Café Tres Ángeles, cerquita del cielo
No sabían nada de café, solo beberlo. Desconocían el movimiento del producto en el mercado y, más dramático aún, ¡no tenían chavos!

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Adjuntas. Juan Meléndez y su esposa Naomi Gómez decidieron un día dejar la ciudad y embarcarse en la aventura de comprar una finca de café en un lugar paradisíaco.
No sabían nada de café, solo beberlo. Desconocían el movimiento del producto en el mercado y, más dramático aún, ¡no tenían chavos!
En año y medio, con una sola cosecha, la Hacienda Tres Ángeles, que ubica en la carretera PR-129, kilómetro 4.8, en el barrio Portillo en Adjuntas, se ha posicionado como una importante productora de café de exportación, suministrando en parte las demandas del mercado estadounidense.
¿Cómo terminaron en este monte, aquí cerca del cielo?
“Pues mira, nosotros estábamos en Jayuya bebiendo café (en un negocio) y le preguntamos al dueño si sabía de alguna finca de producción de café que estuviera a la venta. Él nos dijo que en Tres Picachos había una que alquilaban, pero que en Adjuntas, había un señor que murió y la finca se estaba perdiendo”, relató Meléndez.
“Ese día salimos a buscar la finca y no la encontramos, nos fuimos. Hicimos un estudio de mercadeo, trabajo de búsqueda de posibilidades de un negocio como ese”, recordó.
La pareja solicitó un préstamo en Farm Service, pero se lo denegaron.
“Farm Service no nos quiso prestar dinero porque no teníamos experiencia. La misma sucesión nos lo financió. Dimos un pronto, los hijos nos facilitaron el dinero para comprar la finca”, reveló.
¿No se asustaron con esa cantidad de dinero? Se trata de medio millón de dólares.
No nos asustamos porque esto no lo hicimos a lo loco. Nos estuvimos preparando ocho meses. Estudiamos el negocio del café y las oportunidades de ventas. De solamente pensar que en Puerto Rico se produce el 20 o 25 por ciento del café que se consume, de solo pensar que vas a producir algo para lo que no hay suficiente producción, ya tú sabes que tienes el café vendido, antes de producirlo.
“Segundo, cuando ves las posibilidades de entrar en un mercado de café especial, si haces un buen trabajo, y sabes las posibilidades y qué ganancias puedes tener de tu café... Si haces un buen trabajo, primero con Dios a nuestro favor, y con el empeño que le pongo a mis proyectos, no puedo ser tan malo para no alcanzar esta meta: producir un café que se pueda exportar el cien por ciento”, agregó Meléndez.
Le llamaron Hacienda Tres Ángeles, por sus hijas María de los Ángeles, Angélica Noemí y Victoria de los Ángeles.
¿Esto es un negocio exitoso?
“Es un negocio exitoso desde que empezamos. Llevamos una cosecha en un solo año. Se vendió la mayoría al mercado de cafés especiales de Puerto Rico y el restante a la exportación. A dos compañías, dos individuos que el Señor nos puso en el camino, que tienen negocios de exportación de café, se lo suplimos y ellos lo exportaron”.
¿Sabían qué grano era bueno?
En la investigación que hicimos, encontramos que el grano que más demanda tiene en el mercado del norte es el caturra. Este año, hemos sembrado sobre 30 mil árboles de la variedad caturra.
¿Y cuál es la cualidad de ese grano?
Eso es subjetivo. En cuanto a sabor y cuerpo, eso es subjetivo. Es el sabor y el cuerpo que ellos prefieren. Tenemos un mentor, un ingeniero retirado, experto en los asuntos técnicos de café. Él me dice: ‘Vas a hacer esto, esto y esto y el resultado va a ser este’”, dijo Meléndez.
¿No lo venden con la marca de ustedes?
“Nosotros lo empacamos y lo vendemos aquí, en nuestro Coffee Shop solamente. Ya que tenemos el equipo y la tecnología para separar el mejor grano de café para que entre a un mercado tan exigente como el extranjero, por qué no prepararlo para el mercado de Puerto Rico. Tenemos café para el visitante que viene aquí”.
Según el empresario, en el mercado de Puerto Rico, la mayoría “no sabe distinguir entre un café y otro, porque nunca se había desarrollado de esa forma tan específica”.
Indicó que en los supermercados se vende el café comercial, pero no el especial, por ser más caro.
Los visitantes que se alleguen hasta la Hacienda Tres Ángeles, en lo alto de una montaña, disfrutarán de un café con un cuerpo y sabor especial, bajo el influjo de una vista sobrecogedora, cerca del cielo.