Cambian más que las sábanas

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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La imagen del “viejo motel de pobres luces”’ que describe la canción popularizada por artistas como David Pabón y Frankie Ruiz ya es cosa del pasado.
Por lo menos así lo manifestaron a PRIMERA HORA varios propietarios y empleados de estos negocios que, al igual que otras industrias, han tenido que tomar medidas para enfrentar la recesión económica.
Con las nuevas conductas sexuales y las transformaciones en la moda y la teconología, las llamadas “cabañas ejecutivas” han tenido que reinventarse para ofrecer mayores y mejores servicios a su exigente clientela.
Ejemplo de esto es el motel Villa Borinquen, ubicado en el barrio Candelaria de Toa Baja, en el que su dueño, Ángel Vázquez Toro, ha decidido invertir una fuerte suma de dinero. Según Vázquez, su intención es convertir el motel “en el mejor de Puerto Rico” y cambiar la imagen de “pocilga”.
Con la remodelación de más de un 65 por ciento de las habitaciones, el motel ha sufrido una transformación que incluye muebles europeos, losetas italianas y modernos cuadros que comparan con habitaciones de un hotel tradicional.
Según explicó David Rodríguez, administrador del lugar, atrás quedaron las alfombras malolientes y las paredes forradas de paneles decorativos, para dar paso a las modernas habitaciones equipadas con televisores plasma, Cable TV con canales para adultos, música, y hasta la tradicional ventanilla de cobro es de madera al estilo italiano.
Otro de los aspectos que han cambiado favorablemente son los baños, que decorados con losas y accesorios modernos, sustituyeron las percudidas cortinas corredizas de aluminio y los inodoros de cinco galones de agua. Es más, en este motel ya no hay jabones chiquitos de olor penetrante y corriente. Aquí el jabón es líquido y se deposita en finos dispensadores en los lavamanos y en las duchas.
“Esto es otra cosa, estamos remodelando y pronto vamos a tener cocina para ampliar los servicios”, destacó Rodríguez mientras mostraba una moderna suite con jacuzzi y con ducha para masajes en el baño.
Lo nuevo
Una de las innovaciones que se han implantado en el Villa Borinquen es una nueva versión de la famosa máquina del amor o “love machine”. La silla, que antes parecía una camilla de la sala de partos, ahora es un estilizado mueble en forma de silueta que también forma parte de la moderna decoración del lugar.
Por su parte, Julio González Fortuño, propietario del motel Imperial Suites, coincidió en que los clientes son más exigentes. “Ahora la gente quiere plasmas”, dijo el comerciante, al informar que está planificando cambiar todos los televisores para complacer a su clientela.
No obstante, para el dueño del motel ubicado en Caguas, su innovación son las habitaciones con motivos para recrear fantasías.
“La (habitación) que más le gusta a la gente es la Suite Forestal (decorada como una selva)”, reveló González, al explicar que la limpieza es otro factor que cuida porque los clientes “quieren que la habitación huela a su casa”.
Para aumentar las visitas de los clientes, González ha optado por ofrecer una oferta especial que extiende de ocho a 12 horas el tiempo por la tarifa de la habitación durante los días entre lunes y jueves.
“En la semana, hay personas que se quedan toda la noche”, aseguró.
Con el fin de facilitar la limpieza de las cabañas, en las marquesinas de ambos moteles se han ingeniado una especie de hueco relleno de piedras para recoger los posibles desperdicios de aceite de los automóviles que visitan las cabañas.
“Así es más fácil limpiar las cabañas”, destacó González.
“Ellas también pagan”
Algunos hábitos también han cambiado en el motel. Según algunos empleados, que no quisieron identificarse, ahora hay mujeres que “son las que se bajan a pagar” y también son las que exigen que las habitaciones estén en óptimas condiciones.
Otro dato curioso es la creciente visita de parejas de la comunidad gay, así como la visita de cuatro y cinco personas para utilizar la misma habitación.
“Cuando vienen más de dos, le cobramos por persona”, detalló un empleado, al asegurar que han tenido ocasiones en las que entran dos parejas “y después se cambian de cabaña”.
“Aquí ha habido de todo, peleas, cuernos, y hasta un tipo que llegó persiguiendo a la esposa con una pistola”, señaló el empleado, al explicar que en los casos de violencia interviene la seguridad del motel y se llama a la Policía.