ninguno es nocturno, ellos ven muy bien de día, de noche son como nosotros, les da dificultad y prefieren estar durmiendo arriba de un árbol. Es totalmente inusual que un mono se acerque, ataque y se vaya si no ha sido provocado. Mira que he tenido experiencia y mis compañeros de trabajo atrapando monos y nunca un mono se nos ha acercado ni siquiera para tocarnos”, señaló.

“Me da la impresión de que pudiera haber sido un gato… los gatos hacen eso; son nocturnos, son curiosos, se te pegan, te raspan y se pueden ir rápidamente, pero con la información que hay, llegar a una conclusión de que haya sido un mono o un humano, la experiencia de la persona que lo vio. No sé qué sucedió ahí. Pero está muy raro”, insistió.

Resaltó, que a más de 13 años capturando miles de monos en el suroeste, nunca han experimentado algún ataque o situación que lamentar, dado al peritaje de los funcionarios que manejan el operativo.

“Esto ha sido en fincas, en bosques, algunas veces en zonas urbanas, pero no en ciudades. En ciudades, el ambiente es totalmente diferente y el animal si estaba en un hogar se comporta totalmente diferente a un animal salvaje porque la ciudad tiene unas complejidades; demasiadas personas, muchas cámaras, mucho periodista, personas que no comprenden la situación, que no conocen la ley, que le dan alimento al animal y lo espantan”, destacó.

“Incluso, me consta que esa trampa que el mono logró entrar, cuando yo lo vi entrar en un video, rapidito me di cuenta de que era un mono que había escapado de un hogar y que no era la primera vez que escapaba, ya había sido confrontado con una trampa anteriormente por la cautela y por los movimientos del animal, yo lo pude reconocer. No solamente eso, la cosa se complicó cuando alguien pasó y le tiró un guineo allá adentro. Ese guineo lo tiró un ciudadano y el animal logró entrar, cogió ese guineo y salió porque el guineo no estaba amarrado”, añadió.

Mencionó que “los vigilantes que trabajaron esas trampas y los guineos que estaban allí, estaban atados a un gatillo que activaba la trampa. Pero el mono vio el guineo maduro que le tiraron a la jaula y ese fue el que se llevó y se hizo todo ese show gracioso”.

En cuanto a las preferencias de alimentación, según el experto, además que el guineo maduro, los primates adoran el mangó maduro, aguacates, cogollos de matas de plátano o guineo e incluso, hasta se han robado huevos de gallinas para comérselos.

“Nosotros, usualmente no le ponemos guineos muy maduros, todo depende de la situación. Por lo menos, acá en fincas y en el bosque, como tenemos tantas trampas, lo que hacemos es que le ponemos guineos verdones, cosa de que uno no tenga que estar tocando la trampa constantemente y dejando el olor de nosotros en la trampa ni manipulándola. Ese verdor se va poniendo amarillo poco a poco y así le damos tiempo a que el animal, que es muy tímido, coja confianza y entre y caiga en la trampa”, detalló.

“Pero además de eso, comen aguacate, los cogollos de las matas de plátano y guineo, pueden escarbar y sacar el tubérculo, no lo hacen a menudo, pero tienen la capacidad para hacerlo. Pueden levantar piedras y recoger infectos del piso, pueden agarrar huevitos pájaros y alimentarse de ellos. Sin duda, si cogen un nido con polluelos, también pudieran comérselos. He escuchado cuentos de monos que entran a fincas y se llevan los huevos de las gallinas, así que la dieta de ellos puede ser bastante variada, pero principalmente frutos y vegetales”, puntualizó.

Finalmente, luego de atrapar más de 5,300 de monos en distintas especies, el objetivo del programa federal es eliminar la posibilidad de que se conviertan en una plaga. Por eso, a los monos que capturan les practican la eutanasia.

“Los que capturo yo, eutanasia. Yo hice una investigación para el 2008 donde llamamos a 99 lugares en diferentes países, incluyendo Estados Unidos, América del Sur y Europa, y los 99 lugares me dijeron que no querían ninguna de las dos especies, ni los monos Rhesus ni los monos pata. Esas especies se reproducen cómodamente en los zoológicos, de hecho, que ellos tenían monos de más y que no podían aceptar ninguno. Ellos mismos recomendaron que lo más apropiado es la eutanasia”, admitió.

“Si no se controlan las poblaciones de monos donde hay hembras reproductivas, Puerto Rico cambiaria totalmente. Estaríamos hablando que tendríamos una plaga en las carreteras, la agricultura se iría al piso. Eso es muy peligroso”, concluyó.

Para detalles sobre el control de primates puede llamar al 787-724-5700.