Puerto Rico tiene por delante el reto de integrar de la manera más efectiva y eficiente posible la ola de vehículos eléctricos que se espera arribe en los próximos años, y que supone también la integración de estaciones de carga de diversos tipos, capacidad y velocidad, que a su vez obligaría a realizar modificaciones a la red eléctrica.

Sin embargo, se trata de un asunto que, aunque todas las proyecciones indican que ocurrirá más temprano que tarde, aun no tiene protocolos definidos, y cada jurisdicción ha tenido que ir adaptando sobre la marcha.

Puerto Rico, al momento, no tiene aún definido cómo se regirá el proceso de instalación de estaciones de carga para vehículos eléctricos (VE), según trascendió de la serie de talleres que están llevando a cabo el Negociado de Energía, LUMA Energy y otras empresas, grupos e individuos interesados.

Precisamente los talleres, con expertos en el tema, son parte de un esfuerzo para identificar la mejor estrategia para reglamentar la instalación y uso de cargadores de VE.

Personal de LUMA que participó del taller explicó que, al momento, la compañía “no tiene visibilidad” sobre la instalación de cargadores de vehículos eléctricos. Lo más cerca a eso que pueden llegar es notar cambios en los patrones de carga que puedan dar a entender que existe uno de esos equipos.

Según se explicó, la instalación de cargadores para VE, según el tipo de cargador y su capacidad y velocidad de carga, exige más del sistema eléctrico. En la medida que, por ejemplo, más viviendas de una zona en particular instalen un cargador de vehículo eléctrico, necesitarían cambiar transformadores y hacer otras mejoras, de manera que puedan soportar la demanda por la activación de esos cargadores.

Directivos de LUMA participantes explicaron que “no queremos crear barreras” y por eso están mirando lo que han hecho en otras jurisdicciones para buscar la mejor alternativa para atender esa situación, y “poder saber dónde están esos cargadores y cuál es su capacidad”.

En el caso de los equipos de carga rápida, su demanda de energía es aún mayor, lo que implica que su instalación debe estudiarse detenidamente.

Expertos alertaron además que, si bien se espera que en próximos años aumente el uso de energía solar y baterías, que podrán atender parte de la demanda energética, habrá que velar, y quizás regular de alguna forma, el uso de cargadores de VE particularmente en las horas pico de consumo al finalizar la tarde y comenzar la noche.

En ese sentido, se recomendó la adopción de una estrategia de uso de cargadores que distribuya las horas en que se usen los cargadores, que podría ir desde controlar directamente las horas de carga, hasta incentivar la participación de clientes en algún programa de uso eficiente.

El empresario Ignacio Díaz alertó de que cada vez más usuarios están pidiendo la instalación de un cargador de VE, cuando completan la instalación de un sistema solar, y recomendó no usar datos históricos para atender este tema, ya que se trata de algo novedoso.

Chris Nelder, uno de los expertos en el tema consultados, además de recomendar el establecimiento de un sistema de manejo eficiente de carga por sus muchos beneficios, también recomendó mirar a las experiencias de los estados de California, Nueva York y Colorado, que a su juicio son los que mejor han manejado el tema. De igual forma, recomendó mirar a Noruega, nación que tiene ya cerca del 75% de sus vehículos eléctricos.

Nelder mencionó estrategias tales como sistemas de mensajes para alertar a clientes sobre el mejor momento para uso del cargador, así como incentivos para que participen de programa de manejo eficiente de energía.

Por otro lado, explicó que, aunque los cargadores rápidos por ahora son problemáticos por su alto costo, eventualmente serán necesarios para poder electrificar la transportación.

Alertó además que habrá que tener en cuenta que en el futuro habrá que tener estaciones de carga para vehículos más grandes y para camiones pesados, que son estaciones que van a exigir hasta 20 megavatios de carga, “que es algo significativo” que requerirá modificaciones a la red eléctrica.

El experto recomendó “trabajar fuerte en buscar soluciones”, y haciendo modelos comparativos con diversos escenarios, pero alertó que de igual forma “hay que tomar en cuenta que no está claro todavía a dónde se dirige todo esto”.

Al momento, se estima que hay en Puerto Rico entre 5,000 y 10,000 vehículos eléctricos. Sin embargo, las cifras de compra se han ido casi duplicando por cada uno de los últimos años, y se espera que esa tendencia de aumento continúe.

De igual forma, cada vez más fabricantes están impulsando la fabricación de más vehículos eléctricos, y algunos incluso han lanzado fechas para la terminación de fabricación de vehículos impulsados por combustibles fósiles y que toda su producción pase a ser de carros eléctricos.