Un árbol de higüera se convirtió en el punto de partida para la artesana Gloria López Estrella quien se preparó académicamente para seguir una carrera en artes plásticas, pero la pintura le estaba causando una reacción alérgica.

Desde entonces, comenzó a esculpir su trayectoria a través de una propuesta abarcadora que incluye la talla en madera de santos, juguetes tradicionales, caretas y, el mobiliario religioso, entre otros renglones de la artesanía puertorriqueña.

Sin embargo, la maestra artesana, oriunda del barrio Abra Honda en Camuy, se ha destacado en la confección de santos para vestir, una centenaria tradición que llegó a la Isla mediante la conquista española y que, se estaba perdiendo con el tiempo.

A sus 61 años, la hija de don Miguel A. López Peruchet y Enelida Estrella López, destapa sus atesorados recuerdos, mientras continúa cincelando su galardonada obra.

“De mi familia, nadie tenía inclinación artística, pero desde niña ya tenía la inquietud. Me pasaba dibujando, mi hermana era maestra y yo le hacía los carteles para el salón”, relató al mencionar el papel que jugó una maestra de escuela superior que, la motivó a que estudiara bellas artes.

Tras completar un bachillerado en pintura y artes plásticas de la Universidad Interamericana de San Germán, en 1985, Gloria “quería montar un taller y, hacía serigrafías. Pero los solventes, el olor de la pintura era tan fuerte que, me daban dolor de migraña, alergias y tenía problemas para respirar”.

“Un día veo un palo de higüera, la tumbo y empiezo a bregar con higüera en la artesanía. Hacía pinturas o al relieve, talladas en las higüeras. Esos fueron mis primeros trabajos en la artesanía”, sostuvo al agregar que, para 1987 ya estaba certificada por la Compañía de Fomento Industrial.

Su incursión con la elaboración de santos de vestir inició en la década del 90, para participar de un certamen inspirado en talla del niño Jesús.

“Yo quería hacer algo diferente y, ahí, cuando estaba buscando los libros de don Teodoro Vidal (investigador del arte y folklore puertorriqueño), me encuentro con un santo de vestir y me gustó, porque cuando le pregunto a un amigo que era coleccionista, por los santos de vestir y, me dijo que ya eso no se estaba haciendo”, resaltó.

“Me gustó la idea y quise hacer el niñito de vestir para el certamen. Ahí me envuelvo en un trabajo de investigación, voy a (museo de arte religioso) Porta Coeli en San Germán porque había unos santos grandes, para que yo viera la forma en que estaban hechos los brazos y, el cuerpo, porque también los hacen tallados con las piernas y el torso”, explicó.

Así las cosas, López Estrella cumplió su sueño e hizo un diseño de cuerpo entero. Para completarlo, identificó a una artesana de Camuy quien hizo el traje y, para su sorpresa, ganó la competición.

Pero su historia no culminó con el galardón, sino que Gloria se dedicó a enseñar este renglón a otras artesanas que adiestró en varios talleres. Cabe destacar que, del grupo, “han seguido tallando”.

“La talla de santos de vestir es un renglón que yo rescaté porque no se estaba haciendo. ¿Ha visto en la iglesia católica que, al lado del altar están el patrón y la patrona vestidos? Eso es un santo de vestir”, explicó.

“Prácticamente se le talla la cara y las manos. El cuerpo tiene forma, por ejemplo, la virgen tiene forma de mujer, pero en otras solamente es como un bastidor en forma de tablita y se le abre en forma de campana abajo para que el traje se vea abierto, pero las manos y los brazos tienen movimiento que son articulados”, detalló.

Otros trabajos realizados por la maestra artesana son los nacimientos en miniatura y los reyes magos, en caoba.

“También hago trabajos de disfraces, caretas en ‘foam’; trabajo mucho para las máscaras de Hatillo y festivales. He hecho diseños de carrozas, le he hecho trabajos a unos amigos decoradores. Manejo el ‘foam’ a ojo cerrado”, insistió la artesana certificada hace más de tres décadas.

Igualmente, es reconocida por su talla de mobiliario religioso, nichos, repisas y santos de palo.

Además, guarda un aprecio especial en la confección de juguetes de madera, entre estos, “el maromero, unas gallinitas que parece como si estuvieran comiendo, el gallo que hace el sonido en la lata y un coquí que, parece caminando, es diseño original”.

Al repasar su vida en el mundo artesanal, Gloria confiesa que “me siento realizada”.

“Disfruto mucho el trabajo cuando lo hago, yo me lo vivo. Para mí no es trabajo, sino una ilusión. Puedo estar horas y horas y ni hambre me da. Me envuelvo tanto y tanto que me quedo trabajando día y noche”, concluyó.

Para detalles: 787-615-4719.