Los embalses de La Plata y Carraízo descendieron cinco centímetros, principalmente porque las correspondientes plantas de filtros suplieron agua potable a parte de los 360,000 abonados afectados por los planes de racionamiento impuestos por la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).

Es La Plata el cuerpo de agua en peor estado. Se quedó solo en el último nivel de uso, el de control, con 37.32 metros, según el informe diario publicado por la AAA.

El nivel óptimo de este embalse es 51 metros, mientras quedaría fuera de servicio al alcanzar los 31 metros.

Este crítico estado del embalse se debe a una deficiencia de precipitación que se ha acumulado en los pasados tres años de sobre 50 pulgadas de lluvia. Esto ha desembocado en una sequía extrema para los pueblos de la mitad este, que se hace sentir en la baja de los niveles de los embalses.

En las pasadas dos semanas, Carraízo es el embalse que más ha recuperado su nivel, principalmente por el paso cercano de la tormenta tropical Erika. Pero sigue en la penúltima clasificación de uso, la de ajustes operacionales, mientras sus abonados llevan 120 días en un plan de racionamiento.

Con la baja de cinco centímetros que registró, el embalse quedó en 37.11 metros. Su nivel óptimo es del 41.14 metros, mientras regresaría al último nivel de uso al alcanzar los 36.50 metros.

Los 360,000 clientes de la AAA que son suplidos de Carraízo y La Plata están en un plan de racionamiento de dos días sin servicio y un día con agua potable.

Por otro lado, del informe diario de los niveles de los embalses se destaca que solo Guajataca, en Quebradillas, y Cerrillos, en Ponce, aumentaron su nivel en dos centímetros.

Cabe destacar que a Guajataca solo le falta aumentar seis centímetros para llegar al nivel de desborde.

El resto de los embalses descendieron hasta cuatro centímetros. Los que se encuentran en peor condición, pero no han sido incluidos en los planes de racionamiento, son Cidra, Patillas, Toa Vaca, en Villalba, así como Río Blanco, en Naguabo.